Cruel Pasado, 1º Parte

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Narra Rudy:

Finalmente llegamos a Roma, pero cuando llegamos noté que todos las personas estaban hablando y parecían asustados. También había demasiadas patrullas de policía por los alrededores vigilando, creo que algo pasó.

-Zoe, ¿qué está pasando?¿Qué dicen? -Me atreví a preguntarle a ella, que además era la única que podía entenderlos.

-Parece que hay un asesino por ahí, eso es lo que entiendo.

-¿Pueden ser Demian y Elisabeth?

-Lo más seguro es que sí, aunque el asesino tiene que ser ella.

-Oye, ¿a quién buscáis exactamente? ¿Quiénes son esos dos?

-Una vampira y un demonio.

-No le digas nada, William. No es de su incumbencia.

-¿Una vampira? Espera un momento. -Se detuvo en medio de la calle y todos nos dimos la vuelta. -¿No serás la mascota de uno de ellos, verdad? 

-¿Mascota?

-¿Sirves a los vampiros?¿Tienes dueño? Ahora entiendo porque eres un lobo tan raro. Eres uno de esos perros sumisos a los vampiros.

-Me da igual de lo que estés hablando, pero te aconsejo que cierres la boca o te romperé el cuello para que dejes de hablar.

-Solo inténtalo. -Los ojos de ambos se volvieron dorados, y sabía que algo malo pasaría si no se detenían. Me puse en medio de los dos e intenté detenerlos.

-Si hacéis algo todos tendremos problemas. Así que controlaros, por favor.

-Sam, vamos. -Clarise también agarró a Sam y él se relajó.

-Vuelve a hablar y la próxima vez el gato no te salvará.

Seguimos caminando en completo silencio. Hasta que de repente Sam y Zoe se detuvieron al sentir algo extraño.

-Huele a...sangre.

-Viene de muy cerca.

-Deben de ser ellos, ¡vamos!

Empezamos a correr detrás de ellos, hasta llegar a una nave industrial abandonada. Entramos y subimos hasta arriba del todo, y cuando abrimos la puerta me encontré con una escena que me encantaría olvidar, un hombre sin dedos en las manos, porque que Elisabeth se los estaba cortando.

-Vaya...¿Y vosotros por aquí? -Cerró las tijeras de podar y cortó el último dedo de su mano derecha. El hombre tenía la boca cosida, así que no podía gritar.

-Clarise. -Él estaba sentado encima de una mesa tan tranquilo.

-Por fin te encuentro.

-¿Me estabas buscando? Eso es raro, teniendo en cuenta de que dijiste que no te molestara más. ¿Te quedan cinco días, no? ¿Quién es la otra perrita?

-Incluso el gato y el humano han venido. Ya no estamos en Syltois, así que puedo matarlos, también, ¿verdad? Te debía una por lo que me dijiste ese día, así que creo que tú serás la primera. -Se acercó a Clarise, pero Sam se puso delante de ella.

-No te acerques más.

-¿Estás desafiándome, Sam? Después de todo lo que he hecho por ti, te atreves a ponerte en medio... A los perro malos hay que castigarlos. -Cogió el cuchillo de la mesa e iba a apuñalarlo, cuando de repente Demian se levantó y paró su mano.

-Si la matas a ella, tendrás un problema conmigo. Aún no es su hora.

-Tsk... Dijiste que la olvidarías.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora