No tienen lo suficiente

85 10 0
                                    


—Bueno, en caso de que quieras morir aquí a causa de un severo síntoma de locura tú decides cielo—

Nadie dijo nada.

—El principal error con los Holmes es que piensan que todos jugaran al igual que ustedes—Dijo Khan—Eh de admitir que jugar con ustedes al CLUEDO es divertido pero los juegos acabaron señores, trabajaran conmigo y espero lo mejor de ustedes para que así todos estemos contentos y nadie muera. Tienen que meterse en esas mentecillas suyas que los jueguitos acabaron y que nadie dudara en matarlos al momento que se les presente la ocasión—

Todos los presentes la miraban directamente. Mientras que John solo bajaba la mirada , una vez ya había matado por Sherlock y viceversa pero él sabía muy bien que Sherlock no era el indicado para acabar con la vida de otra persona.

Ese papel no le correspondía a ninguno de los Holmes, él tenía que hacer el trabajo sucio.

—Se lo que piensa Watson, y no debe preocuparse. De todos los presentes usted es el que menos se debe preocupar—

—No deberías mentirle a la macota de mi hermano—Dijo Eurus.

—Sherrinford te ha vuelto una maleducada Eurus—Regaño la pelinegra—El doctor Watson es igual de competente que tu si no es que más querida—Al notar el claro enojo de la castaña la mujer rio—Veo que lo Holmes son inteligentes pero les hace falta un poco de... humanidad—

— ¿No sería mejor decirnos que es lo que quiere que hagamos? —Hablo John—Yo tengo que volver al trabajo—

—Excelente propuesta doctor. Bien ustedes vendrán conmigo, todos saben que el malo debe contar su malévolo plan en su guarida—Se burló Khan. —Pero antes tengo unos asuntos pendientes contigo Eurus—Dijo lo último con total malicia.

Un gas inundo la cámara de Eurus. La castaña miro con furia a la pelinegra colocando su puño en el cristal.

— ¿Acaso creíste que me volvería a arriesgar incluyéndote en mis planes? —Dijo con burla—No cielo, además un pajarillo por ahí me conto tu historia con Moriarty. Oh, los Holmes, son duros como una roca pero solo necesitan que les digan unas palabras bonitas y ya caen a tus pies—

Eurus la miro con total ira pero solo pasaron unos minutos para que esta callera inconsciente al suelo.

—Bien caballeros, pueden irse adelantando—Se giró la mujer con una radiante sonrisa como si nada hubiese pasado—Yo aún tengo asuntos pendientes con la señorita Holmes—

John ni se molestó en mirar a la castaña tirada en el suelo y salió de la habitación. Sherlock y Mycroft miraron a su hermana en el suelo por unos instantes y salieron del lugar fingiendo que nada había ocurrido.

Khan sonrió en sus adentros, los Holmes habían fallado rotundamente en su prueba, menos John. John había superado sus pruebas correctamente, no había caído en sus palabras afiladas y la encaminaba al grano, había aceptado mancharse las manos sin chistar y en silencio y por último fue lo suficientemente insensible como para ni siquiera cerciorarse si Eurus seguía viva. Solo dio la vuelta y fingió no haber visto nada.

Los Holmes eran inteligentes, pero no tenían el coraje y la valentía para aceptar los sacrificios que se necesitarían hacer para completar el caso. Pero el que los acepto silenciosamente había sido John, desde que Moriarty lo lleno de bombas y aun así había decidido permanecer junto a Sherlock los había aceptado. Lo sabía muy bien ya que ella lo vio con sus propios ojos, para este caso no necesitaría la ciencia de la deducción.

John platicaba amenamente con los padres de Sherlock mientras cargaba a su hija.

— ¿Cómo has estado John? ¿Sigues trabajando en el hospital cierto? —Pregunto la señora Holmes.

Hello Mr. HolmesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora