Capítulo 13

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Narrador Omnisciente:

El señor Starr no sabía qué hacer, sostuvo el teléfono con todo su miedo y miró por la ventana, escuchó como la voz anónima le dijo:

— ¿Acaso ella no le importa? Bueno, si escucha un disparo, no se pregunte quién fue.

— ¡No!— exclamó Ringo horrorizado.

—Baje y entre a la parte detrás del coche. Si le dice de esto a alguien, mataré a Barbara.

Ringo obedeció temerosamente, caminó lentamente hasta la salida del edificio y miró aquel automóvil como lo esperaba. Subió a la parte de atrás y se sentó, cerró la puerta con todo el dolor de su corazón. Ahí estaba, en aquel oscuro y súbito lugar.

—Hola, señor Starkey—dijo una voz.

Ringo se sorprendió cuando escuchó que era Barbara la que hablaba, pero al parecer, tenía que seguir órdenes.

—Tarde o temprano —ella lloraba mientras leía en un cuaderno—, usted tiene que pagar por todo lo que ha hecho. ¿Creía que podría salirse con la suya sin ninguna repercusión? Lamento decirle que no, señor Starr... y para este grato evento, vi que Barbara es tan hermosa, que decidí que ella debía tener el honor se ser mi vocera, el tipo que la amenaza con una pistola soy yo, tengo el volante entre mis manos. No haga ni una escuchar pregunta, y póngase cómodo, pues el viaje que haremos será un poco largo.

Ringo temblaba de miedo, escuchó como el auto comenzó a andar, se levantó con un profundo miedo y gritó:

— ¡Barbara!

— ¡Sentado!—amenazó el chofer mientras le apuntaba con su arma.

Ringo alzó las manos, pudo darse cuenta y visualizó la figura de su malvado secuestrador. Era alto y vestía todo de negro, estaba cubierto y tenía a Barbara como una completa rehén. Él solamente se sentó, dejó y esperó que el secuestrador tomara las riendas de la situación.

Veía todo el ambiente pasar, no se le podía ocurrir a que se refería su secuestrador, era todo tan confuso. Quería golpearlo y enfrentarlo, pero un leve golpe soltaría una bala hacía la cabeza de Barbara, él no podía tolerar ni permitir que le pasara algo malo a su pobre chica. Así que con los nervios de punta, permitió que el malvado conductor siguiera su camino y lo hiciera de una forma sorprendente, pues no se pasaba altos o cosas por el estilo.

Vio cómo su ruta era especial y directa, pero también contempló como ya iban saliendo de Londres, el viaje duró un largo, muy largo tiempo.

—De regreso a Liverpool, señor Starr—dijo Barbara, bajó las órdenes del secuestrador.

Ringo tembló y miró por la ventana como todos los lugares de su infancia volvían a repetirse con locura y exactitud, pero... ¿Por qué a Liverpool?, ¿Cuál era el objetivo de aquello? Y todavía no decía nada, el secuestrador siguió conduciendo por todas las vacías y silenciosas calles de Liverpool.

El largo viaje se detuvo frente a una gran casa. Primero salieron Barbara y el despiadado secuestrador, luego, amenazó a Ringo de hacer lo mismo. Entonces, el secuestrador caminaba lentamente y apuntaba a los dos, él sostenía a Barbara y le decía exactamente a Ringo lo que debía hacer.

—Toque el timbre — ordenó.

Eso hizo Ringo, un joven de 22 años llamado Zak Cox abrió la puerta y ni tiempo le dio de reaccionar, porque los tres entraron a su casa. El secuestrador seguía con un arma y apuntaba a los dos. Zak reaccionó violentamente y dio pasos atrás, pero no lograba comprender que pasaba. Pensó que era un secuestro, pues reconocía muy bien la figura de la actriz Barbara Bach, aunque no sabía quién era la otra persona. No hizo nada, pues vio como el hombre de negro estaba totalmente armado, y nada ni nadie podría contra él. Simplemente, entraron todos a la sala de la casa, en dónde...

You're A LennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora