Sin Prólogo

92 5 0
                                        

El sonido de las teclas se detuvo de pronto, esperé un poco, no había caso. Como siempre la inspiración se me iba de súbito y se tomaba su tiempo en regresar. Decidí no estresarme por ello, los bloqueos eran algo normal a la hora de escribir y agobiarme solo lo haría peor. Pero, que me ocurriera justamente en ese momento tan importante... Me levanté de mi asiento y me dirigí hacia el balcón de mi departamento convencido de que el aire fresco de la noche me ayudaría.

-No se ve ninguna estrella.-suspiré apoyándome en el barandal.

-Mira bien, allí hay una.

Me sobresalté un poco pero enseguida supe de quién se trataba. Debí adivinar que él se encontraba allí por el característico aroma de su marca de cigarrillos favorita, era mi vecino.
Inspeccioné con más detenimiento el cielo y pude vislumbrar que, en efecto, una pequeña estrella ofrecía su opaco brillo como esforzándose por seguir viviendo.

-Tal como yo.

-¿Uh?

-Nada.

Hubo silencio, pensé en cuán acostumbrado estaba a su presencia, apesar de que pocas veces nos habíamos encontrado en la misma habitación. Aquellas extrañas charlas en el balcón, dónde apenas nos veíamos las caras, era lo único que teniamos.

-¿Cómo va tu novela?

-Bien, solo...estoy un poco trabado.

-¿Puedo ayudarte en algo?

-No, solo necesito descansar.

-Entiendo.

El silencio volvió a instalarse y cuando sentí que el aroma a cigarrillo comenzaba a dispersarse supe que ya no estaba, siempre se iba sin despedirse, o tal vez aquella era su forma de hacerlo. Yo también volví a entrar.

Me senté frente a la computadora, tratando de aclarar mis ideas. Trabajaba en una novela romántica, los protagonistas se encontraban solos y ya parecía el momento adecuado para un beso, pero simplemente no sabía como hacer que surgiera. ¿Qué palabras, qué acciones deberían antecederle? La gente siempre se preocupa por lo que ocurre después del beso, para mi, lo que pasa antes era mucho más estresante.

Sentí que tocaban a la puerta, me levanté con un suspiro. Abrí y no pude ocultar mi sorpresa cuando vi a mi vecino frente a mi, mucho menos cuando me tomó de la cintura, acercó sus labios a los mios y me besó. No necesitó ningún prólogo, ni más introducción, él ya me tenía por completo.

One Shots (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora