Frente a él, un ascensor enorme y lujoso; incluso podía ver su reflejo en las paredes de metal. Kazuya lo empujó un poco y ambos entraron. Solo había un botón, el cual el mayor apretó sin dudar, seguido de un sonido, las puertas se cerraron y Eijun no pudo evitar brincar del susto y agarrarse a su novio cuando la cabina se movió rápidamente hacia abajo. Kazuya se río viendo a su novio lleno de miedo.
—Siempre es divertido cuando pasa eso. Todos se asustan a la primera.—su sonrisa socarrona fastidió a Sawamura, así que éste se soltó y se alejó lo más que pudo del ciego con los brazos cruzados.—Hey, no te alejes de mí. Ya te extraño.—Sawamura le sacó el dedo del medio sin mirarlo y el mayor volvió a reír. Dando unos cuantos pasos, se acercó con su típica sonrisa y arrinconó con sus manos el cuerpo de su novio. Luego sus labios se pegaron a su mejilla y después a su boca, comenzando a besar a Eijun, quien respondió rindiéndose. Las manos del zurdo en las mejillas del otro y las de Kazuya en su cintura. Ambos estaban absortos en su mundo cuando sintieron que se detenían. Las puertas se abrieron dando la vista a un largo pasillo donde fácilmente seis personas podrían pasar a la vez. Era de un suave color grisáceo con el suelo completamente negro; las paredes llenas de nombres y mensajes obscenos y algo cursis.
—¿Qué es esto, Kazuya...?—el mencionado, quien también veía las firmas con nostalgia, le dirigió la vista.
—Antiguos miembros o bastardos aburridos, que se yo. No es como si pasara todo el tiempo aquí, la verdad.—Eijun se quedó pesando por unos segundos hasta que cayó en cuenta. ¿Antiguos miembros? Sus ojos se abrieron por la sorpresa.
—¡¿Estamos en...?!—cuando vio que Kazuya asentía, se le fue el aire de los pulmones. Estaban en las instalaciones secretas del clan Kuramochi y aunque sabía que Kazuya lo llevaría algún día, no esperaba que fuera hoy. De pronto se comenzó a emocionar y miró a Kazuya, quien rodó los ojos juguetonamente.
—No corras.—Sawamura lo ignoró y corrió sujetándolo de la mano hasta otra puerta. Ésta también tenía un número como código, pero para sorpresa de Kazuya, su novio tecleó rápidamente y la puerta se abrió. Su cara de "¿Qué mierda acaba de pasar...?" fue épica. Eijun se encogió de hombros mientras empujaba la puerta suavemente.
—Cuando me emociono, todo me sale como quiero.—Miyuki asintió aún sin entender y al abrir la puerta completamente Eijun sonrió. Era un espacio grande, mucho más grande que el tamaño de los edificios que vio desde afuera, así que llegó a la conclusión de que era un lugar subterráneo. Se notaba el cuidado y el gasto de sus accesorios; justo adentro, unas facilidades metálicas y verdaderamente costosas le robaron la vista. ¿Por qué por afuera todo parecía abandonado, pero por dentro era casi como estar en Star Wars? Se escuchaban gritos de personas entrenando por doquier, golpeando, disparando, alzando pesas, peleando cuerpo a cuerpo, llenos de sangre y golpes, pero con grandes sonrisas en sus rostros. Vivían para entrenar y para mostrar resultados al oyabun.—¿Es aprueba de sonido? no se escucha nada afuera.—su novio asintió y Eijun se emocionó aún más. Al entrar Miyuki tomó su mano fuertemente y comenzó a caminar entre ellos. Las miradas recorrían a Eijun como el rico pedazo de carne que es y Kazuya ya tenía el ceño fruncido y un plan perfecto para degollarlos a uno por uno. Algunos de ellos pararon lo que estaban haciendo observando con curiosidad y diversión a los dos que acababan de llegar; a Kazuya porque hace tiempo que no pasaba por ahí y a Sawamura por obvias razones. Pero había uno que no le quitaba los ojos de encima, e incluso comenzó a silbar. Peli negro, de mirada y sonrisa juguetona; alto, delgado y fuerte. Miyuki lo fulminó con la mirada mientras pegaba a Sawamura más hacia su cuerpo.
—¿Se te perdió algo, bastardo?—Sanada siguió sonriendo y levantó sus manos en señal de rendición.
—Tranquilo, Kazuya.—le susurró su novio. Sanada soltó un suspiró divertido y se dio la vuelta para seguir golpeando al saco de boxeo. Miyuki rodó los ojos y siguió caminando.
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𝓼𝓵𝓸𝔀𝓵𝔂 ; 𝓶𝓲𝔂𝓾𝓼𝓪𝔀𝓪
Non-Fiction𝙺𝚊𝚣𝚞𝚢𝚊 𝚎𝚜 𝚎𝚕 𝚝í𝚙𝚒𝚌𝚘 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚘 𝚖𝚊𝚕𝚘 𝚍𝚎 𝚜𝚞 𝚎𝚜𝚌𝚞𝚎𝚕𝚊. 𝙻𝚞𝚎𝚐𝚘 𝚍𝚎 𝚜𝚎𝚛 𝚎𝚡𝚙𝚞𝚕𝚜𝚊𝚍𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝚜𝚊𝚕ó𝚗, 𝚌𝚊𝚖𝚒𝚗𝚊𝚋𝚊 𝚝𝚛𝚊𝚗𝚚𝚞𝚒𝚕𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚕𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚝𝚛𝚊𝚜𝚎𝚛𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝚙𝚕𝚊𝚗𝚝𝚎𝚕...