Capítulo 16: New Year.

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Bastaron treinta segundos para escuchar en insistente toque a la puerta de fuera.

—_______, corazón; ¿todo va bien? —su dulce y suave voz en esos instantes me pareció tan amarga; e incrementó el dolor en el pecho que sentía. ¿Cómo que si todo iba bien si nada estaba yendo bien ahora?

No fui capaz de responderle. Lo único que podía pensar era en el estrechando tan cariñosamente a la chica Jihyunie como él le había dicho; y él regalándole una muestra de afecto tan intima entre parejas; incluso él lo hacía de vez en cuando conmigo. 

Mi silencio duró efímeros segundos según yo, pero en realidad, sentía como la eternidad del tiempo recorría la atmósfera y como sus leves, pero insistentes, toques continuaban detrás de la puerta, mientras ningún sonido parecía salir de mi labios.

—Será mejor que los deje solos—escuché la suave y débil voz de la chica que antes le hacía compañía. No escuché ningún sonido mas que el de sus zapatillas alejándose y dejando que nos inundáramos un silencio que me negaba a romper.

—Mi amor, ¿pasa algo? Puedes decirme lo que quieras, y lo sabes, pequeña—susurró una vez más. Y sin poder contenerlo, un sollozo se escapó de mi boca, para alarmarlo de inmediato, y escuchar su insistencia de nuevo —.Cariño, me estás preocupando. Por favor—rogó. 

Tomé aire numerosas veces, intentado controlarme. Me digné a levantarme de la fría loza del suelo del baño y salir del cubículo. Miré mi reflejo en el espejo. Mi aspecto me recordó momentáneamente a la filmación de "Mirror"; me veía pálida, con escaso maquillaje corrido, vestida con un lindo conjunto negro; al igual que aquella tarde de grabación. La diferencia es que ese día, no había motivo alguno por el llanto. 

El haberlo visto, besando la frente de esa chica, con tanta familiaridad hizo que sintiera como algo se quebraba en mí. Desconocía el motivo del por qué la abrazaba y consolaba como si la vida le dependiera de ello; y mi parte racional me hacía sentir una egoísta, refugiándome en mí misma, negándome a escucharlo. No quería que esto terminase aquí, habíamos pasado por mucho en el año, para que todo se arruinara en la velada de fin de año.

Donghae estampó con suavidad sus nudillos de nuevo contra la puerta del baño, preguntando si podía entrar. En ningún momento había cerrado la puerta con pestillo, y conociéndolo, sabía que incluso así, no entraría hasta que no le diera permiso o esperase a que saliera. Pensé mi respuesta un par de segundos, hasta que me negué. Era demasiado riesgoso que él entrase a los baños femeninos; y corríamos el riesgo de ser pillados por la MBC, que esto fuera notificado a la SM y crear un problema realmente grande, tanto para él y para mí. 

Tomé una toallita húmeda del paquete que estaba sobre el mármol del lavamanos, y la pasé por el contorno de mis ojos, tratando de lucir lo menos demacrada posible e intentando borrar mis ojos rojos. Respiré hondo dos veces, y caminé a la puerta del baño. La abrí, y frente a mis ojos, un Donghae preocupado me admiraba con sus preciosos ojos cafés. Mordí mi labio inferior, y me acerqué a sus brazos, con intención de recibir un abrazo que me consolara. Pareció entender mi intención y me estrechó en un caluroso abrazo, de esos que solo él sabía darme. Y me sentí débil frente a él, por caer rendida a sus brazos. 

—Te odio—susurré a su oído. Confuso, me preguntó el por qué—. ¿Q-quién era ella?—pregunté con nerviosismo, sin saber la respuesta de él, sin saber lo que diría o pensaría de una pregunta tan vaga. 

—¿Ella? Es Jihyun, es como una hermana para mí —susurró Donghae, a medida que me soltaba con delicadeza, para poder verme de frente. Y su rostro se iluminó como si hubiera conectado todo, al igual que un rompecabezas—. No es nada de eso corazón.

Amor A Segunda ConquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora