Intensidad - Blumettra

Capitulo 13

No dije nada y dejé que siguiera, en silencio. Poco a poco cada vez clavaba más fuerte sus uñas y no pude evitar dejar escapar un gemido que era una mezcla del placer y dolor que me estaba provocando. Esto no la dejo indiferente, sino que hizo que se tensara. Pareció salir del trance en el que estaba e intentó bajarse de mi espalda, pero no la deje. Busqué rápido su mano y la agarre. Le acaricie la palma suavemente con mis dedos y después llevé su mano a mi boca y le dejé un beso tierno en ella.

Con este gesto quería transmitirle que estuviese tranquila y también le estaba pidiendo que por favor siguiese. Ella pareció entenderme y siguió masajeando mi espalda, cada vez con más aceite en sus manos. Lo hacía de una forma tan delicada y sensual que había hecho que se me pasase por completo el dolor y comenzase a sentir calor en todas las partes de mi cuerpo.

- ¿Te duele aquí? – me preguntó tocando mis muslos y haciéndome estremecer.

- Me duele todo un poco – le contesté

- No puedo darte un masaje por todo al mismo tiempo

- Si lo haces con tu cuerpo puedes- le dije con tono de broma, sin imaginar lo que iba a hacer a continuación.

Aún de espaldas a ella, sentí como se quitaba la ropa y no pudo dejarme más sorprendida. Quise darme la vuelta para mirarla pero no me lo permitió. Me agarró la cabeza de forma suave pero firme, dejándome claro que ella marcaba sus propias pautas.

- Te vas a manchar el vestido – me dijo, e inmediatamente me lo quité como pude, quedando únicamente en tanga.

Sin decir ni una sola palabra más se tumbó encima de mi, totalmente llena de aceite y comenzó a moverse.

- Jo..der ele..ttra – dije de forma entrecortada, ya que las palabras no podían salir de otro modo de mi boca.

Se quiso acercar a mi oído y note sus pecho en mi espalda, lo que me hizo soltar otro gemido. Pero esta vez no se apartó.

- ¿Estás mejor Alexandra? – dijo susurrando y provocando que solo pudiera asentir.

Cogió un mando a distancia que tenía al lado y encendió la música de su equipo. De fondo se escuchaba muy bajito reggaetón y ella se empezó a mover al ritmo sobre mi culo. No aguanté más y me dí la vuelta como pude debajo de ella.

Nos quedamos unos segundos mirándonos embobadas mientras ella seguía bailandome y yo comenzaba a moverme, incorporándome un poco para poder besar delicadamente su cuello y luego los piercings de sus pezones.

Nos deshicimos de la ropa interior de abajo, que es la única que quedaba en nuestros cuerpos y seguimos bailando una encima de la otra toda la noche.

Yo pude besar todas las partes de su cuerpo y ver como se estremecía. Ella pudo acariciarme el alma con cada roce de su piel. Y ambas pudimos hacer llegar a la otra al extasis más profundo, unas cuantas veces a lo largo de la noche.

Nos dormimos abrazadas, cubiertas por aquellas sábanas blancas, de una habitación de lujo que lo seguiría siendo aunque fuera la del motel más barato de la ciudad.

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Elettra:

La noche había sido completamente increíble, pude experimentar sensaciones en mi cuerpo que nunca había experimentado. Estaba tan desorientada que no sabía como sentirme al respecto, lo único que sabía es que no quería dejar de sentirlo.

Cuando me desperté miré a mi lado, buscando a Alexandra pero no estaba en la habitación, ni en el balcón. Sentí una gran decepción, no me podía creer que para ella no hubiera significado nada aquella noche, pero por suerte me adelante.

Había una nota en mi mesilla de noche que ponía textualmente:

No te he querido despertar bonita, no sabes lo bien que te ves durmiendo. Me he tenido que ir a trabajar, me encantaría haberme quedado contigo.

PD: 19:00 en el parque Sagratgi

Una sonrisa se apoderó de mi boca y por un momento me pude sentir muy completa. Me metí en la ducha y comí haciendo tiempo hasta la hora en la que habíamos quedado.

Eran las 19:10 y aun no había encontrado el lugar. Cuando llegué a un parque natural, que era acorde con la dirección que me había dado, pude verla a lo lejos, tirada en una toalla en medio de la hierva.

Me acerque hacia ella, sin saber muy bien que decirle

- Hola parsera- dije para romper el hielo

- Hola bonita, estaba empezando a pensar que no venías- me dijo dándome un beso en la mejilla y haciendo que me sonrojara.

Comenzamos a hablar de tonterías, y a reírnos como dos adolescentes. Había un quiosco y Daniela se acercó, mientras yo me quede sentada esperándola. De repente, sentí como me mojaban la espalda. Había comprado dos pistolitas de agua, y se acercó a mi ofreciéndome una. Pasamos toda la tarde jugando hasta que se hizo de noche.

Eran las 11 y se podían ver las estrellas. Daniela se sentó tirando de mi para que me sentara entre sus piernas y me abrazó.

Pasamos un tiempo en silencio, mientras observábamos en cielo. No podía sentirme mejor, jamás unos brazos me habían abrazado de esa manera. Ella me daba pequeños besitos en la cara mientras yo acariciaba sus manos.

- Elettra, tu sabes que lo que hicimos anoche no fue follar ¿verdad?

- Lo sé.