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Gripe - Parte 2 de 2.

Os informo de otras historias que os podrían gustar, como

- "Cazadores de Sombras: Ciudad del Vacío", que ocurre como 20 años después con Magnus desaparecido, o también
-"La Revolución entre Mundos", que sucede 40 años después y un nuevo problema con las hadas (esta última en otro canal y en colaboración, tres_nefilims)

Gracias y disfrutad :)

- Alec - Dije mientras entraba al dormitotio.
- Mmh - Recibí un gruñido como respuesta.
- Sal un momento de tu cueva osito.

Una maraña de pelo negro asomó por el borde del edredón.

- Venga, tienes que desayunar algo para potar las pastillas - Me senté en el borde de la cama.
- No quiero... tengo frío - Se metió en su cueva de nuevo.
- No me extraña. Solo llevas unos calzoncillos y tienes fiebre.

Levanté ligeramente el edredón y me metí debajo para ir a la caza del pelinegro. Alargué un poco el brazo y le toqué, y me di cuenta de que estaba tiritando. Salí de ahí, y con un chasquido de dedos le dejé ropa cómoda sobre la cama.

- Cariño, ponte esta ropa que te he dejado aquí y en lo que preparo algo para comer.
- Mmmmmmmh.

Me encaminé a la cocina a prepararle algo. Le hice un batido con un poco de piña, mango y leche, y un par de tostadas con mermelada y mantequilla. Tomé las dos pastillas y lo puse todo en una bandeja. Fui al dormitorio.

Alec estaba sentado en la cama terminándose de poner la camiseta de manga larga blanca con tres botones. Le sentaba muy bien.

-Acertaste con la talla. Incluso con la de los pantalones - Dijo señalando los pantalones grises que llevaba - Gracias - Me regaló una de sus hermosas sonrisas, aunque el resto de su cara no expresara lo mismo.
-Usamos tallas muy parecidas. Es fácil - Dejé la bandeja sobre la cama - Tómatelo todo y después las pastillas. Ahora te voy a mirar la fiebre.
-Magnus.
-Dime mi amor - Hice aparecer un termómetro entre mis manos.
-Pensé que eras mi novio, no mi madre.
-No he dejado de ser tu querido noviete, solo me preocupo por tí garbancito.

Le levanté un poco el brazo y le puse el termómetro. Alexander arrasaba con el desayuno. Se notaba que tenía mucha hambre. El termómetro comenzó a pitar. 38'4 grados. Por un momento pensé en si mi novio estaba en llamas como El Sinsajo. De un chasquido traje un vaso de agua para que mi querido tomara los medicamentos.

-Será mejor que duermas un poco cariño. Si quieres algo solo tienes que pedímelo - Le dije mientras hacía desaparecer la bandeja y le arropaba.
-Vale. Cariño.
-Dime.
-¿Puedes quedarte conmigo vagueando en la cama?
-Será un placer.

~~~~~~~

Pasamos toda la mañana tumbados en la cama viendo la televisión. Alec tenía la cabeza sobre mi pecho y se quedaba dormido a ratos. Yo debía de ser como una bolsa de agua caliente gigante, porque Alexander no me soltada. Su fiebre había bajado considerablemente. Ya casi llegaba la hora de comer, por lo que me tenía que poner a preparar algo. Estaba por salirme de la cama, pero mi novio me agarró con más fuerza.

-¿A dónde vas? - Preguntó el nefilim con los ojos cerrados.
-Tendremos que comer, ¿no?
-Ven aquí un ratín. Que te voy a hacer un favor.

Me empezó a dar besitos por la mandíbula, por el cuello... mientras su mano bajaba hasta mi paquete. Sonó el timbre. Gracias al ángel que me deja vivir. Me deshice de sus brazos y fui corriendo a abrir mientras me ponía bien los pantalones. Quien quiera que llamara era insistente. Abrí la puerta y Maryse pasó por sí sola al loft.

-Alexander está enfermo. ¿Y no me decís nada? ¿Dónde está?
-En el dormitorio, al fondo señora.
-¡Magnus! ¡Cuñado! - Jace entró también - Vengo a visitar a mi parabatai. Entrad vosotros también.

Clary siguió a Jace y tras ella iban Isabelle y Simon.

-Pero...
-Hemos venido a visitarte, para que no te sientas solo o aburrido Comentó Izzy sentandose en mi sofá - ¿Pedimos una pizza?
-¡Mamá! ¡Qué me dejes! ¡No estábamos haciendo nada! - Se escuchaban los alaridos se Alexander desde el salón.
-¡¿Y por qué no me llamaste?!