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Aún no soy capaz de describir como me sentía en aquel momento. Tras el logro de Ray de tranquilizar a Keana tuve que atender una llamada de la preocupada Señora Graham.

Me preguntó si había visto a su hijo a lo largo del día, comentó también que no había dormido en casa y que no la avisó de que no iría a dormir, su voz emitía pequeños y sutiles sollozos cada vez que hablaba.

No me gustó hacerlo pero me vi obligada a mentirle. Le dije que Ian había dormido en casa de un compañero de clase con el que tenía que hacer un trabajo y que seguramente no pudo avisar porque le última vez que le vi tenía poca batería.

Le dije que estuviera tranquila pero ni siquiera yo era capaz de estarlo.

Teníamos que encontrarlo pronto.

Si la señora Graham llamaba a la policía, se pondrían muchas vidas en peligro.

Este no era un simple caso de desaparición o secuestro. Era un caso de desaparición o secuestro que incluía un hombre lobo adolescente y descontrolado y a un peligroso e imponente vampiro.Y la policía no podría tomar cartas en el asunto.

El camino se me hizo eterno, la noche estaba sumamente oscura, a penas podía distinguir las siluetas de mi acompañantes, la luna no brillaba especialmente aquella noche.

Sin embargo, pude distinguir a Keana que caminaba unos pasos por delante de mi. Su espeso pelo rizado destacaba y su blanco pañuelo ondeaba al son de la gélida brisa. Caminaba despacio y con pesadez, como si estuviese cansada, en su mano derecha sostenía el bate, casi siendo arrastrado por el suelo.

Avancé hasta situarme a su lado toqué su hombro un par de veces para llamar su atención.

--- ¿Estás bien?- pregunté.- Pareces cansada.

--- Lo estoy.- respondió cortante.

--- Hemos llegado.- anunció Daniel desde la distancia.

--- Hay que rastrear la zona. Pero nada de adentrarse en el bosque.- dijo Ray.

--- ¿Qué hacemos aquí exactamente?- preguntó la chica acomodando su pañuelo.

--- Buscar pistas, huellas, cualquier cosa que nos lleve hasta Ian.

--- ¿Y no sería mejor entrar al instituto? La pelea fue allí.- respondió.

--- Sí. Pero salieron por aquí y Sam y yo ya restreamos ayer el instituto. No hay nada. Sólo huellas que describen lo que ya sabemos. Y esas huellas llegan hasta aquí.- informó Daniel señalando la puerta de atrás del instituto.

--- Estar atentos por si encontráis algo. Sangre, ropa...- dijo Sam buscando huellas o marcas de sangre con un aparato que emitía luz ultravioleta.

Tras un par de horas desistimos. No había nada, ni un simple rastro. Ese vampiro se tomaba muy en serio lo de ocultar su padaredo.
Llegué a casa agotada y nada más acomodarme en la cama quedé sumida en un reconfortante y profundo sueño.

¿Creéis en los sueños premonitorios?

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