Capítulo 16. La Fiesta

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Por la noche, Amaya se pone la ropa que compró con sus primas, era ropa sencilla pero elegante y cómoda, se basaba en unos pantalones cortos y una blusa de tirantes azul. El pelo se lo dejo suelto y normal, no tenía ganas de hacerse ningún recogido ni hacerse nada, era una fiesta con sus amigos y compañeros de curso ¿Qué más da?

Amaya estuvo un rato pensando si la opción que escogió sería la mejor, por lo general sus compañeros eran niños ricos  y malcriados, se lo tenían muy creído por estar en aquel colegio. Pero al menos sus amigos no eran así, ellos eran como ella. Amaya trataba de sr buena persona y ayudar a todos aquellos que lo necesitaban, y según ella, sus amigos también eran así.

Cuando llegó la hora de irse, Amaya había decidido quedarse con aquella ropa. Salió de su habitación y se dirigió al comedor para avisar de que se iba. Por el pasillo  pensaba lo que le dijeron sobre Matt, no tenían razón, ella lo conocía y sabía que era bueno y que lo quería, era lo único que le importaba.

- Me voy. - dijo secamente al llegar al comedor.

Estaban todos allí, cenando, pero dejaron de hacerlo al ver a Amaya.

- Vuelve pronto. - contesto su padre.

- De acurdo, aunque no prometo nada. - le contesto en un tono frío, seguía enfadada con él.

Cuando se marcho, Jack le hizo una señal a dos de los tíos de la niña, no iba a dejar sin vigilancia a su pequeña después de todo lo que estaba pasando.

Amaya llegó a la fiesta y se sorprendió, realmente tenía unos compañeros jodidamente ricos, ¡eso era una mansión! Por lo que ella sabía era la vivienda de uno de los chicos guays y populares del curso.

Todos iban informales, con sudaderas y pantalones vaqueros aunque otros iban con camisas, y algunas chicas iban con faldas muy cortas y un escote pronunciado.

En el jardín delantero había ya personas un poco bebidas de más, y varias parejas liándose sobre el césped. Amaya los ignoró completamente y pasó dentro de la vivienda, había una mesa llena de comida y bebida. En el sofá había gente jugando a pasarse una carta en la boca. Había mucha gente que no conocía, casi no podía ni caminar. Al no encontrar a nadie decidió ir a l jardín de atrás donde estaba la piscina, allí tampoco estaban sus amigos.

- ¡Ey Morrison! - una voz conocida hace que se gire sobre sus talones. En la e¡puerta estaban sus amigos y parecían sorprendidos y uno parecía molesto, estaría enfadado con su pareja, siempre estaban discutiendo.

-¡Hola chicos! - fue corriendo hacía ellos.

- Creíamos que no ibas a venir. - contestó sincera la misma chica que le invitó.

- Jeje, al final mi padre me dejó salir.

-¿Tu papi te dejó?¿Pero a esta hora no estas acostada?- le pregunto tranquila otra de las chicas provocando la risa de los chicos y dejando sin contestación a Amaya.

- No les hagas caso.- le dice el chico que parecía molesto, ahora sonriendo y acercándose a ella. ¿Quieres pasarlo bien? ven, quiero que pruebes algo.

Amaya simplemente le siguió, era su amigo, no había nada de lo que preocuparse. Salieron a la calle acompañados de los demás. El chico se dirigió a una de las motos aparcadas y le lanzó un casco a Amaya.

- Vamos hasta el final de la calle. - Amaya miró, era una calle bastante amplia y larga, una gran avenida.

- No tengas miedo Morrison. - le reto una de las chicas.

Amaya ante eso no dudó y se puso el casco, caminó hasta la moto y se subió detrás del chico. Enseguida puso en marcha la moto y empezó a gran velocidad. A cada metro el chico aceleraba. No llegó ni  a lamitad de la calle cuando Amaya estaba aterrorizada e intentó aguantar un rato, pero le fue imposible al ver que el chico aceleraba más. Ante eso, Amaya gritaba que parara a pleno pulmón, pero su amigo no le hacía caso.

-A ver si vuelve.

- Mira que pensar que eramos sus amigos...

- Ya aprobamos Física, ya no la necesitamos.

Amaya empezó a leer las mente de aquellos chicos que creía sus amigos, la habían utilizado, la habían engañado, no la querían. Amaya cerró los ojos ante un nuevo pensamiento de quien llevaba la moto. Al llevar el casco pensaba frenar de golpe y lanzarla por los aires, según él no había peligro, sólo un pequeño susto. Para ser un genio era bastante ignorante y estúpido. A esa velocidad no estaba segura si el casco haría algo.

Justo como lo había planeado el chico, al frenar Amaya es lanzada por los aires hacía delante. Ella seguía con los ojos cerrados, no quería saber donde iba a caer. Pero para su suerte impacto con algo blando, o más bien, alguien. Esa persona estaba ahí para amortiguar el impacto y frenarla, para sujetarla, gracias a su cuerpo fuerte ni él ni la niña habían resultado heridos.

Amaya al sentir unos grandes brazos alrededor de ella, empezaba a salir del shock y abrir los ojos para encontrarse con su tío Winston., estaba asustado mirándola, parece que él también había sufrido un buen susto. La abrazaba con fuerza, ni siquiera tocaba el suelo. Amaya al verlo no lo pudo evitar y empezó a llorar mientras lo abrazaba, haciendo que su tío empezará a reaccionar y a intentar calmar a su sobrina.

Por otra parte su tía Widow pinchaba las ruedas de la moto del chico mientras lo cogía del cuello amenazándolo y levantándolo del suelo. A lo lejos la gente de la fiesta no alcanzaba a ver lo que sucedía pero por los gritos se hacían una idea, y pensaban que la policía había aparecido. Cuando Widow soltó al chico lo obligó a irse corriendo hacía la fiesta de nuevo, llorando y asustado, Winston llevó a Amaya a la furgoneta para volver a casa.

- Esto habrá que contárselo a tu padre. - fue lo único que dijo en todo el camino de vuelta.

Al llegar Amaya en el vehículo, ya todos sabían que algo había pasado. Amaya se dio prisa al ir a abrazar a su padre aún un poco asustada. Jack no tardó en pedir explicaciones igual que el resto. Amaya les contó todo, hasta que leyó sus mentes, todo con sumo detalle.

Jack estaba furiosos, más que eso, habían hecho daño a su niña, ya no tenía amigos. Soldado se detuvo a pensar unos segundos mientras consolaba a Amaya, ante la atenta mirada de todos, quienes esperaban una orden de él. No tardó en pronunciar las palabras.

- Recoged todo, mañana por la mañana nos vamos a Gibraltar. Amaya, te irás a la Ruta 66 con tu tío después de mudarnos. - dicho esto, todos empezaron a recoger sus cosas y a retirarse del lugar.

Amaya intentó persuadir a su padre de que no era necesario, no volvería a ver a esos chicos, estaba enfadada por esa decisión. A pesar de todo Jack seguía firme y no se ablandó. Se irían mañana si o si. Amaya estaba furiosa y triste, eso significaba no volver a ver a Matt, o eso creía ella.

La niña de OverwatchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora