Capítulo 19. El Plan

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El maestro veía como Alex lanzaba sus cuchillos letalmente a las dianas que tenía enfrente, daba la impresión de que iba a cortarlas por la mitad de la fuerza que los lanzaba. Cuando Alex termina, mira jadeando al maestro para tener su aprobación, pero le niega con la cabeza señalando un arco y flechas, realmente era buena con cualquier arma blanca.

Tras hacer todos los entrenamientos que su maestro le ordenó, varios guardias la escoltan a la celda donde les esperan sus tres amigos. Como siempre Rellik está sentado contra la pared, mientras los hermanos hablan sentados enfrente. Cuando Alex llega se une a ellos sin demorar mucho, hay que preparar el plan de escape.

Este plan lleva en proceso tres años, el tiempo transcurrido desde la muerte de Diana. Años que han sido un entrenamiento constante para ellos.

Después de que Diana volará por los aires, el maestro les dejó claro quien mandaba. Torturó a Rellik hasta que dejó de sentir, hasta que dejó de gritar, no es el mismo desde entonces, siempre temblando, mirando a todos lados, sin hablar... A Alex le tuvieron que poner una prótesis  en la espalda de los golpes que recibió. A Will le cortó una pierna, teniendo que remplazarla posteriormente por una prótesis metálica para las misiones. Y a Amaya le cortó el brazo derecho, y al igual que Will, fue remplazado después.

Esta vez en el plan tenían que separarse, no podían mantenerse juntos, pues hacía falta una distracción.

El plan era sencillo, Will y Amaya se quedarían atrás haciendo ver a los guardias alucinaciones y Amaya se comunicaría con Rellik y Alex guiándolos, para ello Amaya y Will tendrían que ir a la sala de control. Una vez fuera Rellik y Alex irían a Overwatch, por suerte, ahora se situaban en Gibraltar.

Los cuatro estaban en completo silencio, no se atrevían a hablar por si los guardias descubrían algo, lo único que se oía era a Rellik temblando. Al darse cuenta, Will le pone su chaqueta frotándole los hombros para que entre un poco en calor y se tranquilice. Era normal tener miedo en ese momento, faltaban dos horas para efectuar el plan de escape, dos horas para ser libres o morir.

Mientras tanto en Overwatch todos terminaban de hacer sus trabajos e informes para ir a cenar todos juntos al comedor. Era costumbre desde hace años, una costumbre que querían mantener hasta que llegará Amaya. Aún tenían esperanzas en que su niña volviera, en que estuviera a salvo.

Soldado 76 al terminar su trabajo se ponía a investigar por su cuenta el caso de su hija. Desde que desapareció, él siguió buscándola, a veces solo y otras veces los demás ayudaban. Habían logrado descubrir varias cosas en estos años. Picnogonido se trataba de una red de mafias de tratas de humanos, hay varias empresas que colaboran con ellos. Pero les faltaba lo más importante, lo que no lograban conseguir tan fácilmente, que empresas estaban implicadas y como conseguían tan fácilmente a los jóvenes prodigios. Cada vez que se acercaban a algo, todo desaparecía y los jóvenes también se transportaban de un lugar a otro para no levantar sospechas.

No había nadie en la base que no deseara a su niña de vuelta. Querían tenerla de nuevo corriendo por los pasillos, mezclando cosas en el laboratorio e incluso Jack deseaba verla de nuevo fabricando explosivos con su tío Boom. Tan feliz... tan llena de vida...

En la celda oscura donde estaba Amaya y sus amigos, ya sabiendo que es de noche y por lo tanto la hora de llevar a cabo el plan, Amaya se levantó de su sitio y miró fuera de las celdas para buscar a un guardia, seguidamente se mete en su mente consiguiendo la visualización de un mapa del lugar.

El guardia se da cuenta y se gira con su fusil lleno de ira, preparado para darles una lección. Se veía en sus ojos su inmensa furia, la vena del cuello estaba hinchada. Era natural, a nadie le gusta que se metieran en su mente.

La niña de OverwatchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora