Capítulo 8 - La Presentación

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[SIN EDITAR]  

Alice


- Se supone que eres mi amigo.

- Se supone que TÚ debes hacer tus tareas, no yo Lizz.

La mañana es fresca y tranquila. Estoy recostada sobre un banco junto a una mesa en el patio del instituto; observo las hermosas nubes del cielo, algunas tienen formas de animales, otras forman figuras y otras con mucha suerte, caras de personas...

- Vamos Fred, ¿dejarás que repruebe matemáticas?

- Dejaré de ser tu esclavo Lizz, ponte a hacer tu tarea ahora, tienes tiempo.

Fred y Lizz llevan discutiendo un buen rato por matemáticas. Lizz no ha hecho sus deberes y Fred no quiere dejar que ella copie de su trabajo, lo que me parece algo muy justo.

Fred no es de los tipos nerd que se dejan manipular, claro que no. Él es muy inteligente y astuto, solo podría dejarnos copiarle las cosas si la asignatura es de vida o muerte, como matemáticas lo es para mí; en cambio para Lizz, esa materia es muy fácil, no logrará que Fred seda esta vez.

Decidí colocarme mis auriculares e ignorarlos completamente, volviendo toda mi atención devuelta en donde estaba.

Realmente me sorprende ver los diferentes tipos de colores que se forman en el cielo, a veces imagino que las nubes son pedacitos de algodón, que puedo tocar, comer, inclusive correr y saltar allí.

Sé que es loco de pensar o ilógico claro, pero sería algo así como un sueño que imagino y que me gustaría que pasara... como también que suceda una lluvia de chocolate o se construya una ciudad de queso. Mi imaginación -al igual que mi mente- nunca están donde deberían.

No quiero parecer loca, pero, hace más de 5 minutos que estoy intentando descifrar una nube en particular... siempre que las veo, relaciono sus formas con algo existente, pero esta vez veo un rostro.

¿Eso es posible? Debo estar soñando.

No es la típica nube en la que intentas distinguir los ojos, la boca y con suerte, imaginar donde estarían la nariz y la boca, no. En esta, puedo ver un rostro muy definido, demasiado realista para ser sincera.

Siento que estoy viendo una pintura hecha por el mismo Leonardo Da Vinci, no miento cuando digo que parece algo muy real.

Parece ser el rostro de un hombre joven, con sus rasgos claramente definidos... no niego que es un rostro muy bonito, de verdad, no tengo palabras para describir lo que veo.

Froto mis manos por mis ojos, esto debe ser un sueño...

Quizás estoy alucinando.

Pues sí, aquel rostro inmaculado y precioso había desaparecido.

¿Y eso que significa? Realmente me estoy volviendo loca.

- ¡Alice! - el grito de Fred me sacó de mi transe.

Me quité mis auriculares, no había notado que John, luego de llevar varios días evitándome, llegó a nuestra mesa junto con Dan.

Me resulta extraño ver a Dan sentado aquí, cuando lo único que siempre hizo fue evitarme y hablar mal de mí desde aquel día...

- ¿Qué haces tú aquí? - solté hacia Dan, ignorando el llamado de Fred.

- ¡Alice! - me apacigua Lizz.

- Tiene derecho de estar aquí... - habla misteriosamente John, quien llevaba unas gafas de sol muy oscuras - ¿no se lo has dicho Lizz? - suena a que se divierte con la situación.

Un amor para recordar [Escribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora