La única forma.

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- Está sucediendo, realmente estoy muy cerca.

  Dijo mientras se abrazaba así misma con fuerza.

- Sucederá, por fin él será capaz de matarme. Estoy muy cerca, no tengo que perder el tiempo. La transición se acabará pronto, ya no podré crear más nada para él.

  Sus ojos brillaban de esperanza, hasta ahora nunca había logrado ver a Adrien tan confundido. Él siempre decidía con certeza morir junto a ella, ambos terminaban suicidándose. El ciclo jamás terminaba, volvían a conectarse los mismos patrones una y otra vez. 

- Aún si termina muriendo de nuevo... ¡La próxima sabré como actuar! 

  Ella pensó que la misteriosa voz exterior fue un buen plan, parecía crear un universo estable; algo con que guiarla correctamente. Si se asustaba lo suficiente antes de ver a Adrien, podría convencerlo mejor para que acabe con su existencia. 

- Es la única forma... Vamos, matame. Hazlo de una vez, te amo...

  Con está ya eran 166781833 veces que lo intentaba, todas sin éxito. Tenia fe en esta ocasión, todo marchaba bien pero con el paso del tiempo ya estaba más que acostumbrada a que de alguna forma algo sucediese mal. El joven rubio la amaba demasiado, lamentablemente, es por eso que siempre optaba por sacrificarse para acabar con todo. 

  Estaba ansiosa, si él la asesinaba este dejaría el bucle para siempre. Tenía que romper el sistema, lograr que una pieza hiciera algo imposible, de esa forma lo liberaría. Ya había superado el miedo de permanecer en soledad durante la eternidad, su corazón repleto de amor por Adrien era el que mandaba. Sino sería egoísta ¿No? Ella era la única que sabía la manera de que al menos uno escapara, no podía echarse atrás solo por querer una compañía. 

Se quedo mirando expectante a ella misma, observaba como estaba reaccionando con la tierna escena de madre e hijo. No podía saber que estaba pensando su copia, pero intuía que debía tener tantas ganas de ser asesinada como ella.

- ¡Si!

Algo pasó, aunque no quería ilusionarse ya lo estaba. Adrien le pidió a su madre que saliera del cuarto, quizás con alguna escusa ¿Bocadillos? ¿Algún refresco? Eso no importaba, se había alejado de su madre para hacer algo.

"No sé que hacer..." 

  Dijo el chico de verdes ojos totalmente destruido, con la voz entrecortada y sintiendo la muerte llegar. Esa enfermedad en realidad delimitaba el tiempo en el que Ladybug podía intentar crear aquella realidad, había descubierto que esa forma era la más conveniente para presionar al joven Chat Noir. Cada vez que un ciclo terminaba, ella tenía la oportunidad de volver a intentar liberar a su amado ¿Esta sería la definitiva? No lo sabía.

- Si.. Anda, no lo dudes...

Movía frenéticamente la punta de su pié de arriba hacía abajo. Se encontraba viendo como Marinette, aceptando su destino, le insistía al joven sosteniendo un trozo de lo que fue una lampara. Aquel pedazo afilado de cerámica causaba que el corazón de Ladybug se agitara ¿Acaso esta vez sería el final de todo? La chica fue muy lista guardando esa arma, había esperanzas, 166781833 no lo dejaría morir.

- ¡Por favor!

  Gritó aunque nadie podía escucharla, dejando caer lagrimas sobre su rostro. Hacía mucho tiempo que ella no lloraba, quería con todas sus fuerzas que Chat Noir enterrara reiteradas veces ese objeto en su cuello. Adrien tomó el trozo de cerámica que la chica de cabellos azules le ofreció, rozó su dedo y al instante comenzó a salir sangre; realmente era filoso.

"¿Es... La única forma..?"


5 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora