Amor, vacaciones y fiestas

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Narra William:

Cuando llegamos a Syltois, fuimos a visitar a Clarise, y parecía que ella estaba bien, aunque noté que había cambiado mucho. Era más...¿Agradable? Al menos eso es lo que parecía, es como si hubiera cambiado rádicalmente. Para mí y para Rudy era el último año de Instituto, y la verdad es que no quería dejarla sola.

En invierno, por navidades, la invité a cenar con nosotros, pero me sorprendió que dijera que ella iba a Berlín para pasar las navidades allí. Entendí perfectamente porqué iba.

-Will, ¿estás bien? -De repente Rudy se subió a la cama y se puso encima de mí.

-Sí, claro que sí. -Rasqué detrás de sus orejas y él ronroneó. -¿No deberías estar en tu cama?

-Es que te noté preocupado.

-Para nada, estoy bien, de verdad. No tienes porque preocuparte por mí. -Movió su cola de un lado a otra y cerró los ojos, mientras le rascaba detrás de la oreja. -A veces pienso que te gusta demasiado que te rasquen detrás de la oreja.

-Solo si eres tú. Es muy agradable. ¿Puedo dormir contigo esta noche?

-Últimamente te quedas a dormir aquí demasiadas veces.

-Porfa... ¿puedo?

-Está bien. -Cuando lo miré sentí algo extraño, le veía distinto. -Rudy, ¿por qué tus orejas son tan grandes?

-¿Han crecido? -Y se tocó las orejas. -Tal vez es porque me estoy haciendo mayor.

-¿Mayor?¿Tú? Si sigues siendo un enano.

-No soy tan alto como tú, pero tampoco soy tan pequeño. -Cuando ponía esa voz tan infantil, se veía adorable. -Oye Will, ¿nosotros seguiremos juntos? Cuando tengas una mujer y una familia, ¿Qué pasará conmigo?

-Creo que va a ser imposible que me separe de ti.

-¿Por qué dices eso?

-Ni siquiera yo lo sé, pero algo me dice que vamos a seguir juntos mucho más tiempo. Jamás te dejaría en la calle solo y sucio otra vez.

-Will, me gustas mucho. Yo también quiero estar contigo mucho más tiempo.

-¿Rudy?¿No estarás en celo, verdad? -Cuando dijo eso me sorprendí un poco. -¿No te pondrás como él, no?

-Soy un gato, no un perro. Yo no hago esas cosas. -Puso sus manos encima de mis hombros y se acercó. -No te enfades por esto, por favor.

Y de repente me besó, cuando sentí sus labios encima de los míos, me quedé en shock totalmente, pero aún así no hice nada por separarlo. Me sentía...muy confundido. Cuando sentí que se separó, me miró a los ojos y después me abrazó.

-¿Estás enfadado conmigo?

-Yo...no lo sé... Rudy.

-Creo que mejor voy a mi cama. -Se iba a ir, no podía dejar que se fuera ahora. Le agarré la mano y lo detuve.

-No, no te vayas. Quédate aquí.

-¿De verdad que no te molesta?

-No que va, está bien. -Volvió y se acostó a mi lado. -Ya es muy tarde, mañana hablaremos de lo que has hecho ahora.

Narra Clarise:

Cuando abrí los ojos vi que estaba en una habitación completamente de madera, y lo único que iluminaba aquel lugar era la luz del fuego de la chimenea. La cama; en la que estaba tumbada, era muy cálida y cómoda, y a mi lado vi a Sam profundamente dormido. Agarré la bata que estaba sobre la silla y me levanté con cuidado de no despertarle y fui hasta la pequeña terraza que había frente a la cama, y desde donde se podía ver el inmenso bosque del que el lobo salió.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora