Mi cabeza no da más. Odio tener esto, ésta enfermedad está terminando conmigo lentamente. Cuanto mejor pienso que puedo estar, peor es la caída y no hay nada que amortigüe los golpes.
Dolor, es lo único que puedo sentir recorriendo mi sangre, mis venas, mi cuerpo. Puedo sentir como se expande y se hace inmenso, otra vez, y sé que no va a ser la última vez.
No puedo ver lo que hay delante de mí, veo depresión, oscuridad, negrura, todo está en una especie de vacío. Corro por el laberinto que es mi mente tratando de encontrar la salida, y sólo me encuentro con paredes gigantes. Tengo miedo, miedo de jamás poder ser feliz, y de que me consuma de una vez por todas; miedo de que todas las personas se alejen de mí porque al final del día, eso es lo que busco, que todos se alejen del monstruo en el que me convertí. ¿Por qué no puedo ser una persona normal? ¿Por qué un día sin pastillas me hace tan mal? Me siento tan indefensa y sola en un mundo tan grande que lo único que hace es crecer delante de mí. Son casi las seis de la mañana y le doy la bienvenida a un nuevo amanecer, como en los viejos tiempos, en esos tiempos en los que no había medicación para el ánimo o para dormir, en los que no sabía que era esquizoafectiva, o en los que no sabía que mi vida se convertiría en un semejante desastre. Puedo con todo, pero cuando la oscuridad se acerca, me desmorono, como si todo se estuviese guardando para su "gran" momento. No puedo con nada, sólo necesito acostarme y jamás despertar, porque tal vez la vida no es para todos, tal vez la vida no es para mí y no deberían obligarme a vivir en un mundo que no puedo. Siento que tiemblo alrededor de una multitud enorme y todos me miran, sus rostros son tan raros como los pensamientos que hay en mi cabeza, tan raros como que yo esté estable de una vez por todas. Nada dura, y cada vez dura menos y las subidas son más altas, pero las bajadas me hacen pedazos en un suelo que ni yo veía venir.
Me siento en una realidad inventada, estoy "tanteando", estoy a ciegas. Porque no puedo confiar en ninguno de mis sentidos porque todos ellos me fallan, me hacen débil a la vista de todos y me hacen enferma. No puedo confiar en ellos porque todo es ilusorio, no sé qué es real, a quién vi y a quién no, qué escuché y qué no, no sé qué parte de mi vida es la verdadera y cuál no. Cada vez estoy más apagada y no puedo expresarlo, cada vez estoy peor y no puedo demostrarlo porque hay algo en mí que dice que actúe, o que sólo demuestre lo mejor de los mejores días y que los peores los encierre en una caja y los tire muy lejos. Estoy tan sola, nadie puede entender lo que es sentirse así, no puedo confiar en nadie porque siento que todos van a fallarme, o las voces dicen que no puedo confiar en ellos. Mi autoestima está por los suelos y yo estoy un poco más abajo. No puedo dejar de llorar y me ahogo en palabras y pensamientos, estoy cansada de luchar por algo que jamás llega, no puedo con la realidad, tal vez por eso las tantas alucinaciones. No puedo, no puedo, no puedo. No hay nadie en quien apoyarme, estoy sola como siempre en medio de una crisis. Me siento rota, en pedazos que nadie puede juntar porque debo ser yo, pero yo ya no tengo la fuerza suficiente.
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Mi vida antes de la recuperación
SaggisticaSanar viene en etapas. Y como la luna, pasamos por fases de luz de oscuridad y de todas las que estén en el medio. Y aunque a veces no parezca, siempre, siempre, sos una persona completa.