Ch-2

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Eijun lavó sus manos y cuando salió del baño vio a Miyuki tomando agua de la fuente. Observó como su nuez se movía al tragar y de como varias gotas resbalaban por su mentón y desaparecían por su cuello, encontrándolo sexy. Frunció el ceño y caminó en la otra dirección; no debería estar pensando eso. Tenía un novio y se merecía respeto. Bueno, ya ni sabía si estaban en una relación y ligar un poco nunca estaba de más. No había hablado con Mei desde la discusión, más bien había ignorado cada una de sus llamadas y los mensajes. Era un maldito egoísta si creía que iba a estar tras él como gata en celo después de todo. Pues no. Él no se arrastraba ante nadie, ni mucho menos tras Narumiya Mei. Solo que, aún lo quería, desgraciadamente.

Tomó su clase y en el cambio se dio con la sorpresa de que su maestra se había ido, así que caminó hacia la biblioteca, pero para llegar necesitaba pasar por el edificio B, justo donde se pasaba la mayoría del tiempo Miyuki Kazuya. Y como si lo hubiera invocado, este pasaba tranquilamente caminando mientras empujaba a cualquiera que estuviera en su camino. Eijun rió un poco por lo malote que parecía y no pudo evitar el quedarse mirándolo, y claro está que no pasó desapercibido. Las cosas continuaron así por un poco más de tiempo. Eijun le había contestado una llamada a Mei, habían arreglado un poco, pero las peleas aumentaban. Kazuya había hablado para el equipo, pero necesitaba pasar las estadísticas, así que se estaba preparando. Y ellos seguían mirándose cada que pasaban por el lado del otro, rozando sus hombros y soltando pequeñas risitas. Continuaban almorzando juntos, también compartiendo de vez en cuando comida y desde ahí comenzaron las pequeñas conversaciones.

Nadie sabía qué estaban sintiendo, pero ya eran algo así como conocidos casi amigos. Pronto comenzaron las preguntas sobre las clases, colores favoritos o simplemente que música escuchaban. Mei aún no había ido a ver a Eijun y eso preocupaba al último. Habían quedado verse ese día  después de clases en un parque pero como siempre, nunca llegó y no sabía que hacer. Estaba claro que la distancia no los ayudaba, además de que sus personalidades no encajaban. Cuando Eijun decía algo, Mei se molestaba diciendo otra cosa y de esto terminó por enterarse Miyuki. Eijun lo confesó cuando un Miyuki interesado no había parado de preguntarle porque tenía tantas ojeras, así que se lo gritó en un pasillo desierto y se fue corriendo. ¿Qué más podía hacer? se sentía como ese niño pequeño que acababa de perder su juguete.

Mochi golpeó al chico de la izquierda y Miyuki siguió pateando al que estaba en el suelo.

—¡Te dije que te daría la paliza de tu vida, imbécil!—Kazuya escupió sobre él la sangre de su labio roto, el maldito se defendió un poco. Tomó un respiro y volvió a tomar al chico de la playera para luego estamparlo contra la pared.—Sawamura Eijun, ¿te suena el nombre, maldito? ¡Trataste de verle la cara por esa maldita apuesta!

—¡¿A dónde crees que vas, maldito hijo de puta?!—Mochi agarró de las piernas al peli rojo, arrastrándolo hasta poder posarse sobre él, aplicando después su famosa llave que dejaba dormido a cualquiera al instante. Se sacudió la ropa viendo como Kazuya seguía golpeando al idiota aquél, ahora contra la pared. Caminó hacia él y le jaló de la ropa. Se estaba pasando de la raya y tendrían problemas si no lo paraba. Miyuki protestó un poco, pero se alejó no sin antes volver a patearlo como despedida.

—¡Y qué te encuentre yo volviéndole a hablar y ahí si te joderás la vida!—continuó gritando aún siendo arrastrado por Mochi.

—Sí, sí, por su puesto.

Ambos trotaron hasta la escuela. Ya eran pasadas las 5 y media de la tarde, así que las clases ya habían acabado.

—Hey, Mochi.—llamó la atención del peli verde.—Tú adelántate, yo iré al baño un momento, me duele la jodida cadera.—Mochi negó con la cabeza un poco divertido.

𝓼𝓵𝓸𝔀𝓵𝔂 ; 𝓶𝓲𝔂𝓾𝓼𝓪𝔀𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora