Lo más difícil como seres humanos es superar o afrontar una pérdida; en los años que trabajé con los pacientes de TLP, aprendí que no todos respondemos de igual manera.
Algunos entran en negación, otros en depresión, pocos son los que llevan un duelo sano debido al trastorno. Pero de una u otra manera, siempre logré que llegaran a la aceptación y superación.
La muerte de Lisa no la tomé como uno esperaría, sólo sentí un enorme vacío y muchas preguntas.
Días después del funeral, tocaron a mi puerta, y aunque no quería ver a nadie, acudí a abrir. No pude evitar la cara de sorpresa al encontrar a Marco detrás de ella.
—¿Puedo pasar? —preguntó con cierto tono borde, llevaba en la mano una caja y una libreta.
Di un paso para atrás y lo dejé entrar, él caminó hasta la sala y miró a su alrededor. No supe qué pensaba encontrar, pues apenas empezaba a amueblar el lugar.
—Se ve bien —señaló.
Me apoyé en la pared del pasillo y lo observé mientras cruzaba los brazos.
—¿Te puedo ayudar en algo?
Volteó y me miró impasible por unos segundos hasta que bajó la mirada a lo que cargaba.
—Creo que esto es tuyo —dijo haciendo un cabeceo hacia las cosas.
Fruncí el ceño, pues no reconocí nada de lo que llevaba.
—No lo es —alegué caminando hacia lo que iba a ser el comedor.
Marco suspiró y me extendió la libreta buscando mi mirada, lo vi con algo de escepticismo pero finalmente la tomé.
—Es el diario de Lisa —explicó.
Lo miré con sorpresa, no sabía que tenía uno. «Son cosas de niñas» dijo cuándo le sugerí llevarlo.
—Lo empezó hace seis meses —continuó viéndome con fijeza.
Justo el tiempo que tenía mi sugerencia.
—¿Por qué dices que es mío? —pregunté sin abrir el diario, no supe si quería saber lo que había dentro.
—No sé, Tobías, ¿por qué diría eso? —respondió con sarcasmo.
Entrecerré los ojos y endurecí la mandíbula con enojo.
—¿Lo leíste?
Asintió y noté algo como tristeza en su gesto.
—No todo, fue difícil seguir leyendo la clase de bastardo que al parecer soy —musitó encogiéndose de hombros.
Sentí un poco de lástima, verse a través del objeto de su obsesión no debió ser nada fácil, hice un ademán señalando la otro que llevó.
—¿Por qué es mío?
Marco pareció aferrarse a la caja por unos momentos, incluso la observó, pensativo.
—¿Sabías que Lisa amaba la fotografía? —cuestionó con melancolía. Asentí recordando que traté varias veces que retomara la actividad para que se distrajera y controlara parte de la ansiedad que decía sentir a diario—. Bueno, cuando abras esto, entenderás porqué es tuya —dijo poniéndola en la mesa ratona de la sala.
Lo vi con confusión.
—¿Por qué haces esto?
Él miró hacia la ventana, pareció que le pesaba estar en el mismo lugar que yo, así que no entendía porqué acudió a darme cosas tan personales de Lisa.
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Incongruente
Narrativa generale¿Qué tan destructiva puede ser una persona? Tobías es un psicólogo que anhela ayudar a los que lo rodean, pero pronto se dará cuenta que no todos quieren ser ayudados, que algunos ansían llegar al final del camino de autodestrucción que han trazado...