P.O.V Bella
Hacía dos meses que no sabía nada de Mike.
No se sentía totalmente bien olvidarme de él tan rápido, pero con Edward a mi lado era demasiado fácil. Era como si el tiempo junto a el no hubiese existido, que solo existía mi tiempo con Edward
Entre medio de las cenas, las extravagantes salidas y los regalos a montones, no tenía mucho tiempo para acordarme de él.
Luego de que hace unas semanas llegaran los papeles del divorcio ya completos, podía decir que estaba cien por ciento desligada de mi ex marido. Nada nos unía ya y me sentía confundida. El más feliz con esta situación era Edward, quien rápidamente organizó una cena para celebrar.
-Quiero que brindemos por tu nueva vida, Bella.- dijo levantando su copa de vino y sonriendo como nunca.
Lo mire detenidamente. Mis sentimientos por este hombre estaban empezando a asustarme. Cada día que pasa puedo sentir lo compenetrados que estábamos. No quería aceptarlo, pero él me hacía sentir cosas que Mike nunca pudo hacerme sentir. Con Edward me sentía viva, sentía que... de alguna forma u otra, él tan rico e independiente, me necesitaba más que para respirar. Su pasión por mi era abrasadora y eso a mí me gustaba.
-Por mi nueva vida.- levante mi copa y la choque levemente con la suya mirándonos a los ojos siempre.
-Espere que este día llegara ansiosamente, cariño.- dijo tomando un sorbo de su copa mientras me miraba intensamente.- Me prometí que no te tocaría hasta que fueras completamente mía y he aquí el día.- Le sonreí divertida.
-¿Acabo de dejar de ser de alguien y ya quieres que sea tuya?- pregunté entretenida observándolo de soslayo.
-Desde que te vi en esa tienda de ropa, probándote ese vestido azul, supe que serías mía.- comentó ansioso. Muy pocas veces recordaba esos momentos, donde era una mujer normal, con una vida normal. No eran lugares donde dejaba a mi mente vagar.
-Estás loco, Edward.- dije riéndome. Se acercó a mí confidentemente.
-Loco por ti.- poso sus labios rápidamente y dejo un fugaz beso en la punta de mi nariz.
La cena estuvo deliciosa y entretenida. Por fin me sentía como una mujer libre, libre de hacer y deshacer a mi antojo. Edward me mantuvo todo el camino a casa contenta y con la mente fuera de juego. Aunque estaba expectante por esta noche, más que expectante.
Aparcó el auto fuera de mi casa, casi una hora después y estaba nerviosa, muy nerviosa. Podía sentir mis manos temblando y no sabía que decir. Si hablaba iba a tartamudear y comenzaría a reírme como una adolescente.
-Deja de morderte el labio, Bella- comentó distrayéndome de mis pensamientos.- ¿Puedo pasar?- lo mire tan seguro y decidido que supe que mis nervios eran irrelevantes e infundados. ¿Quería yo dar el siguiente paso? Edward me miraba ansioso. Claro que quería darlo, yo estaba mucho más ansiosa. Le sonreí en respuesta.
Abrió mi puerta y luego de unos minutos ya estábamos en la sala. De verdad me sentía como una colegiala toda nerviosa y emocionada.
-¿Quieres beber algo?- pregunté sin saber que más decir.
-Por supuesto- dijo acercándose a mí y situándose a mis espaldas. Tragué notoriamente.- Relájate- sentenció.
Sus cálidas manos se posaron en mis hombros y sus labios deseosos treparon desde mi oreja a mi cuello. Sentía las palmas de las manos sudarme. Sus caricias me llevaban a otro mundo, mis leves gemidos iban cada vez en aumento. ¿Beber algo? Olvídalo, vamos a mi habitación, si alcanzamos...
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Propuesta Indecorosa -EDITANDO-
Fanfiction-¿Qué dices? ¿No está satisfecho?- Mike parecía confundido. -¿Quién lo está?- -Yo lo estoy- dije segura, mirándolo a los ojos. A pesar de las carencias económicas que teníamos, yo soy feliz con mi esposo. -¿Lo dice en serio?- le preguntó a...