Capitulo 35 Misterios sin respuestas

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Izumi

Delante de mí estába el campo destruido por una gran batalla... y por lo que veía, no había pasado mucho desde que termino.
Sin duda alguna debió de haber sido una batalla​ colosal, muchos árboles grandes y fuertes habían sido rotos. En resumen...

Todo era un caos...

- ¿Que demonios pasó aquí?

Comencé a explorar un poco el lugar, había varios escombros. Pero entre eso había varios charcos de sangre... me puse en cuclillas cerca de él charco más grande, sin duda alguna uno de los que se enfrentaron no salió muy bien de esta.

Tocando un charco - Aún está fresca... debe de haber huido y no debe estar muy lejos.

Me levanté y con un papel limpie la sangre en mi mano. Después sacudí un poco mi ropa ninja (la de la imagen).

- Bueno esto no me incumbe

Me di la vuelta para encontrar la salida de este bosque, salte por varias ramas de los árboles​ y estaba a punto de salir de ahí y regresar por mi camino, cuando note un chakra familiar. Era mínima la cantidad, casi indetectable e irreconocible para los demás, pero yo logré reconocer la por tantos años que viví con esa persona.
Corri con velocidad hacia donde sentía su chakra... solo espero no equivocarme... ya que soy muy mala detectando chakras.
Estaba cerca, muy cerca... lo vería otra vez después de tanto tiempo.
De nuevo llegué al campo de batalla y ahí fue donde lo ví... jamás lo confundiría.

- ¡Hermano!

Dirigió su negra mirada hacia mí... ¿era el en verdad?... era su rostro, su cabello, casi todo era como lo recordaba. Pero su mirada era distinta, como si estuviera sorprendido de verme... pero también notaba preocupación y algo más... ¿pero qué?
Camine hacia él, mientras lo analizaba más detalladamente​, y pude notar que trataba de ocultar algo...

Confundida - ¿Pasa algo?

Con voz cansada - No deberías estar aquí... y yo tampoco

- Pero ambos estamos aquí... por motivos diferentes, pero estamos aquí. - sonriendo - Tenía muchas ganas de verte hermano... también tengo preguntas y...

- Izumi... este no es el momento ni el lugar para eso. Pero es muy oportuna tu llegada - dando la vuelta - cuida a esos tres... - señalando a un árbol - están acabados. Dieron lo mejor de ellos.

Dirigí mi vista a donde señalaba y me encontré con la sorpresa de que; en un domo formado por las raíces de un gran árbol, el equipo 7 estaba desmayado.

- ¿Pero que les pasó?

Cuando regrese mi mirada, él había desaparecido. Demonios, se había vuelto a escapar, golpeé el suelo con mi pie para liberar un poco mi enojó.
Ahhh... siempre hace lo mismo.
Dejé de hacer mi rabieta y entre al "refugió" del equipo e inmediatamente un perrito comenzó a ladrar me, sólo le dirigí una mirada seria y se quedó en total silencio.

Suspiré y comencé a revisarlos, el chico castaño estaba bien a comparación de los otros dos. Aunque siendo sinceros la más afectada era la rubia.

- Sin duda tu fuiste quién lucho en aquel campo de batalla - sujetando la mano de la rubia - quedaste hecha polvo. ¿Fue tan fuerte tu oponente?

Busque con mi mirada algo con que curar a la rubia, y me encontré con un pergamino gris muy peculiar.
De el sobresalían pocos materiales para curar, pero eran los necesarios para tratar las heridas más graves de Naru.

Mirando a los dos chicos desmayados - Más les vale que estén inconsientes de verdad... - con aura furiosa - porque si no lo están... los mato.

Regrese mi atención al cuerpo de Naru y comencé a quitarle la ropa maltratada y llena de sangre.
Había una botella de agua y junto a el se encontraba un pedazo de tela a sí que primero la limpie... y mientras lo hacía, note que tenía varias heridas, algunas más graves que otras.

Mi Vida Con Este Teme (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora