Y así fue, los patrones rápidamente cargaron su camioneta además del camión, llevando todo lo necesario hacia otro campo, como herramientas y equipaje, para aprovechar el trabajo que allá esperaba junto a otras personas que también en ese lugar trabajarían.
Mi hermano y yo, debido a nuestra situación, fuimos obligados a ir al nuevo campo junto a los demás, con lo cual sabíamos que cada vez más nos alejábamos de mamá y nuestros hermanos.
Era de noche y estábamos camino al nuevo campo, por delante iba la camioneta con los patrones y detrás el camión con tres campesinos que conocían muy bien el lugar. Mi hermano y yo viajábamos en el camión en la parte de carga bien apretados por todas las herramientas y demás bultos necesarios para el trabajo que nos esperaba.
En total silencio, seguíamos avanzando por el camino, cuando de pronto el camión se detuvo, parecía una falla mecánica. Por supuesto los patrones en su camioneta detuvieron su marcha, y uno de ellos se aprestó a revisar el motor del camión, constatando que sólo se había ahogado, como siempre pasaba, ya que estaba algo viejo aquel camión y ya estaba llegando la hora de reemplazarlo.
Al ver la escena en la que los patrones reanudaban el viaje en su camioneta y el camión con su motor ya en marcha, pero aún parado en el lugar, mi hermano y yo, en un momento de descuido, aprovechamos la situación y nos bajamos del camión, escapándonos y desapareciendo de ese camino en complicidad con la oscuridad de la noche.
Nos alejamos del camino, viendo que el camión retomaba su marcha y nadie había notado nuestra ausencia.
Pero como imaginarán nos perdimos, ya que mi hermano y yo, nunca andábamos, los patrones siempre nos llevaban al pueblo en su camioneta, cuando visitábamos a mamá y a nuestros hermanitos.
Ahí estábamos en medio de un bosque, un lugar totalmente inhóspito y desconocido para nosotros.
Queríamos recordar el camino al monte que hacía nuestro abuelo Don Eusebio, todos los días de su vida, pero mamá nunca nos dejó acompañarlo por miedo a que nos pasara lo de nuestro padre, que había desaparecido. Debido a eso, poco podíamos hacer para orientarnos y poder llegar a la estancia del pueblo, dónde mamá y nuestros hermanos, estarían preocupados, ya que habían pasado varios días sin saber de nuestras vidas.
Disculpen un momento, espero no estar aburriéndolos con esta historia, sepan perdonar algún detalle que se me pase por alto, es que recordando revivo la tristeza de no haber podido conocer a mi padre, y peor aún, no entender que pasó con él.
Bueno, dónde habíamos quedado, ah sí sí, estábamos con mi hermano perdidos en un bosque, un momento difícil para nosotros, sin agua, sin comida y con mucho frío.
No sabíamos que hacer ni hacia dónde ir, así que comenzamos a correr, los dos juntos, mi hermano y yo, hacia lo que creíamos que sería el camino de regreso. Pero para nuestra sorpresa, resultó que hallamos una ruta desierta, y mirándonos resignados, ya cansadísimos y sedientos, hambrientos y desolados, nos tiramos a un costado de la ruta...
Eso es todo por hoy, hasta la próxima. Gracias, buena vida.
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VIDA de REY
Short StoryUn galpón enorme y frío, y una vieja estufa que nunca se apagaba. Don Eusebio, el abuelo y nosotros los pequeñitos junto a mamá. Aquel día, sería decisivo en nuestras vidas, ya que papá...