Capítulo 17. Empieza el infierno.

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Por la mañana, Jack va a la habitación de su niña para despertarla e irse de allí. Ya todos estaban listos y preparados para el viaje.

Al llegar a su habitación se ve sorprendido al ver a Amaya ya lista y preparada, con las maletas hechas y todo recogido.

Amaya había pasado toda la noche despierta, desanimada, ni siquiera había intentado dormir, no podía. Había pensado en todo lo que le había sucedido el día anterior, como le habían utilizado sus "amigos", como habían intentado dañarla de esa manera... de no ser por sus tíos... Y sobre todo no podía parar de pensar en que no volvería a ver a Matt, eso era lo más duro, ella lo quería, era su chico, habían pasado por muchas cosas juntos ese año. 

Jack vio a su niña muy desanimada, quería ir a su lado y abrazarla, decirle que todo iría bien, pero no era así. Lo sabía, ahora mismo ella le odiaba, se mudarían, no dejaría que fuera soldado y la separaría de ese chico, que ocultaba algo. Esperaría a llegar a Gibraltar para hablar con ella. 

Al cabo de media hora todos estaban ya a bordo de la nave con un gran silencio. Amaya ignoraba a todos los que la estuvieran mirando. Ella solo pensaba en Matt y el disgusto que se llevó cuando le llamó anoche y se lo contó, realmente no podía soportarlo.

Cuando llegaron a la nueva base, allí ya era de noche, todos tenían claro que el cambio horario les iba a costar mucho. Era una diferencia horaria de más de cinco horas.

La base no estaba mal, era una especie de observatorio en el peñón. Había toda clase de naves especializadas para cada cosa, entrenamiento de combate, campo de tiro, simulador de batalla, sala de meditación... Todos estaban encantados recorriendo los pasillos y observando todo. Cuando por fin ya vieron casi todas las salas comunes, Soldado les indicó cuales eran sus habitaciones. Todos se fueron a instalar y a dormir, puede que no estuvieran cansados pero tenían que habituarse al horario.

Amaya se fue a su habitación y dejó sus maletas a los pies de la cama, lo único que sacó fueron algunos libros y los puso enseguida en la estantería, y también puso su peluche de cuando era pequeña, el gorila que le regalaron en navidad, encima de la mesita. Se tumbó en la cama mirando al techo decaída y deprimida. El lugar estaba muy bien pero le costaría un tiempo olvidar todo. En el siguiente semestre empezaría en un nuevo instituto y esperaría que esta vez encontrará amigos, aunque esa vez tenía menos confianza en ellos, pero tenía esperanzas.

Amaya intentó olvidarse de todo e intentar pensar y planear el viaje con su tío, había querido hacer la Ruta 66 desde que le contaban historias de pequeña. Un mensaje a su móvil le saca de sus pensamientos...es Matt.

"¿Me echas de menos?"

¿Cómo puede preguntar eso? Por supuesto que Amaya le echaba de menos, le contesto con un si muy largo.

"jeje, pues estoy en Gibraltar, ven a esta ubicación y nos vemos."

No podía creérselo, no podía estar más contenta ahora mismo. Matt había ido hasta allí por ella.

Tras ver la ubicación decidió no decir nada a nadie y salir a escondidas, volvería en un par de horas, no pasaría nada. Se llevaría el móvil por si acaso se daban cuenta de su ausencia y la llamaban al móvil. Estaba emocionada por ver a Matt.

En otro lugar de la base Jack estaba pensando en las palabras que le diría a su niña, era muy difícil conversar con ella cuando estaba así. Pero al menos intentaría calmarla y animarla un poco. Quería ante todo su felicidad, lo cual le llevaba a replantearse si dejarla luchar.

- ¿Aún no has hablado con ella?- Ana se había acercado poco a poco al verlo tan pensativo. Ahora estaba en frente de él, mirándolo fijamente.

- No se que decirle exactamente.

La niña de OverwatchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora