Identidades

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  Ya era obvio para 166781833, había ido hasta ese hospital en busca de Chat Noir, quien debía estar muriendo lentamente. Casualmente escucha a Gabriel Agreste, padre de un amigo cercano, que al seguirlo tiene contacto con su hijo Adrien; quien además de ser físicamente similar a Chat Noir, es el único mayor de un año que puede verla. Luego se entera que está sufriendo de una misteriosa enfermedad que avanza día a día y es el único que recuerda a su álter ego "Ladybug". 

  Si, gran parte de ella quería negarse a aceptar esa "ridícula idea", pero todo apuntaba hacía aquel razonamiento. Las constantes llegadas tarde de Adrien al colegio, las habilidades de esgrima que vislumbraba en batalla Chat Noir, sus ocasionales idénticas posturas y el hecho de nunca haberlo visto ser rescatado por el gatuno héroe. Todo el rompecabezas se había armado de un instante a otro, la chica intentaba llegar a una conclusión neutral con sus sentimientos pero el caos la atacaba. Aquel cóctel de emociones que estallaban entre sí, solo le permitieron gritarle a su ahora evidente compañero, por más loco que sonase, el hecho de que nadie podía verla. Sus manos comenzaron a temblar, desde un extremo se quedó mirando como los enfermeros juntaban los trozos de lo que antes fue una delicada lampara de cerámica. 

  Adrien sentía que le hablaban, pero no podía darle sentido a ninguna palabra. Dejó su mente en blanco, su mirada permaneció en el cobertor de la cama durante varios segundos. De repente comenzó a volver en sí, lo primero que noto fue el sonido de la cerámica rota siendo barrida y luego unos chasquidos de dedos frente suyo. El joven comenzó a pestañear, luego vio que las manos delante de su rostro eran del doctor, que mantenía una mirada expectante. 

- Yo lo rompí. 

  Dijo de manera veloz Adrien, señalando con sus ojos la dañada lampará.

- No.. No hay problema, no te preocupes...

  Respondió el doctor, que apoyo lentamente al paciente sobre la almohada. Adrien reaccionó asustado, sus temores aumentaron cuándo el profesional comenzó a levantar sus parpados para ver con detenimiento el estado de las corneas, iris y retinas. 

- ¡¿Qu-que hace?!

  Gabriel al ver los nervios de su hijo se acerco rápidamente, insistió en que no se preocupe y mencionó lo rutinario del asunto. El doctor terminó su inspección y el rubio chico volvió a pestañear varias veces, aunque estaba molesto con su padre se decidió por tomarlo de la mano con fuerza.

- ¿Puedo preguntar por qué tiraste la lampará Adrien? ¿La visita te dijo que lo hicieras? 

  Consulto el medico de manera serena mientras acomodaba su bata, el joven lo observaba molesto. Sabía que lo estaba tratando como un paciente con probable esquizofrenia, había visto sus notas en una oportunidad y no tenía ganas de darle la razón. No iba a aceptar que estaba loco, sabía más cosas que los demás y ahora estaba viendo a alguien que es invisible para la mayoría, pero todo debía tener su motivo. No era lo más ilógico que le había pasado, esto debía ser un akuma. Se aferro a ese pensamiento con todo su ser, debía encontrar la forma de resolver lo que acontecía, a pesar de su malestar.

- Fue un accidente, intenté pararme y.. La tire.

- Oh, ya veo.. Como dije antes, no te preocupes por eso. Respecto a la visita que me comentó tu pad-

- Perdón, fue una broma. Estaba muy aburrido y lo creí gracioso..

  Gabriel lo miró extrañado, eso no era algo que hiciera su hijo. Marinette respiró aliviada al ver que de manera inteligente su amigo había resuelto las cosas, ahora había espacio en su mente para sentir vergüenza de lo que hizo antes. 

- Muchacho, eso está mal. Nosotros estamos aquí para ver tus avances con respecto a tu salud, cada broma que hagas nos aleja de un diagnostico que pueda curarte.

  La joven de cabello azul observó curiosa al doctor que se encontraba retando a Adrien, notó que a pesar de mantenerse serio había un aire de incredulidad en sus ojos. Se acerco a él y pensó en seguirlo un poco, tanto para ver lo que hiciese como para escucharlo mejor. 

- Le pido perdón, estoy un poco tenso con todo lo que pasa..

- Entiendo, espero que no se repita. A menos que quieras un mal diagnostico. 

  El joven sintió lo último como una amenaza, aquel alto hombre hizo un amague de irse pero luego volteó para llamar a Gabriel; la chica se mantuvo siguiéndolos, aún al salir del cuarto. Adrien comprendió las intenciones de ella pero sintió un vació tan grande al verla irse, que quiso seguirla. Tenía miedo de que jamás la volviera a ver pasar por aquella puerta, apretó sus dedos sobre el colchón y estrujó la sabana del enojo ¿Y si eso llagaba a suceder? Significaba que nunca se había despedido de.. ¿Marinette? No. 

- ¿Ladybug..?

  Si. Comenzó a escuchar el latir de su corazón, ahora lo invadía la congoja y la ira. Cerro sus ojos e intentó retener cada recuerdo desde la última vez que la vio, sus gestos, cabello, pliegues de ropa y mirada. Si no llegaba a ser la última vez que la vería, si ella regresaba por esa puerta frente a él, quería estar preparado para unir a esas dos maravillosas personas en una; Marinette debía ser Ladybug y viceversa, debían trabajar juntos para resolver todo esto. Sabía que lo menos importante en ese momento era enterarse de las impresiones sobre las identidades de cada uno, pero no podía evitar hacer conjeturas respecto a lo que ella podría haber sentido. Eran buenos amigos, nunca cruzaron varías palabras en alguna conversación como civiles pero tampoco como héroes, lo más probable es que su relación no cambie mucho. Pensó que quizás ahora, cuándo acaben con el akuma que esta causando todo esto, podría intentar enamorarla de maneras más clásicas. Invitarla a comer, por un helado, poemas que si pueda darle y otras ideas que le fueran ocurriendo. Se permitió divagar un poco en ello, soltó de momento una risa, le causó mucha gracia recordar cada pelea contra los akumatizados e imaginarse como civiles en sus interacciones. Aún era raro saber su identidad, lo sería mucho tiempo más y él lo aceptaba. Se sentía en paz al no estar solo, tenía completa esperanza de que Marinette volvería. 

  - Señor Agreste, necesito que firme unos permisos en la secretaría del hospital. Vera, cuándo consideramos que un paciente puede auto agredirse y corre peligro su integridad física, solemos controlar la situación desde el sector de seguridad con cámaras. Si nos da su consentimiento nosotros instalaremos lo necesario para, además de resguardar su seguridad, seguir un registro del avance frente a la enfermedad. 


5 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora