El chico de rubios cabellos caminaba a un paso moderado al lado de Seung, ninguno de los dos llegaba a emitir una sola palabra, pero quizás estaban bien así, haciéndose compañía sin necesidad de emitir una palabra.
Seung salió al patio del colegio y terminó con sentarse en una banquilla.—¿Trajiste los cigarrillos?—preguntó el rubio. Se encontraba de pie frente al peli-negro mirándole fijamente.
—Tsk...¿ Eres imbécil?—bufó en chico, que le continuaba el juego de mirarle a los ojos, por alguna razón no lograba incomodarles.- Estamos en el instituto tendrás que esperar a la hora de salida.- Parecía ser obvia la razón, pero luego de escuchar su pregunta prefirió dar explicaciones.—Alguien podría vernos y nos meteríamos en problemas.—
El rubio asintió lo que dijo, no dio queja alguna ya que tenía razón a lo que decía. Luego de unos segundos decidió tomar asiento al lado del peli-negro que se mostraba inexpresivo, dio un suspiro, quizás algo frustrado de no saber cómo sacarle conversación.
¿Que le podría gustar?
¡Eso era! No podía descubrirlo sin antes preguntar, ¿como había olvidado algo tan básico?
—Seung ¿Qué clase de cosas te gustan?— preguntó algo curioso, observando los alrededores de aquel lugar que no frecuentaba, de hecho en limitadas ocaciones había estado por ahí.
—¿Hum?— se volteó Seung para mirarle y responder aquella pregunta tan simple pero al mismo tiempo con cierto grado de complejidad.—Me agradan los animales, en especial los canes, no me gusta la completa soledad.— habló aún inexpresivo, aunque no se trataba de que estaba desinteresado en la conversación, simplemente era algo natural en él.
Le había dado muy pocos datos ¿que más podía gustarle?
"Es una pena que prefiera los perros que gatos" pensó el rubio desanimado, no por la falta de datos, sino por su preferencia a los perros, quizás una forma inmadura de pensar.
—¿Y de que instituto venias?— lanzó otra pregunta, de esa forma podría conocer más a fondo a Seung, conocer más allá de que parecía un chico rudo y tenía cierto gusto por los animales caninos.
—....***
Viktor una vez que abandonó el salón, fue a la sala de profesores, donde podía estar solo y pensar ya que todos salían a comer a otras partes o a rondar por el instituto a cuidar a los estudiantes de comportamientos inadecuados dentro de las instalaciones.
Tomó asiento en una de las sillas alrededor de una mesa redonda de madera, recostó su cabeza, posicionado sus brazos al rededor de ella, pero ¿qué estaba haciendo? ¿Pensando? ¿Solo descansado?
Aún comenzaba el día, solo habían pasado ochenta minutos de oras lectivas, y el albino ya se encontraba agotado, tal vez estrenado. En definitiva volver a encontrarse con el pequeño rubio había sido un dolor de cabeza, no porque lo odiara, al contrario, sus sentimiento hacia él aún no estaban claros y eso lo confundía de gran manera, y para su suerte o más bien desgracia, el ya mencionado le había hecho conocer de una realidad que había estado ignorando o solo desconocía, aquella confusión estaba dañando a un muchos, no solo a Yuri, a el mismo también, incluso a quien creyó en el olvido, su esposa, también había sido afectada por tanta confusión. Y no había que culpar a Yuri, solo a Viktor, Viktor Nikiforov era el único culpable.Golpeó con fuerza la mesa con el puño de su mano derecha.
"¿Porqué? ¿Porqué? ¿Porqué? ¿Porqué? ¿Porqué?"Se repetía la pregunta Viktor en su mente, casi dejo de tener sentido esa pequeña palabra, y por más que se cuestionara no hallaba una respuesta en concreto o una sola que se acercara a lo que buscaba.
Aunque...¿porqué qué?
¿A que quería llegar?
¿Cual era la finalidad de sus repetitivas preguntas?
Después de todo estar en una sala de profesores mientras los estudiantes estaban en receso, equivalente a un tiempo de veinte minutos...esas no eran los mejores escenario para pensar y mucho menos para tomar decisiones."—...me gusta ese niño malcriado...—"
¿Porque aquello venía a su mente?
Viktor había mentido muchas veces, tantas veces que sería imposible contarlas ¿en infinitas ocaciones? No, tenía que haber un número exacto.
Pero en aquella ocasión no había mentido, había sincerado sus sentimientos.
Pero decir la verdad trae consecuencias ¿no?
Una lista de delitos que había cometido con Yuri o podría cometer, seguramente no saldría de la carcel nunca.
¿Que debía hacer? ¿Porque amar se convirtió en un delito?—¡Viktor! ¿Que haces en esta soledad?— habló con entusiasmo Christophe al entrar a la sala con el único motivo de recoger sus marcadores que había olvidado por la mañana ahí.
"—...necesitó un beso para comprobarlo...—
—...Es una pena, y yo que estaba enamorado de usted.—
—...El rubio es gay..."¿Porqué debía pensar en ello ahora?
¿Porqué?—¿Viktor?— pronunció Christophe al no obtener respuesta.
"—Se que no le importa en lo mínimo, pero conoce mis sentimientos hacía usted y me duele que símplemente sea un juego para usted.—
—Viktor, gracias por todo.—
—...Solo quiero mostrarte que soy capaz de mantener una relación con un hombre como tú.—"—Tengo migraña.—
Ahora lo había comprendido, no se trataba de quien amar, no se trataba de su preferencia sexual.
Había dejado algo pendiente...algo muy importante.
No quería perder tiempo en ello.—Vaya, y recién empezamos las clases.— agregó Christophe una vez que había conseguido sus marcadores de pizarra y unas cuantas cosas más que no estaban en su "lista mental".
Claro, no podía irse hasta terminar las clases.
Pero ya había decidido que debía hacer.
No quería volver a lastimar a nadie más.
Ni mucho menos a su pequeño amado.
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Quiero que me ames ||Yuri On Ice Au|| Vikturio #FanficAwards2017
FanfictionViktor Nikiforov era el profesor de historia que todos amaban, pero era humano, tenía sus defectos. Llevaba casado con una mujer a la que nunca logró corresponder sus sentimientos, Viktor nunca llegó a amarla, sin embargo era necesario para su juego...