Capitulo 29.🌻

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Asintió en acuerdo así que cerré la puerta, girándome para entrar en la casa.

Él bajó la ventana.
—Sabes, esta es la primera vez que he acordado llamar a una chica y de hecho lo digo en serio —murmuró, riendo mientras caminaba por el camino hacia la puerta.

Me giré a mirarlo y sonreí.
—Bueno, entonces me siento honrada —contesté sarcásticamente. Me despedí con la mano y entré. Mis padres estaban sentados en el sofá viendo la televisión; me dejé caer junto a mi madre.

—Hola, cariño, ¿pasaste un buen rato? —preguntó, sonriendo.

Me encogí de hombros.
—Sí, estuvo bien.

Su sonrisa se hizo más amplia.
—Eso está bien, Selena. Es agradable verte sonreír otra vez. Has estado tan decaída toda la semana.

—Sí, supongo —murmuré incómodamente. No quería hablar acerca de Justin y ella iba a sacar el tema, lo podía ver venir. Me levanté rápidamente—. Estoy un poco cansada. Me voy a la cama, buenas noches chicos. Oh, Nick viene a recogerme por la mañana y voy a ir a su casa a estudiar durante el día —les dije, cambiando el tema antes de que mencionara a Justin.

—Muy bien, cariño, te veo mañana entonces.

Besé a mis padres en la mejilla antes de dirigirme a las escalaras. Me puse mi camisa de dormir y me metí en la cama. Encendiendo el iPod en sonido bajo, decidí ignorar el mensaje de texto de Amy, ese que había estado haciendo zumbar mi teléfono móvil toda la noche preguntando cómo me estaba yendo con el «hermano caliente». Ya hablaría con ella mañana.

No podía tratar con ella esta noche. Parecía desesperada porque me enganchara con alguien. Esa era su respuesta para todo, cuando terminas con alguien, te vas con otro para quitarte el dolor, pero no funcionaba así para mí. Quisiera que lo hiciera, eso sería mucho mejor.

Un líquido frío cayó en mi mejilla. Cerré mis ojos más fuerte, limpiando mi rostro.

Otra gota aterrizó en mi frente, luego otra en mi nariz.
Suspiré, pensando de pronto que el techo tenía goteras o algo así. Me senté tan rápido que mi cabeza comenzó a dar vueltas. La risa histérica que me llegó desde la izquierda me hizo saltar y chillar por el shock. Giré para ver a Nick sentado en el borde de mi cama, un vaso de agua en su mano.

—Buenos días, bella durmiente —canturreó él alegremente.
Yo hice un sonido gutural mientras lentamente procesaba todo.

—¿Me tiraste agua? —lo acusé, limpiando mi cara de nuevo.
Él se rió —No comiences con el drama, fueron cinco gotas de agua.

Rodé mis ojos. —¿Qué estás haciendo aquí de todos modos? Y, ¿cómo entraste aquí? —pregunté, sofocando un bostezo.

—Dijimos a las diez y tu madre me dejó subir —explicó él, asintiendo hacia mi reloj-alarma. Yo pestañeé un par de veces y miré hacia los rojos números brillantes mientras los enfocaba. 10:06.

—¡Oh! Mierda. Lo siento —me disculpé, rápidamente saliendo de la cama y dirigiéndome hacia mi armario por algo de ropa para el día.

Ojeé hacia atrás a Nick para ver que él estaba observando a cualquier lado menos a mí y estaba incómodamente sentado en mi cama. Fruncí el entrecejo, preguntándome de qué se trataba eso, luego me di cuenta de que estaba vistiendo sólo una de las camisetas que él había dejado en mi casa antes de que rompiéramos. Muy a menudo dormía con ella, pero supuse que apenas cubría mi trasero.

—Nick, no es nada que no hayas visto antes —dije sacudiendo mi cabeza y riendo.

—Sí, bueno es un poco distinto ahora. Me refiero a que no se supone que te mire ahora —contestó ruborizándose levemente.

Rodé mis ojos y continué sacando algo de ropa. —¿Tengo tiempo para una ducha? —pregunté, suavizándolo con una cara de cachorrito completándola con el labio fruncido.
Él respiró dramáticamente. —Sí, lo que sea, sabía que debí haber llegado a las 10:30. Estaba pensando que habrías cambiado y estarías lista a tiempo, para variar. —Bromeó él.
Su mirada estaba firmemente fija en sus uñas, como si fueran la cosa más importante que hubiese visto en su vida.

—Nunca se sabe, siempre hay una primera vez para todo. —Levanté los hombros y me dirigí hacia mi baño para la ducha más rápida de todos los tiempos.

Quince minutos después estaba vestida y lista. Levanté mi cabello mojado en un moño desordenado y salimos.

Charlamos fácilmente mientras él conducía. Nick siempre tenía algo que decir, ésa era una de las cosas que me encantaban de él. Detuvo el auto en el estacionamiento del supermercado y me sonrió abiertamente.

Miré a todos lados, confundida. —¿Qué estamos haciendo aquí? Pensé que iríamos a estudiar.

—Nosotros estudiaremos, pero tú vas a cocinar. Quiero algo bueno, así que, puedes venir y decirme qué comprar. —Se deslizó fuera del auto y se dirigió hacia mi lado, abriendo la puerta para mí.

Lo seguí hacia el supermercado y tomé un carrito de compras.

—Entonces, ¿qué quieres comer? —pregunté.

—No lo sé, ¿qué tal algo de Chili o cualquier cosa? —sugirió él exaltado. Sonreí y asentí. Él siempre elegía eso, debí haberlo sabido.

Lo seguí arriba y abajo por los pasillos mientras él elegía cosas al azar de los estantes: champú, desodorante, cosas para el día a día. Estaba totalmente aburrida. La próxima vez que él se detuvo hice una mueca y balanceé mi pierna hacia el lado del carro, escalando rápidamente sobre él. Él solía hacer esto conmigo, empujándome en el carro, haciendo carreras por los pasillos, bueno, hasta que fue atrapado por el grupo de seguridad del supermercado.

—Eres tan infantil —me reprimió riéndose.

Yo asentí, sonriendo ampliamente sin vergüenza. Él sonrió maliciosamente y empujó el carrito hacia adelante haciéndonos correr por el pasillo. Nick saltó tras de mí, ambos riéndonos histéricamente.

Mientras llegábamos al final él se bajó y detuvo el carro bastante antes del fin del pasillo en caso de que alguien viniera dando la vuelta. Seguridad ante todo, como siempre con Nick.

Conseguimos el resto de las compras. Nick nombró lo que quería de cada pasillo y yo trataba de tomarlos mientras pasábamos. Aunque la mayor parte del tiempo con el resultado de golpear las cosas.

Todo el tiempo estuve riendo como loca.
—¡Eh, deténganse! —gritó alguien airadamente.

Nick inmediatamente tiró el carro para detenerlo.
—¡Ups! Bueno esa diversión no duró tanto —murmuró, riendo callado y sacudiendo su cabeza.

Yo sonreí y me puse de pie en el carro mientras un guardia de seguridad venía caminando por el pasillo, mirándonos fijamente.

• Amor Verdadero • ❤️  |Jelena| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora