Al otro día decidí irme por mi cuenta propia, tomar un autobús como toda una persona normal y sin compañía, necesitaba estar sola por un momento. Al llegar busqué con la mirada a Fran y no la encontraba por ninguna parte y era muy extraño no ver por primera vez a mi mejor amiga esperándome en la entrada de la preparatoria. Un mensaje me llegó vi la pantalla y tenia el nombre de Fran....
“Llegaré algo tarde. No me esperes. Te quiero” Guardé mi móvil en el bolsillo de mi jeans negro y entré al baño. Me encontré con Fran y Megan hablando de nuevo ¡Gracias a Dios no me vieron entrar! Me escondí detrás de una pared y trataba de escuchar la conversación. Sabía que estaba muy mal hacer eso pero Fran estaba actuando extraña toda esta semana y era la segunda vez que la veía hablando con Megan, quiero decir, ¡Se llevaban mal! Era un poco extraño que ambas estén hablando de lo más normal y al parecer era un secreto.
No entendía mucho al parecer Megan le decía que si no cumplía con lo que ella decía su padre pararía en la calle.
— No ganas nada con esto Megan, para con todo esto y deja a esa pobre chica en paz. ¿No lo ves? Es una muchacha que sufre mucho y la mayor parte es por tu culpa. – Hablaban de mí pero… ¿Por qué?
— ¿Piensas que me afecta todo esto? Pues no. Yo la odio y no pararé hasta que ella se suicide.
— ¿Te estas escuchando? Ayer le deseaste la muerte al pobre bebé y ahora a ella ¿No tienes corazón?
— Claro que no. La odio a ella, odio a tu padre y al mío, odio a todo el mundo.
— Deben internarte.
— ¡Cállate! Y cumple con lo que te digo. O le diré a mi padre que eche a patadas a tu estúpido padre y lo deje sin trabajo para siempre.
— Está bien.
— ¿Qué tienes hoy? — Fran le dio unas fotos a Megan y esta rió. No alcanzaba a ver que eran.
— ¿Algo más?
— Tu hermano mayor mandó a golpear a Harry. Y nada más.
— ¡Vete al diablo Francesca! Dime que más hay a mi no me jodes ¿eh?
— Harry y Louis pelearon. Harry le prometió a _____ una vida feliz y sin daño. La cocinera les dijo que debían decirles a sus padres de lo que está sucediendo y _____ se volvió a cortar.
— Muy bien linda. Así me gusta. Ahora vete y cumple el rol de “mejor amiga”
— No veo la hora de graduarme y dejarla a ella en paz y matarte a ti. – Megan hizo un sonido de negación con su boca mientras veía las fotos.
— Mas respeto mi amor. – No lo podía creer… Megan se enteraba de todas las cosas gracias a Fran… mi mejor amiga. Mis lágrimas escapaban por mis ojos mientras me tapaba la boca del asombro. Fran nunca me quiso como una amiga, estaba conmigo para salvar el trabajo de su padre. ¡Maldición! ¿Cómo pude ser tan imbécil y no darme cuenta de todo esto? Me puse de pie en frente de las dos putas y traté de hablar pero ninguna palabra pudo salir.
— _____.
— Miren a quien tenemos aquí… escuchando detrás de las paredes. ¿Sabes que esto está mal? Claro que no… las zorras embarazadas no saben nada.
— ¿Por qué? – Dije por fin.
— ¿Por qué, qué?
— _____ lo siento. – Dijo Fran agachando la cabeza ¡No sentía nada!
— ¿Por qué juegan de esta forma conmigo?
— Porque te odio tanto. Adivina qué. – Dijo Megan divertida y sonriendo. — Fran no es tu amiga…
— Megan ya basta. – Habló Francesca. Le quité las fotos de sus manos y empecé a ver cada una de ellas. Eran fotos mías cortándome.
— Estuvo contigo para salvar el maldito trasero de su estúpido padre.
— Basta. – Dijo una vez más.
— ¿Basta? Claro que no. La mocosa esta ya sabe todo asique voy a decir que pasaba durante todo estos meses.
— ¡Déjala en paz! – Gritó Francesca pero yo seguía inmóvil escuchando las sucias palabras de Megan. Cada palabra era filosa y cortaban todo mi cuerpo y mente. Eran tan crueles sus insultos que dañaban toda mi existencia, mi salud y cuerpo. Ya no quería vivir… quería morir pero no lo hacia por el pequeño bebé que llevaba conmigo.
— Francesca me daba toda la información sobre ti y de tu estúpido hermano para salvar a su padre y si no lo hacia mi padre lo echaría a patadas. Ella no quiso. Prefirió fingir ser tu amiga para quitarte información. ¡Nunca te quiso mi vida! Nunca te quiso. Ni tampoco te consideró una amiga. – Volteé a ver a Francesca que seguía de pie mirando al piso sin decir mas nada. Era inútil seguir ahí, en ese lugar mientras que mi mundo se caía en pedazos.
— Megan… ojalá te pudras en el infierno. – Dije yéndome por donde entré.
Me retiré del establecimiento diciendo que me sentía mal entonces mamá fue a retirarme. Mamá fue aceptando poco a poco que yo sería mamá después de que le dije que ella no tenia el derecho de pegarme ni decirme nada porque abandonó a Harry, y nos mintió por años. Papá todavía no aceptaba nada, no creía que iba aceptar ya que ahora estaba bajo el alcohol, no dejaba de tomar botellas de vino o whisky se la pasaba gritando y maldiciendo a toda la familia.
Me recosté en la cama de Harry y me puse a llorar, lo necesitaba mas que nunca, necesitaba que me dijera que todo iba a estar bien y que solo era una tormenta y que saldría el sol pronto. Necesitaba de sus abrazos cálidos, de sus tiernos besos y carisias necesitaba de su dulce voz lo necesitaba tanto.
Cada lagrima que derramaba eran igual a dos cortes. El piso de la habitación de Harry estaba cubierto de sangre por las 42 veces que me pasé la navaja por la pierna derecha tomé un trapo y puse alcohol para después pasarme sobre la herida. El dolor hacia que me concentre en ello y no en mi estúpida vida. La vida de mierda que tenía.
