[SIN EDITAR]
Alan
―No puedo creerlo hermano, ¡eso fue asombroso! ―dijo Jack mucho más relajado y contento que antes.
Todos en la banda estaban muy complacidos con los resultados, puesto que, al terminar la carrera, corrieron a abrirse unas cervezas.
Había pasado a la siguiente etapa, sí, pero en el segundo lugar.
Yo en cambio, no me encontraba del todo satisfecho con el resultado, hubiera podido ganar tranquilamente si no fuera por la repentina presión que no pude manejar con eficiencia.
La tensión había disminuido entre el equipo, excepto por un único individuo que no se nos había unido al festejo.
Dan.
El joven estereotipado nos observaba con recelo desde la esquina de la improvisada tienda en donde nos encontrábamos. Su prejuiciosa mirada viajaba desde su hermano y el equipo, hasta llegar a mí. Y así sucesivamente.
Por supuesto que su cara de pocos amigos se debe a que ha perdido la carrera llegando en el último lugar. Sobre todo, estoy más que seguro que su enfado se concentraba en mí... que a pesar de haber salido en último lugar igual que él, he podido ingeniármelas para llegar segundo a la línea final.
Dan perdió la carrera y ha quedado fuera de competencia.
Y lo estoy disfrutando... definitivamente.
Pero aún no alcanzo a disfrutar del todo el momento, algo anda mal. No en la competencia, no en las personas que me rodean... en mí, algo anda mal dentro de mí.
No había, ni el más mínimo motivo de, que me mente se viera arrebatada por el recuerdo una simple y jodida niñata. Porque eso es lo que era...
Una jodida.
Me abofeteé mentalmente. Otra vez me encontraba pensando en ella... ¡¿Por qué demonios lo hacía?! Era algo inexplicable y más aun sabiendo cuanto llegué a detestarla.
Pero fue aquella evocación hacia su persona lo que me devolvió a tierra lo más a tiempo posible... no lo sé, tal vez si no hubiera sido por ello... quien sabe si hubiera alcanzado a ganar la carrera.
Pero eso, no justifica el por qué mi pulso comenzó a fallarme de manera tan ajena en lo que "normalidad" a mí respecta.
No lo sé, se sintió como algo extraño, como si de repente necesitara más aire. Cómo una leve presión en el pecho... y un constante sin fin de pensamiento redirigidos a ella. Recuerdo la vez que estábamos en el pasillo de la escuela, el momento en que mis manos rosaron las suyas al tenderme una cantidad importante de apuntes.
Cómo un contacto tan efímero, me caló hasta los huesos. Ni hablar de lo que habrá sido para ella y para sus mejillas que se habían tornado rosas hasta casi alcanzar una pigmentación mucho más fuerte. O como sentí una agitación en mi pecho al tenerla en varias ocasiones sentada junto a mí en su propia casa, a tan sólo unos milímetros de distancia... cómo las ganas de sentir de nuevo su piel contra la mía cuando la saqué de la piscina a la que yo mismo la había empujado.
De repente un temblor comenzó a apoderarse de mis manos y un profundo "algo", se instalaba en mi pecho, generándome un sentimiento de pánico.
Salté de mi asiento, generando así, que la bebida en mi mano se derramara por completo sobre la camisa que Jack me había prestado.
La camisa de muchos dólares de valor...
Temed billetera mía, TEMED.
―¡Eh!... ¿estás bien? ―dijo el dueño de la tela, viéndome con clara preocupación en su rostro.
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Un amor para recordar [Escribiendo]
Ficção AdolescenteWARNING: Esta novela contiene alto contenido de insultos, violencia, sustancias prohibidas y demás... se recomienda discreción. Alice... divertida, "simpática", sarcástica y muy solitaria. La mayor parte de su vida creció sin un padre a su lado y pr...