Capítulo 16

269 24 20
                                    

—Mátalo—volví a repetir.

— ¿Qué?—preguntó Pete con los ojos bien abiertos.

— ¡Lo tienes que matar!—ordené con furia.

Pete se levantó de un salto y me miró, era cierto, lo estaba tentando a la maldad. Una maldad que era verdaderamente justificada, John Lennon nos hirió a los dos, y él debe morir por todo eso.

—No... no puedo, yo no soy un asesino—dijo Pete con miedo.

—Pete, ¿Por qué tú sí debes pensar en ellos?, ¿Por qué debes pensar en la estabilidad de Lennon? ¡Él no la pensó dos veces antes de querer deshacer de ti!

—Pero... no, no, me mandarán a la cárcel.

—Escucha—lo tomé de sus hombros—, yo doy todo por ti. ¡SÓLO si logras matarlo! Te estaré vigilando, huiremos rápidamente, ¡NADIE sabrá de esto!

— ¿S-seguro?

— ¡¡SÍ!!—grité enfurecido y lo agitaba bruscamente— ¡Pero sólo si logras matarlo! Si te capturan y él sigue vivo, ¡Olvídalo!

—No... no puedo, usted debe tener motivos para querer verlo muerto, ¡Pero yo no! No puedo dejar a mi familia de esa manera, ¡NO puedo!

—Bien, de acuerdo. John, George y Paul viven bien, son millonarios, son famosos, ¿Y usted? No tiene nada, y todo es por culpa de ese tarado de Lennon, si lo quiere perdonar y dejar pasar de largo, ¡Será su problema!—establecí.

Me di la media vuelta y ya me iba a ir furioso, pero fue mi sorpresa cuando...

—Julian... vamos a Nueva York, hoy morirá John Lennon.

(...)

No pensé que pudiera convencer a Pete Best tan fácil de lograr mi objetivo principal, sí hoy mismo acabamos con Lennon, eso me ahorraría trabajo de vengarme del señor Harrison, a quien no conozco, pero me vengaría de todas formas, y aunque probablemente él no hubiera hecho nada malo, pero estaba feliz de saber que finalmente, podría acabar con John Lennon.

El resentimiento es una de las emociones más poderosas que puede tener el ser humano, y Pete tenía mucho de eso dentro de su ser, se sentía abrumado y deprimido, toda esa tristeza en su ser será canalizada en forma de violencia, algo así como lo que me sucedió a mí, pero por lo menos tendrá un beneficio para ambos.

—Bien—nos encontrábamos en frente del Dakota, la calle estaba vacía, lo cual era un buen presagio—, Pete, nos encontramos aquí, toma, te doy el arma—se la di.

—Eh... ¿Cuál es el plan?—preguntó curioso.

—Yo estaré en el edificio de enfrente, escabullido entre sus pasillos, tú te quedarás sentado y esperarás hasta que Lennon regrese, que si mi reloj no falla—miré—, será en unos minutos. No le digas nada, si sube al edificio síguelo, pero le disparas por la espalda y huyes corriendo. Nos vemos en la parte de atrás, donde huiremos en mi auto rentado, ¿Vale?

—Y...¿Si nos juzgan a ambos?

—Nada que un buen juez comprado nos pueda evitar, pero lo tienes que hacer ¡Rápido! Yo estaré vigilando.

—De acuerdo.

Logré entrar desapercibido al edificio de en frente, en donde tendría una perfecta vista a todo aquello que pudiera suscitarse en el Dakota, miré justo por la ventana de un pasillo... y hasta ahora, sinceramente no puedo explicarme lo que pasó. Fue lo siguiente:

Alrededor de las ocho de la noche, tiempo americano, John Lennon iba caminando hacía el edificio, sabía que estaría solo, pues su horrorosa mujer estaba en su departamento con su hijo, así que daba el tiempo perfecto para morir. Tan sólo llegó a la puerta y ¡BAM! JAJAJAJAJA PETE LE DISPARÓ, ¡LE DISPARÓ! JAJAJA ESO FUE LO MEJOR DEL MUNDO.

You're A LennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora