Capítulo 14. Incierto futuro

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Amaya se despertó muy temprano, antes de que amaneciera. Se levantó y se fue derecha al campo de entrenamiento, hoy era un gran día para ella, sus tíos le enseñarían a utilizar al dragón o los dragones, no estaba muy segura. Tenía que ser temprano, antes de que su padre se levantara, él no quería que desarrollará ni sus poderes ni que aprendiera a luchar. Temía que quisiera trabajar con ellos.

Cuando llega al campo de entrenamiento más lejano a las habitaciones, se encuentra con sus dos tíos señalando una diana y hablando entre ellos. Cuando ambos se dan cuenta de la presencia de la niña se giran regalandole una sonrisa. Amaya, emocionada no tarda en ir corriendo hacía ellos.

- ¿Cómo estas, pequeña ninja? - pregunta Genji revolviendo su pelo.

- Nerviosa. - contesta.

- ¿Empezamos? Antes de que tu padre despierte.

- Claro.

Ambos Shimadas tienen una mirada cómplice y miran con adoración a su sobrina.

- Antes de eso... Necesitas un arma... - Comenta Hanzo mirándola con una sonrisa.

- ¿Un arma? - ambos asienten.- No tengo ninguna, papa no me deja.

- Lo sabemos y por eso... - comenta Genji entregándole una pequeña caja de unos 30 centímetros  de largo. - ... convencimos a tu padre de que al menos tengas esto, es algo muy especial...

Al abrir la caja sus ojos se llenan de ilusión, al ver aquella hermosa arma. Era una daga japonesa con un mango replica del de la espada de su tío, al igual que la vaina.

- Es preciosa... - dice sin pensar, haciendo que sus tíos se alegren más.

- Ahora la invocación. - comenta Hanzo, haciendo que Amaya salga de su trance y lo mire. -  Al invocar al dragón tendrás que decir unas palabras, como cuando invocamos nosotros. - ante la mirada de confusión de su sobrina decide proseguir. - Deberás de decir algo para invocarlo...

- El dragón hará que la digas sin pensarlo la primera vez. - prosigue Genji. Al ver que Amaya asiente con determinación ambos hermanos se miran decididos. - ¿Empezamos? ¿Quieres ver a tu...? - Genji se detiene mirando detrás de Amaya.

-¿Qué esta pasando aquí? - pregunta una voz, que Amaya en ese momento hubiera preferido no escuchar.

- Solo le hemos dado el regalo a Amaya. - disimula Hanzo.

Amaya se gira para encontrarse con su padre mirándolos confundido.

- Hola papa, mira lo que me han regalado. - enseña la daga.- Es preciosa ¿a qué si?

- Si, mucho... Me llevo a Amaya conmigo. - dice desconfiado.

No pueden hacer nada. La invocación tendrá que esperar, no pueden hacer nada con Jack por allí. Cuando Amaya y Jack ya estaban por los pasillos rumbo a una habitación de entrenamiento, Jack empieza con la charla de que no puede ser una soldado, que él no quería eso para ella, que valía para lago más... etc. Ya una vez allí Amaya se sienta en una mesa mientras ve como su padre se va a enfrentar a su abuelo en un entrenamiento.

Antes de empezar, Jack le pide a Reinhardt que no se contenga, quiere enseñar a Amaya lo duro que es esa vida, aunque sea en los entrenamientos. No quiere que a su niña le pase algo en alguna batalla o cualquier cosa, no lo permitiría, además de que a él mismo le destruiría.

En los primeros golpes, Amaya se ve un poco asustada ante la brutalidad de los golpes, ninguno se esta conteniendo. Puñetazos, patadas, intentos de noqueo... Era increíble verlos luchar, a pesar de sus edades, ambos estaban en plena forma.

La niña de OverwatchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora