I.

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No esperes explicaciones aún, cada cosa tiene su momento, no nos precipitemos.

Es el momento de que me conozcas un poco.

Solía ser una chica normal, con una vida normal y bastante tranquila... bastante aburrida en realidad.

Llevo gran parte de mi vida viviendo en Greatwood, un pequeño pueblo recóndito que a penas aparece en los mapas.

Digo gran parte de mi vida porque no siempre he vivido aquí, solía vivir en California, claro que, eso fue hasta que cumplí los 5 años.
Mis padres fallecieron en un accidente justo el día de mi cumpleaños, por lo visto estaban de camino a una pastelería para recoger la tarta y un vehículo que conducía temerariamente se cruzó en su camino, provocando una catástrofe.

Recuerdo sus rostros al despedirse y entrar en el coche a la perfección, también recuerdo lo mucho que me querían.

Hay momentos en los que mi mente me juega malas pasadas y soy capaz de oler aquel perfume dulzón que mi madre utilizaba al salir de la ducha.
E incluso algunas noches cuando estoy prácticamente dormida por tan solo unos segundos me parece escuchar los sonoros ronquidos de mi padre en la lejanía.

Pero, desaparecen sin más y regreso a la realidad, a la sensación de soledad.

Vivo con mi tía desde entonces,
siempre me ha cuidado como si fuese su propia hija.

Muchas veces era complicado tener que explicar a los padres de mis amigos o a los profesores del nuevo colegio que mis padres estaban muertos, sobre todo cuando éramos pequeños. Pero, ella lo hacía con tanto tacto y delicadeza que hoy en día para mi no es un problema hablar sobre ese hecho.

¡Buen trabajo tía Margareth!

Por lo demás mi vida siempre fue de lo más tranquila y rutinaria.

Actualmente estudio en "Greatwood High School".

¿Sonará raro si digo que me encanta ese lugar?

Me encanta simplemente porque desde que "cambié", ese instituto, para mi, es el lugar más tranquilo del mundo, exceptuando los típicos dramas adolescentes que hay en todos los institutos.

Allí no corre peligro ni mi vida ni la de mis amigos, o al menos es así la mayor parte del tiempo.

Oh, casi se me olvida, mis amigos...tampoco son... normales.

De hecho, practicamente todos ellos nunca lo fueron, nacieron en familias con varias generaciones de actividad sobrenatural o tienen alguna relación con ella.

Daniel y Sam Portland, mellizos que nacieron en una familia que solía cazar licántropos, hasta que hace un par de generaciones su código cambió y ahora sé dedican a proteger a aquellos que no pueden protegerse.

Daniel quizás se toma las cosas demasiado en serio ya que más de una vez ha dejado heridos de gravedad a varios abusones del instituto, sin duda, no volverán a meterse con nadie.
Pero él no se libra de los castigos.

Sam, mi mejor amiga, es bastante tranquila, trata de no meterse en líos y solo ataca cuando alguien "no humano" nos trae problemas.

Luego está Ray Hudson, él es hombre lobo, sus padres también son licántropos.
He de decir que podéis estar tranquilos, no son peligrosos.
Supongo que la ventaja de llevar varias generaciones de licantropía es que les enseñan a no perder el control en luna llena más fácilmente, aunque, no funciona en todos los casos.

Ian Graham es el mejor ejemplo de ello, él es hombre lobo desde hace poco y aún no controla sus habilidades, por lo que en luna llena es muy peligroso.
Solemos encadenarle en el sótano de los Hudson pero ya se ha escapado un par de veces.
Por suerte no ha matado a nadie de momento, pero varías personas vivieron algo que nunca podrán olvidar.

No creo que se vea todos lo días un descontrolado hombre lobo correteando desnudo por la calle y destruyendo todo a su paso.

Debe ser una experiencia traumática para los humanos.

Y luego estoy yo...

Una simple humana, al menos de momento, ya he dicho que no debéis adelantaros.

Una humana corriente que no tenía ni idea de la condición de sus mejores amigos, pese a pasar los días leyendo relatos mitológicos. ¿Irónico verdad?

Pobre de mí, tan inocente y...normal.

Ya podéis imaginar mi reacción cuando me confesaron sus secretos...

Pero...¿Qué fue lo que me cambió?


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