*Narra _____*
...
Dos semanas pasaron volando, las cosas no iban muy bien, era un caos, un infierno para mí. Christopher el hombre que creí que era mi padre, no sabia nada de que yo no era su hija, el fue una de las victimas mas de las mentiras de Adelaine y Robert. Para estar seguros nos hicimos análisis de sangre y salió negativo, no éramos de la misma sangre. Por culpa de mi madre, Christopher cayó en depresión, no comía lo suficiente solo un poco y ya nada más. Con Harry lo llevábamos al doctor, pero no pasaba nada, seguía con esa jodida depresión. Me enfurecí tanto con aquella mujer por hacernos esto, ella decía que solo era por amor. ¿Amor? Amor las pelotas.
Dije a Christopher que aunque no seamos padre e hija de sangre, el siempre será mi papá, no importa lo que digan los demás. Para mi el siempre será mi papá.
Por otro lado el colegio… era otro infierno mas que aguantar con ochos horas seguidas. Megan se había enterado de las cosas que pasaban en mi casa y con mi familia, se encargó de decir a todo el colegio la vida de mierda que tenía. Pero menos mal que no sabía lo de Harry y yo, porque seria un desastre más por soportar. La mitad de la escuela me hacía burlas como siempre, pero esta vez eran más fuertes, ni mi amiga Francesca podía hacer algo con esto. Ella solo me contenía, me abrasaba y me decía que algún día todo esto pararía de una u otra forma.
—Entonces ¿_____ Gallaher o _____ Styles? – Dijo en voz alta Megan a sus amigos para que yo escuchara.
— ¡Maestra! Quiero hacer una pregunta porque emm… tengo una pequeña dudita.
— ¿Que quieres saber Payne?
— ¿El apellido de ______ ahora es Styles?
—No. Ahora cállate y haz tus actividades. – Una vez mas la maestra de química hizo quedar mal a Megan y siguió son sus papeleos.
Con Francesca fuimos a la cafetería a tomar unos desayunos y después seguir con las clases. Ella sabía lo que pasaba entre Harry y yo, y prometió no decirle a nadie ni siquiera a su diario íntimo. Era grandioso tener una amiga, con quien contar secretos y algunas cosas más. Hasta era esa típica amiga que se pelea con los novios de sus mejores amigas.
— ¡Miren todos! Tenemos aquí a las dos chicas más raras de toda la preparatoria. – Dijo Megan poniéndose al frente de nuestra mesa.
— ¿Qué quieres? – Pregunte sin importancia mientras leía los mensajes tiernos de Harry.
—A mi me hablas bien ¿eh?
—Ni en toda mi puta vida te hablaré bien. – Me puse de pie junto a Fran y tratamos de marcharnos de allí lo antes posible pero fue imposible. Los amigos de Megan estaban bloqueando el camino.
— ¡Haber! O nos dan caminos o se la verán conmigo – Dijo enfurecida Francesca
— ¡Oh! ¿Escucharon? El marimacho de Francesca Becker nos golpeará a todos.
Pude ver una salida, di un pequeño codazo a mi amiga y señale con la mirada aquel lugar, pero por desgracia Megan me tomó del brazo y me arrojó al piso. Fran quiso defenderme pero a ella le tomaron del brazo para que no se metiera.
—Te odio tanto ______ Gallaher, o debo decir ______ Styles. Eres un bicho tan feo, tan asqueroso que debemos aplastar lo antes posible. Eres una persona tan patética, que hasta tu madre te mintió durante años y años porque no te ama. ¿Por qué no te suicidas de una vez por todas? Nos harías un gran favor a cada uno de nosotros. Nadie te ama, nadie te quiere, ni tu única amiga ni tu familia. Eres una persona tan asquerosa, te odio tanto. – Mientras mi cabeza aplastaba contra el piso, una pequeña lágrima salía de mí. Arme valor y cada vez que Megan me decía algo horrible mi ira se acumulaba, mi puño se estaba poniendo cada vez mas duro y que hasta por fin se disparó contra el ojo de Megan.
Por fin… por fin cayó al piso, y no era yo, era ella. Francesca gritó y pego una patada en los testículos del chico que la sostenía corrió hacia Francesca y la escupió para no golpearla. Insultos iban y venían de la boca de Francesca y mientras ella estaba en ello, yo corrí con mi mochila al baño.
Me encerré y me senté arriba de la tapa del inodoro, saqué un pequeño objeto con filo y con lagrimas en mis ojos volví a cortarme mi muñeca, un corte hondo que expulsaba sangre, luego otro corte y uno mas.
Cuando llegué a mi casa, fui directo a mi habitación y allí estaba Harry esperándome dormido en mi cama. Se me cayó el bolso del hombro haciendo ruido y que él se despertara. Al verme llorar fue corriendo a abrasarme y corrió la manga de mi blusa, inspeccionó mi muñeca que aun sangraba. Sus ojos se entristecieron al inmediato, y llevo sus labios en mis cortes para besar cada uno de esas líneas profundas. Su fino labio se mancho de sangres pero a él no le importaba eso. Le importaba si yo estaba bien.
—No quiero verte sufrir. No quiero verte caer. Mucho menos verte con estas marcas.
—No soporto mas esto Harry.
—Yo sé que puedes soportar unos meses más. Mírate sigues viva, con estos cortes pero sigues viva. Te amo princesa.
—Yo también Harry. – Mis brazos se envolvieron en su cintura, lo necesitaba tanto, necesitaba ese abrazo que me hacia sonreír y sentirme mejor.
—Oye… te tengo una sorpresa. – Susurró en mi oído que hizo que ponga piel de gallina.
— ¿Qué es?
—Ya te dije: una sorpresa. Y menos mal que es viernes, mañana a primera hora te llevaré a ese lugar.
— ¡Es un lugar! – Grité victoriosa.
—Mierda.