A simple life

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– ¿Listo para irnos? –preguntó el castaño, asomándose a la sala de profesores. Sugawara terminó de acomodar unos cuantos papeles, para después, sonreírle al recién llegado. –Ya casi, solo debo ordenar esto, y habré terminado.

Oikawa entró, sentándose en la silla contigua a la de Sugawara, observando atento cada uno de sus movimientos. Por su parte, el albino se limitaba a sonreír al sentir la mirada del mayor sobre él. Aquello se había vuelto una rutina: Oikawa iba a buscarlo al terminar los entrenamientos del club de voleibol, y luego, caminaban juntos a casa. Al principio, Sugawara se sentía un poco culpable de mantener al castaño esperándolo todos los días, pero fue Tooru el encargado de disipar esa preocupación. –Ahora sí, podemos irnos –resonó la voz de Koushi, en la sala "vacía". Ambos se pusieron de pie, y luego de que el menor cerrara, emprendieron su camino fuera de la escuela.

­– ¿Qué quieres cenar hoy?

–Hace tiempo que no como mapo doufu.

–Mapo doufu súper picante, será.

Ambos rieron durante el trayecto; sus manos entrelazadas, de vez en cuando jugaban, empujándose suavemente. Pasaron a una tienda de conveniencia para conseguir los ingredientes necesarios para la cena de esa noche. Bolsas en mano, Oikawa decidió abrazar a Koushi el resto del camino, bajo el pretexto del frío clima. Por su parte, el menor no renegó más, solamente se limitó a bajar un poco el sonrojado rostro, sonriendo con ternura.

La cena había pasado tranquila, como todas las noches. A veces miraban televisión mientras comían, otras solamente se dedicaban a platicar cómo les había ido en el día, riendo ante los comentarios de Oikawa sobre los alumnos y su exageración sobre algún golpe o caída. Al terminar, Sugawara recogió los trastes, dirigiéndose a la cocina para poder lavarlos; por su parte, Tooru se dedicaba a limpiar la mesa, y guardar todo lo que habían ocupado. Los trastes quedaron en solitario, escurriendo, mientras los chicos se acurrucaban un momento en el sofá, mirando alguna serie o película en el televisor, en ese momento, cualquier cosa era buena.

Sus ojos marrones no se apartaban del otro, torciendo un poco la boca ante aquel continuo cabeceo. –Oikawa, vayamos a dormir, ¿quieres? –su voz resonó incluso por encima del volumen del televisor, mientras su dedo picoteaba la mejilla del mayor. Oikawa por su parte, abrió los ojos con rapidez. –No, no, estoy bien –su voz sonaba adormilada, y su cabeza se agitaba en un intento de espantar el sueño. –No me engañas "Gran Rey" –se burló Koushi, apagando la televisión y poniéndose de pie. –Vamos, ya es algo tarde –tomó la mano de Tooru, obligándolo a ponerse de pie. El castaño obedeció, arrastrando un poco los pies. –Aún es temprano, Suga-chan –se quejó, abrazando por la espalda al aludido.

Con algo de pesadez, Sugawara logró llevar a su pareja a la habitación. Oikawa, aún abrazado al menor, se tiró a la cama, arrancándole carcajadas al otro. Luego de "pelear" un rato, logró levantarse de la cama, para poder dirigirse al baño y lavarse los dientes, seguido por Tooru. Ambos se pusieron el pijama, y se dispusieron a dormir, abrazados el uno al otro.

***

La voz de Koushi inundaba la habitación, a pesar de que el chico intentaba ahogar sus propios gemidos. Tooru simplemente sonreía ladino ante las reacciones que lograba sacar de su amado, sintiendo las manos del otro aferrarse a su espalda, gimiendo un poco al sentir las uñas enterrándose en su piel. Pequeños besos depositados en el blanco cuello de Sugawara, intercalando entre ligeras mordidas.

–Tooru –la melodiosa voz de Koushi cosquilleaba en el oído del aludido, excitándolo aún más. La espalda del menor se arqueaba debido al placer proporcionado; desesperadamente, buscó los labios del chico, besándolos con gran necesidad. Su cuerpo se estremecía con cada caricia y estocada recibida, obsequiando al castaño con sus suaves gemidos, pidiendo más a cada segundo que pasaba.

Sus respiraciones agitadas, y el sudor recorriendo cada centímetro de su piel. Sugawara se abrazaba al torso de Oikawa, mientras sentía como este dibujaba pequeños círculos en su espalda. Lentamente, se fueron quedando dormidos, aspirando el aroma del otro, y la calidez de sus cuerpos chocando armónicamente bajo las sábanas.


... me quedó medio raro xDDD

Perdón~ xD

Haikyuu one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora