Quiero que me ames ||Yuri On Ice Au|| Vikturio #FanficAwards2017

Primer dia de clases

Era el primer día de clases de Yuri Plisetsky, aún faltaban tres años para para al fin salir de esa "prisión" que era como llamaba al instituto.
Amigos tenía pocos, no se podía considerar una persona "social", su único amigo era  Otabek, un año mayor que él, y el encanto de todas las chicas que cursaban con Yuri.

La campanilla sonó y todos los estudiantes fueron directo a sus salones correspondientes.
El profesor guía de su salón sería, el profesor de higiene, Christophe Giacometti, que entre los alumnos llevaba ya varios apodos, pero este los disfrutaba y tenía una relación muy amistosa con todos los alumnos.
Mientras Giacometti se presentaba (lo cual no era necesario) Yuri solo hacía garabatos en su libreta de apuntes, de vez en cuando solo miraba a la ventana, lo que se le dificultaba gracias a las cabezas de sus compañeros de clase que se encontraban desde su pupitre hasta donde la ventana estaba.

Algo que Giacometti odiaba era la falta de atención, quizás lo necesitaba demasiado, y al instante notó la distracción del rubio, a diferencia de los otros alumnos que reían ante los comentarios del profesor.

—Yuri.— se acercó al pupitre, no tuvo problema ya que estaba entre los del frente.—¿sucede algo?— preguntó con preocupación, pero no captó el interés del menor, quien negó sin prestarle importancia al asunto.
Giacometti suspiró, de inmediato lo obligó a verle con una simple acción, con su mano izquierda lo tomó de la barbilla y con la otra lo sostuvo de la muñeca. El sonrojó de parte del rubio no se tardó en invadir sus mejillas mientras que todos los alumnos reían y una que otra chica tomando fotos, fascinadas por ellos, pero no se trataba de una escena romántica, solo buscaba atraer su atención.

—Ya le dije que no me pasa nada.— dijo con un hilo de voz completamente sonrojado y apenado de aquello.

Yuri Plisetsky era abiertamente gay, era la primera vez que alguien, un hombre a decir verdad, lo tomaba de esa manera, estaba asqueado y fascinado al mismo tiempo, como sea solo esperaba la hora de que la campanilla tocara, poder salir a un breve receso y charlar con su amigo.

Veía pasar las manecillas del reloj de borde rojo, colgando arriba del pizarrón, cada segundo contaba y la clase se hacía cada vez más larga, así hasta escuchar el "melodioso sonido" de la campanilla, avisando que podían salir ya.

El primero en hacerlo fue el rubio, quien escapo como si no hubiese un mañana, caminando apresuradamente hasta llegar al salón de Otabek, los chicos salían de ese salón, se sentía bastante intimidado, todos los chicos eran mucho más altos que él, además de que parecían mirarlo por encima de los hombros, dio un leve suspiro de alivio al ver al fin a Otabek, detrás de él, un hombre alto y guapo que parecía ser el profesor, no lo había visto antes, pero era realmente apuesto, sus ojos azules eran tan hermosos y su albino cabello, fue sacado de sus pensamientos morbosos al escuchar la voz de Otabek.

—Yuri, vamos.— dijo sin mostrar expresión.
El rubio obedeció y ambos fueron a la cafetería a conversar de cosas sin sentido pero que ambos disfrutaban, la sonrisa que Yuri le mostraba a Otabek era tan sincera y bella, mostrando la parte más sensible de él.
Los rumores eran más rápidos de luz, si ya se había hecho un escándalo al conocer la sexualidad del rubio, los chismes era aún mayores por la relación que no se conocía del azabache y el rubio.
Si bien era cierto, Otabek nunca había mencionado ser gay o bisexual, incluso había salido con más de una chica del instituto, pero el que siempre se encontrará con Yuri había levantado sospechas de parte de todos los alumnos y profesores y el rumor de que estaba saliendo se esparció por todo el instituto pero su relación no se basaba en más que amistad, el mismo Yuri no lo veía como más allá de un amigo.

Giacometti acompañaba al nuevo profesor de historia a dar un paseo por el instituto, más que todo para que este pudiera orientarse, el terreno era enorme y era fácil de perderse dentro de él.

—Te cuidado con ese chico.— sonrió, señalando con disimulo a Yuri.

Viktor le miró de reojo, al principio intentando localizarlo.

—Parece ser una chica ¿Él de al lado es su novio?— dijo con la mínima importancia, el que una chica estuviera con su pareja no le era importante, no se metería en su vida por simples detalles.

Christophe rió, ambos sin quitarle la mirada de encima a los dos chicos.

—Te dije que es un chico y no es su novio.— se voltea para seguir caminando, Viktor le siguió.— El rubio es gay y él de al lado es solo su amigo, o eso es lo que suelen decir.

Viktor se quedó en silencio , continuando su camino, estaba asqueado ¿como pueden haber personas tan enfermas?, pensaba el albino, quien siquiera se tomó el tiempo de conocer al rubio, simplemente ya tenía cierto odio y desprecio por él.

Una vez más, se hizo escuchar el sonido de la campanilla.
Otabek, como le era costumbre, fue a acompañar al rubio a su salón.

—Nos vemos luego Yuri.— se agachó y luego le dio un pequeño beso en los labios, si, eran amigos, no más que eso, pero era algo que acostumbraban a hacer, como amigos.
Detrás de ellos estaba Viktor, quien iba a entrar al salón para dar su correspondiente clase.
Bufó al verlos besarse, luego Otabek se fue a su salón, dejando entrar a Viktor y a Yuri.

Viktor mirando de reojo al rubio, quien solo había quedado encantado por su profesor, era tan apuesto que luego de verlo la vez anterior no se lo podía sacar de su cabeza.

Yuri tomó asiento en su pupitre de al frente, no dudaba con que si prestaría atención a esta clase, mientras que Viktor acomodó sus cosas en el escritorio, sacando un marcador de pizarra, sin quitarle la vista a Yuri, no era amistosa, solo sentía asco hasta vergüenza ajena.

—Soy Viktor Nikiforov, su profesor de historia.— comenzó a presentarse, ya que era su primer año trabajando en aquel instituto.—espero llevarme bien con ustedes y serles de su agrado.

Parecía un hombre lleno de amabilidad, con una gran sonrisa y carisma.

La clase partió con normalidad, un profesor común comparado con los demás.

Yuri no apartaba la mirada de su profesor, mirarle hablar, su voz era encantadora y esos labios que anciana probar, su cuerpo era perfecto, su trasero le llamaba mucho la atención, todo del nuevo profesor le encantaba