Malec se enfada - EXTRA

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Se recomienda leer despues de "Ciudad del Fuego Celestial", por spoilers.
Gracias, y disfruten :).

AVISO: ALTO CONTENIDO SEXUAL

Finalmente, Magnus decidió acompañar a Alec a Idris. A pesar de que no tenía muchas ganas de ver a su suegro, quería molestar un poco a su néfilim, además de que se aburriría mucho en casa solo.
Cuando llegaron a Idris, sobre las 8 de la mañana, las calles estaban llenas de vida. Las tiendas estaban abiertas y los niños jugaban por las calles. Desde que terminó la Guerra Oscura se podían ver unos cuantos subterráneos circulando por las calles de Alacante, excepto hadas claro.
Nada podía hacer más feliz al brujo que ver a Alexander sonriendo. Siempre que iba a Idris se sentía relajado, al olvidar la ajetreada vida que hay en New York.
Caminaron unas cuantas calles hasta que llegaron a la casa del Inquisidor. Obviamente, Alec tenía llaves, ya que iba muchas veces. Cuando entraron no había nadie recibiéndolos. Supusimos que Robert estaría en alguna reunión en el Gard, mas Alec alzó la voz y preguntó por él en la casa. Se escuchaba el eco de su voz por toda la casa y ninguna respuesta.

- Bueno, estamos solos. Vamos a subir el equipaje.

Alexander agarró su maleta y comenzó a subir las escaleras hasta el segundo piso. Magnus le seguía por detrás.

- Estoy pensado en una buena forma de pasar el rato hasta que tu papi llegue - Dijo el brujo mientras le agarraba el culo a su novio.
- ¡Magnus! Vas a hacer que me caiga. La maleta pesa - Le regañó el pelinegro.
- ... yo también te quiero...

Terminaron de subir las escaleras y entraron en un gran dormitorio al final del pasillo.

Entraba la luz de la mañana por una gran ventana. Tenía una cama de matrimonio con sabanas naranjas, un gran armario, un escritorio y una estantería con muchos libros...

- Esta es mi habitación. La que uso cada vez que vengo - Alec dejó la maleta al lado de un baúl y fue a sentarse sobre la cama.
- Hacía mucho que no estaba en Idris. Se me hace raro.
- En realidad no querías venir. Admitelo - El nefilim se terminó de tumbar en la cama.
- ¿Qué?
- Se perfectamente que no quieres ver la cara de mi padre. Has venido por mí.
- Eso no es cierto. Es tu padre quien no me quiere ver la cara a mí.
- Puede que todavía le cueste admitir que salga contigo. Pero no te odia.
- No quiero discutir - El brujo se sentó a su lado.
- Yo tampoco.

Esas palabras y su dulce cara fueron suficientes para que Magnus se abalanzara a comerle la boca a su chico. Alexander aceptó gustoso.

- ¿Te acuerdas del trato de anoche? - Jadeaba Magnus entre besos mientras metía las manos por debajo de la camiseta de Alec.
- ¿Qué trato? - Dijo Alexander con una sonrisa.
- Estupido nefilim - Y siguió besándolo mientras su novio enredaba las piernas alrededor de su cintura.

Alec intentaba desabrocharle los pantalones mientras sus lenguas se enredaban. De repente se escuchó como la puerta principal se cerraba, y se alzaba la voz de un hombre.

- ¿Alexander? ¿Estás ahí?

Magnus se quito de un brinco de encima se su novio y se abrochó los pantalones.

- ¡Siiií, estamos en el dormitorio! - Gritó Alec mientas se colocaba bien la camiseta y se pasaba la mano por el pelo.

Robert subió en cosa de segundos a la habitación en la que se encontraban.

- ¿...estamos?- Comentó el padre de su querido mientras entraba por la puerta - Ah, hola Magnus - Se dieron la mano - No te esperaba.
- Lo decidí en el último momento.
- Papá - Alexander se levantó de la cama y se dirigió hacia ellos - ¿A qué hora tenemos que reunirnos?
- Pues en unos minutos. Magnus, ya que estás podrías venir con nosotros como representante de los Hijos de Lilith, estaría bien.
- Eh, vale.

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