– ¿Qué te parece, Chica?
– Sh... – Susurró ella con voz calmada, mirando las telas entre sus manos atentamente. – No me metáis en la música. Solo estoy aquí porque me lo pedísteis, pero yo tengo mi trabajo.
El pelirrojo la miró en silencio, dando un trago a su vaso de agua. Bufó, y se cruzó de brazos, recargándose en el sofá de la sala del pelimorado. Rogaba porque el chico no se fuese de la habitación, pues sería una situación extremadamente incómoda. Suspiró y se regañó a si mismo. Ella se veía tan centrada, concentrada. Y él ¿Qué estaba haciendo él? Preocuparse de aquella noche, de sus estúpidos sentimientos. No prestarle atención a lo importante, al concierto. Era su oportunidad, la oportunidad de todos, y él no estaba centrándose. Y eso, podría hacérselo pagar muy caro a todos.
– ¿Fox? ¿Me estás escuchando?
– ¿Eh? Ah, s-sí, claro. – Carraspeó mirando a su amigo, y rascando un poco su rapada nuca.
Bonnie suspiró, recogiendo en una coleta su ya largo pelo morado. Sabía que el más alto mentía, pero no iba a meter más leña al fuego.
– Bueno, entonces ¿qué te parece ese compás? – Preguntó, mientras lo marcaba con sus manos para que el pelirrojo no quedase demasiado mal frente a la rubia.
– Eh- bien, fresco. – Asintió, volviendo a su trabajo, mirando la hoja, rellena de pentagramas.
Finalmente pudo centrarse mejor en su deber, hablando más fluidamente con el de ojos rojizos sobre lo que le parecía cada compás, nota o pentagrama.
La rubia, acabando ya de pasar su mirada por la página donde tenía su vestuario garabateado, decidió darse un pequeño descanso. Levantó su mirada hacia sus compañeros de habitación , sin levantar su cara, pero solo se fijó en uno de ellos. Dio un pequeño suspiro, antes de apartar unos rubios mechones de su cara y colocándolos tras su oreja. Los ojos ámbar del más alto de los tres se paseaban por las hojas bajo sus pelirrojas cejas, suavemente fruncidas. Esa misma mirada se chocó contra la suya, que se apartó con rapidez en un carraspeo.
– ... Ah, me llaman. Ahora vuelvo.
El más bajo se levantó con prisas, sacando su teléfono móvil, totalmente en silencio, y huyó de la habitación. Dejándola en un total y tenso silencio. Pasaron muchas cosas por la mente de ambos jóvenes, pero ninguno dijo ninguna de ellas.
– Yo... creo que nosotros deberíamos–
– ¿Hablar?– Sobre lo que pasó. Sí, yo también cre– – Y aunque, por una vez ambos estaban en el momento adecuado con el humor adecuado, el móvil de la muchacha les cortó.
Hacha mecha na ren ai jijou no sono sakini
Egakitai yo bokura shika tsukurenai love stage!!Ippo tsuukou no bo-
– Ah, perdón. – La chica, con rapidez felina, tomó el móvil mientras se levantaba de su lugar y salía de la habitación con el corazón acelerado.
– ¡Chica! He estado pensando en la coreografía, y tengo cosas súúúper increiblemente geniales para– ... Ya sabes, yaoi, entonces–
– Oye Abby... Este no es- el- m-momento ¿sabes? Yo, estaba...
– ¡Ay no me digas! ¿Te he cortado el polvo? ¡Lo sient-
– ¡No, bruta! – Gritó hacia el teléfono, despegándolo de su oreja y poniéndolo frente a sus labios.– Pero, tenía una charla pendiente y... en fin. Se ha cortado.
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Mitades [FreddyxGoldenxFred] FNAFHS #SAVEGOLDDY [Pausada]
Fanfiction- ¡Todos tenemos fallos! - ¿¡Tú consideraste todos ellos fallos!? - Bueno... - El chico tragó - ¡No le entiendes! - ¡Claro que lo entiendo! No puedo creer que me estés tratando de esta forma después de todo. Silencio ¿Cómo podía explicarle que él n...