Capítulo 7: Morir

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La primer semana pasó tranquila.

Nada fuera de lo normal.

Nada nuevo.

Tampoco tengo noticias de él. Pero me ha servido el tiempo para pensar.

Diane me ha hablado de él durante su ausencia.

—Le gusta ser dedicado. —me mira mientras deja la ropa en mi cama. —Su familia le enseñó a ser muy hogareño.

—Vaya.

—No dudes que en navidad te va a dar un regalo espectacular. Ama los presentes. Y eres como su novio, te va a tratar de maravilla.

Faltan dos meses para navidad.

Exactamente.

No había pensado en ello, en realidad, es algo que no me importa mucho.

—Me regala cosas casi todos los días. Y no soy como su novio.

—Eres un grano en el culo cuando te lo propones. —me río apenas. —De verdad, Harry, eres muy lindo pero también muy hijo de puta. Si sigues así vas a caerme muy mal. Y no te conviene porque soy tu única amiga.

—Aquí, dirás. Pero voy a irme dentro de tres meses. —se detiene enseguida de lo que está haciendo y me mira.

—¿Qué?

—Louis y yo hicimos una apuesta. Y al parecer voy ganando.

—¿De qué?

—Pretende que me enamore de él. Sabe que no va a pasar pero aun así me dio seis meses. —ella me mira enseguida. Me siento mentiroso por la manera en la que lo hace. Parece estar convencida de lo contrario.

—Harry, en serio, te gusta Louis, puedes decirle lo que quieras pero a mí no me engañas. Lo veo en tu cara.

—No es así.

—Sí lo es. No me mientas, conmigo no funciona. —lo único que sale de mi boca es un suspiro.

—Con él tampoco.

—Entonces sí te gusta.

—¡No dije eso!

—A mí me parece que sí.

—Diane, deja el tema. —murmuro.

—No es por ser mala, es porque me caes bien, Harry. —la miro levantarse para irse, las manos me tiemblan por un segundo. Ya no estoy en la misma casa, ya no hay tanta gente. Ya no hay quince personas cuidándome, sólo estaba Diane, una persona del aseo y dos guardias. Con cuatro personas en la casa, era más fácil irme.

Tenía que intentar.

(

La segunda semana estaba por acabar.

Hoy era el último día de mi estancia en esta casa y ya todo estaba planeado.

Tenía que irme ya.

—Llega hoy. —me dice Diane, frunzo el ceño.

—¿No llega mañana?

—No. Cambio de planes. Vamos a llevarte hoy. —no me dice nada más, desaparece por la puerta de la cocina.

Pasan dos horas antes de que comiencen a recoger las cosas.

Los veo a todos dar vueltas por la casa, recogiendo y moviendo cosas, en mi habitación haciendo las maletas, las suben a un auto y desaparecen por un rato. Al final, me quedo solo, con la puerta de mi habitación bloqueada. Me pidieron no abrirla bajo ningún motivo.

Vendido | LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora