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—¿y que puedo hacer?— susurre. Mi corazón había comenzado a acelerarse, sentía un gusto amargo en mi boca y no podía dejar de mirar el Liffey.

Erwin tocó mi hombro llamando mi atención, lo mire

—lo atraparé Lis, tú solo trata de estar atenta, no queremos que nada malo te pase— tragué saliva, Erwin suspiró y continuó— no quiero que nada malo te pase— no pude hacer más nada que asentir, la mezcla de emociones seguía ahí cada vez que lo miraba, pero aún habían cosas ocultas tras sus ojos y mi orgullo ganaba sin dejarle siquiera tiempo a mi mente para que razonara

—¿podemos volver?— pregunte segundos después en el que el silencio había vuelto al vehículo. Erwin soltó mi hombro cerrando los ojos, y posicionó sus manos en el volante

—está bien— susurró no muy convencido, me volví a acomodar bien en la butaca y mire por última vez el Liffey antes de que el chico a mi lado arrancará el motor

Otra vez la radio se había prendido haciendo presente una canción que no conocía, Erwin no hablaba ni yo tampoco lo hacía, pero aquella canción llenaba el vacío de palabras que nos separaba, con mil promesas de amor que no podría cumplir.

Al llegar a la puerta del edificio apago el motor, haciendo que la música volviera a apagarse, y clavó sus ojos esmeraldas en mi

—¿por qué continuas evitándome?— preguntó, suspiré, no quería hablar de eso, quería acurrucarme en mi cama y pensar distintas estrategias para sacar a Tobin del camino

—no lo hago Erwin, no volvamos a esto

—¿volver a qué Lis?

—a tener esta conversación, solo continúa con tu vida — las palabras habían comenzado a salir sin intención — yo haré eso, mientras tanto Tobin no se interfiera— el chico suspiro y asintió evitando mis ojos, miro hacia el frente y volvió a encender el motor, dándome a entender que esa sería nuestra despedida, abrí la puerta del vehículo sin decir una palabra

—no podré hacerlo— susurró, y decidí ignorarlo bajando del coche, no volví a mirarlo al cerrar la puerta del vehículo, y cuando arrancó supe que lo había arruinado todo, pero ya no había marcha atrás.

Camine en silencio en dirección al ascensor, nadie habitaba los pasillos del edificio y eso me permitió reflexionar aún más acerca de lo que había hecho minutos antes.

¿por que lo había hecho? Ya no lo sabía

¿Erwin lo merecía? No, o eso creía

¿Me ocultaba cosas? Si, pero... no quería arruinar lo nuestro por eso, ¿o si?

Me sentía una idiota, mi cabeza daba vueltas y vueltas por los celos de una conversación de la cual había escuchado poco y nada, parecía una adolescente prematura y no me estaba gustado eso, pero mi acción ya estaba hecha, y hasta que el chico de ojos verdes no me contara acerca de esa tal Sally, Amy o Ally, no iba a querer hablarle, no iba a poder hacerlo, porque esa parte que mi cerebro siempre dejaba al mando, prefería perder a una persona que tanto quería antes de perder mi orgullo.

Al subir al ascensor noté a Bill apareciendo tras las puertas de cristal, al verme corrió hacia mi

—hola Lis— murmuró agitado al entrar en el ascensor

—ehh... hola Bill— las puertas se cerraron cuando el chico marco nuestro piso, fije mi vista en los botones, el lugar se había vuelto tenso en solo segundos y recordé mi misión en ese momento, debía comenzar a sacarle información

—y...¿como te fue hoy?— pregunte haciendo que su seño se frunciera sorprendido por mi repentina pregunta

—bien, mucho trabajo— no me miró al contestar y supe que algo ahí no era real

—¿sigues en la concesionaria? — él asintió —iré a verte en la semana, tengo pensado comprarme un coche, no puedo seguir usando el de Sarah— me excusé

—¿ah no? ¿Por que? —dijo cruzándose de brazos cuando el ascensor se detuvo

—no me gusta tener que depender, ya sabes, cumplir horarios y esas cosas— el chico asintió con la cabeza mientras caminábamos por el estrecho pasillo que llevaba al departamento —así que te veré ahí— volvió a asentir, y decidí no hablar más, había ideado un plan en mi cabeza esos últimos minutos, e iba a cumplirlo si quería saber en qué andaba Bill.

Me dirigí a mi habitación una vez de haberme despedido de el novio de mi hermana en la sala.  Al entrar en el cuarto llame a los padres de Laila para preguntar por su estado, la chica ya había despertado

muchas gracias por traerla, pasaron la químio para el viernes, quieren que descanse unos días, realmente la salvaste— hablaba del otro lado de la línea la madre de Laila

—muchísimo mejor, espero que pueda descansar, manténgame al tanto de todo— continuamos hablando unos minutos más hasta que una enfermera se acercó a la mujer y le pidió algunos datos, corte la llamada deseándole buenas noches y me acosté en la cama.

Tobin apareció en mi cabeza en el momento en que cerré los ojos, el chico al que había visto minutos antes de morir también se encontraba ahí, y los mensajes se hicieron presentes también, deseé que no fuera así, deseé con todas mis fuerzas que Tobin no fuera parte de aquel homicidio, porque si era así significaba que el estaba muy cerca de mi, lo suficiente como para poder dañarme. 

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Perdonen, estoy hecha un desastre, las cursadas me están matando y ya no tengo tiempo para nada, les dejo este capítulo para que me odien menos

Los quiero

Besos yan 💕

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