Capítulo 1

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Y allí estaba, otra vez, escuchando los múltiples regaños del director.

—No sé cuál es su problema, Powell—dijo—, sabe perfectamente que no tiene la estancia ganada, es más, va para abajo.

Combinaba los regaños con algo de humor:

—Debería tomar esa guitarra y venderse como imitador de John Lennon.

Y otra vez mencionaba ese nombre...

—En serio, sacaría mucho dinero, es igualito a él. De todas formas va atrasado en el pago de colegiaturas, con eso tendrá más dinero.

—Ya le dije señor—hable con seriedad—, no tardaré en darle el pago.

—En Quarry Bank eso no es suficiente—aseveró—, además su estancia es amenazante y nada prometedora.

—Lo siento, no volverá a pasar.

—Claro que no, porque hasta que no pague el costo de la colegiatura, no va a poder entrar a este instituto.

Entonces, salí de la oficina con aires de héroe, para ignorar dos cosas:

1) El hecho de que ya todos daban por hecho que yo estaba expulsado.

2) Mi parecido con John Lennon.

Todos dicen lo mismo, todos pasan y no dejan de preguntar lo mismo, una y otra vez:

"¿Eres algún familiar o pariente de John Lennon?"

¡No! Carajo, no y no, por una maldita vez, no conozco a John Lennon, no sé quién sea o a que se dedique, no soy su hijo, ni su sobrino u algo por el estilo.

Yo soy Julian Powell.

Bueno, aunque a decir verdad, si me parezco a ese tal John Lennon y no es porque finja, no altero mi peinado ni mis rasgos faciales, pero no quiero asegurar lo que ya todo el mundo da por hecho.

Ni modo, mi mamá sabrá la mala nueva, pero total, no es mi culpa.

—Eh... Jules—dijo ella al verme entrar.

Mi madre; Cynthia Powell, parecía una máquina que iba de aquí para allá, caminaba sin siquiera verme, cargando un montón de ropa y sudando sin parar.

—Viniste temprano, ¡Qué bueno!

—De hecho—deje caer mi cuerpo en el sofá—, me corrieron.

—Ay, Julian—dejó caer la ropa sobre sus pies—, pero ¿Por qué? ¿Acaso no me ves como una maldita esclava? Todo el bendito día y tú... ¡Solo haces tú desastre!

Como siempre, reclama sin saber las razones.

—De hecho, no. Me corrieron porque me atrasé en el pago de las colegiaturas y todo porque no me has dado dinero.

—Ay hijo, mi niño lo siento—su tono cambió a algo comprensivo y hasta lleno de culpa—. Es que Maureen no me ha pagado, pero en una semana volverás a la escuela.

—Mamá—me recargué sobre su pecho, abrí las piernas, extendiéndome a mis anchas—, tú y yo sabemos perfectamente que no doy más en esa escuela de tarados y pretenciosos.

—Necesitas un buen porvenir, Jules—tocaba mi cuello—, quiero que termines tu carrera, no que seas un fracasado... como yo.

—Oh mami—miré su rostro, viejo, cansado y con arrugas—, tú no eres eso.

—Por supuesto que lo soy—puso sus manos sobre mi tórax—, te prometo que esto nunca te volverá a pasar. Es solo que... uno trabaja y trabaja, pero al parecer nunca es suficiente.

You're A LennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora