Caminó en silencio hasta la puerta del cubículo y puso allí su mano, con cuidado. No quería escucharle llorar, le dolía.
Un jadeo ahogado salió desde esa voz.
– ¿Freddy...?
Un breve silencio se hizo entre ellos.
– A-Ah. Golden... yo- ya... ya vuelvo es solo...
– No te fuerces tanto... – Murmuró con una suave sonrisa, agitando un poco la puerta, sin ser brusco.– Déjame entrar, por favor.
El castaño no respondió en un buen tiempo, pero el ojigris no insistió, tan solo esperó con paciencia frente a aquella puerta. Esta se abrió suavemente tras el piqueteo del ruido metálico del pestillo. Ante sus ojos un sonrojado Freddy de ojos inchados trataba de ocultar su mirada de la del más alto. Había actuado por instinto al escuchar sus llantos, pero ahora no sabía qué se suponía que debía hacer. ¿Abrazarlo? ¿Consolarlo? ¿Preguntarle? Si quiera sabía por qué estaba llorando.
– ... Siento... los problemas que-
– ¡N-No! No das problemas, n-no seas... – Rió algo nervioso, acariciando el pelo ajeno. Freddy no respondió. No le miró ni si quiera. Simplemente se quedó ahí parado, estático y con la cabeza gacha. Dió un suspiro, resignado, y se dejó llevar por lo que su cuerpo decía que debía hacer.– Freddy... ¿Qué ha pasado? La canción ha quedado muy bien, la melodía, la voz... Los tres hemos hecho un buen trabajo y-
– ¿Tres? Querrás decir dos, Golden. Yo no he hecho nada. Nada. Desde que dejé de tocar y me hice simplemente segundo vocalista no he hecho nada. No sirvo para la banda, todo lo que hago... lo que se supone que hago... – Recalcó, apretando sus puños y mirando con ojos acuosos al contrario.– Lo hace Fred. Él es quien canta, él es quien sabe hacerlo, quien... está en la banda. Yo solo pongo el cuerpo...
El rubio se mantuvo en silencio. ¿Qué debía decir? No lo entendía. Tenía la razón en parte, Fred era quien cantaba... Pero eso no significaba que Freddy solo estuviese con su cuerpo ¿no? Tragó saliva, mordiendo su labio un poco.
– Escuchame, Freddy. Tú- ¿Por qué no quieres cantar?
– ¡Por que no sé! Soy vergonzoso, y torpe. Además nunca he aprendido, a pesar de que se supone que tengo una buena voz, o lo que sea. – Chasqueó la lengua, visiblemente molesto por fantasmas del pasado.– Fred es quien tomó las clases cuando eramos pequeños. – Se revolvió, sorviendo un poco y arrugando la nariz.
Por su lado, el chico de ojos negros no decía nada. Se mantenía ahí adentro, en silencio. Entendía lo que significaba esa banda para el castaño, aun que hiciera creer que no. Sabía lo importante que era para Freddy sentirse útil. Pero él también tenía derecho a una vida ¿no? No importara qué, estar ambos en el mismo cuerpo era un problema si ninguno de los dos quería ceder. Suspiró con pesadez. No iba a dejar de cantar... Pero tal vez podía convencer a Freddy de cantar con él. De pequeño solían entonar juntos algunas cosas. Y no quedaban tan mal, después de todo. Aunque fuese difícil, lo que uno no llegaba a suplir el contrario lo abordaba. Incluso podrían dar un gran espectáculo. Sus ojos brilaron ante la ídea. Bien, era un génio. Espléndido. Era perfecto.
– Freddy, calmate ¿vale? Seguro que podemos hacer que funcione. ¿Por qué no aprendes? Puedo enseñarte, podemos enseñarte. – Asumió que en lo profundo del ser de Fred, quería a su... ¿hermano? ¿compañero de cuerpo? Lo que fuese, quería a Freddy. – ¿... Lo intentarás?
– No quiero hacer el ridículo ni distraeros en una fecha tan cercana al concierto...
– No vas a hacer el ridículo, no seas bobo. – Le reprendió con dulzura, tomando su mano y acercándose a un pequeño alfeizar, justo en frente de aquel enorme ventanal.– Si funciona rápido, podremos hacer algo espectacular en el concierto. Si necesitas más tiempo para practicar, cantaré con Fred esa vez y luego será un boom... Como una nueva incorporación, una evolución.
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Mitades [FreddyxGoldenxFred] FNAFHS #SAVEGOLDDY [Pausada]
Fanfic- ¡Todos tenemos fallos! - ¿¡Tú consideraste todos ellos fallos!? - Bueno... - El chico tragó - ¡No le entiendes! - ¡Claro que lo entiendo! No puedo creer que me estés tratando de esta forma después de todo. Silencio ¿Cómo podía explicarle que él n...