Capitulo 9.🌻

254 14 0
                                    

Mi aliento quedó atrapado en mi garganta mientras él acercaba su cara más a la mía. Podía oler su loción para después del afeitado. La especiada y masculina fragancia embargó mis pulmones y me dejó casi inconsciente. Mi cuerpo entero temblaba de emoción, esperando que él me besara. Cerré mis ojos cuando su boca apenas rozó la mía.

Su aliento mentolado sopló a través de mis labios. El tiempo parecía haberse detenido mientras esperaba y esperaba que sus labios conectaran con los míos.

Finalmente sus labios rozaron los míos, tan suavemente que apenas pude sentirlo.

—Realmente tienes una mente sucia, Selena, ¿por qué piensas al instante en el sexo? —susurró, alejándose rápidamente y sacudiendo mi nariz.

Mis ojos se abrieron de golpe cuando él dio un paso atrás riendo malvadamente. Me sonrojé como una loca y le di una palmada en el pecho.

—Esa fue una broma pesada. —Fruncí el ceño e hice un mohín.

Él sonrió, encogiéndose de hombros. —Apuesto que incluso has soñado con eso anoche, ¿no? —me preguntó.

En realidad, sí, pero no voy a admitirlo ante ti, ¡machote! Hice un ruido de burla y negué con la cabeza.

—Justin, ¿quieres salir esta noche o no? En este preciso momento estoy considerando un cambio de planes —le dije y levanté una ceja, deseando que eso cambiara el tema antes de que él se diera cuenta de que había dado en el clavo con su línea de preguntas.

—¿Tratando de evadir la pregunta, Selena? —se burló—. Y sí, quiero ir a cenar contigo esta noche. Ahora que sé lo pervertida que eres, estoy ansioso por ver qué ocurre el resto de la noche —agregó, guiñándome un ojo.

Di un grito ahogado y solté una risita tonta. —Te lo voy a decir ahora: no soy del tipo de chica que lo hace en la segunda cita.

—Qué coincidencia, yo tampoco soy de esa clase de chicos.—Sonrió y sus ojos brillaron de humor. Yo me reí y puse los ojos en blanco. —De cualquier manera, vamos, pervertida, antes que den a otros nuestra mesa —sugirió él, tendiéndome la mano para que yo la tomara.

Le aparté la mano y le sonreí. —Vas a tener que volver a caerme en gracia antes de que tengamos otra vez algún contacto físico. Castigo por hacerme una broma —le rechacé, caminando hacia la puerta y riéndome de sus muecas.

Me siguió detrás y esperó mientras yo cerraba con llave la puerta. Caminamos hacia su auto en silencio.

Le lancé una mirada solamente para ver que él ya me estaba mirando. Cuando nuestros ojos se encontraron, me sonrió con una hermosa sonrisa, haciendo que el corazón se me acel erara. Cuando nos acercamos al auto, abrió la puerta para mí.

—Mi chica —dijo en un falso acento británico, haciéndome una reverencia.

Sonreí y me reí a carcajadas mientras subía al auto. Mientras caminaba hacia el otro lado de la puerta del conductor, saludé a Amy, que estaba en la ventana de mi habitación mirándonos. No me saludó como respuesta, así que asumí que no nos veía muy bien en la oscura noche.

Justin subió al auto y se ajustó el cinturón de seguridad.

—¿Te gusta la comida mexicana? Si no podemos ir a otro lugar —sugirió, encendió el auto y me miró preocupado.

—¿En serio? ¡Me encanta la comida mexicana! —exclamé.
Ahora estaba más excitada que nunca. La mexicana era mi favorita. Fuimos al restaurante que él eligió.

Era un lugar rústico y extremadamente tierno. Sólo había otra pareja en el lugar.

—Es mi restaurante favorito de siempre —me dijo mientras mirábamos los menús.

—¿Sí? ¿Y qué es lo bueno de aquí? —le pregunté mirando el menú. Se me estaba haciendo la boca agua con solo pensar en las enchiladas y las tortillas de patatas fritas con crema.

—Todo está buenísimo, pide lo que quieras —me respondió sonriéndome y colocando el menú hacia abajo, apenas mirándolo.

—¿Qué es lo que vas a pedir tú? —le pregunté unos minutos más tarde, aún indecisa.

—Quesadillas de queso y tomate para empezar y luego fajitas de pollo —me respondió sonriéndome alegremente.
Finalmente, el camarero vino hacia nosotros para anotar el pedido.

Él era bastante joven y coqueteaba descaradamente conmigo durante todo el tiempo que estuvo de pie.

A tal punto que Justin tuvo que aclarar su garganta dramáticamente para desviar la atención que el mozo tenía sobre mis pechos. El chico finalmente se escabulló. Me reí malvadamente.

—¿Era eso realmente necesario? —preguntó Justin sonriendo.

—¿El qué era necesario? —pregunté, pretendiendo estar confundida.

Él suspiró y sacudió la cabeza. —Puedo ver que eres una chica difícil. Me va a costar bastante cazarte, ¿no? —Balanceándose en su silla entrecerrando los ojos al mirarme.

—¿Cazarme? ¿Es algún término sexual del que no he oído hablar? —Le pregunté confundida. Él se rió y sacudió la cabeza.

—No, pervertida, significa que me lo pondrás difícil para ganarte y que te enamores de mí —me explicó sonriéndome.

Le sonreí, tomando un trago de mi refresco de cola.
—Bueno si vale la pena tener algo, vale la pena esforzarse por ello.

-Me gustan los desafíos. Una vez que veo algo que me gusta, no renuncio hasta que lo tengo —me advirtió él.

Me incliné hacia delante, mirándolo curiosamente.
—¿No eres el tipo de los que una vez que lo han conseguido no vuelven a llamar como yo pensaba?

—¿Quieres que te conteste honestamente? —me preguntó, levantando una ceja. Yo asentí. Genuinamente quería saber si era un jugador o no, porque algunas veces pensaba que definitivamente lo era y otras veces parecía realmente dulce y genuino.

—Nunca he tenido una novia en serio y sí, he jugado un poco. Simplemente nunca conocía a nadie con la quisiera ser exclusivo. —Parecía estar observando mi reacción mientras hablaba.

Estaba realmente un poco sorprendida por su respuesta. Nunca había esperado que lo admitiera frente a mí.

Seguramente él tenía que saber que acaba de ponérselo más difícil a sí mismo. —Y con ese pequeño discurso acabas de ponerte a ti mismo más difícil cazarme, como tú lo llamas. —Todos los pensamientos acerca de acostarnos desaparecieron por completo de mi mente. Ciertamente le haría trabajar duro para ello.

Me sonrió, parecía despreocupado. —Pienso que sí, pero tú querías que fuera sincero, así que no mentí como normalmente habría hecho si una chica me hubiese hecho esa pregunta.

• Amor Verdadero • ❤️  |Jelena| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora