Comenzamos

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Los días siguientes John había estado llamándole más seguido a Harry, la había inscrito en un grupo de apoyo y ella por su cuenta había comenzado a trabajar enserio para poderse pagar un mejor lugar para vivir.

Pero las cosas en el 221B seguían algo inquieto. Sherlock ya se había hartado, había estado resolviendo casos pequeños para Scotland Yard que la mayoría eran sobre la venta de drogas.

—Para la próxima vez que me llames espero que tengas un caso que realmente valga la pena—Dijo Sherlock—Todos tus casos son tan fáciles que hasta Watson podría resolverlos—

Greg lo miro interrogativamente y después miro a John que se encontraba justo a un lado de Sherlock con signos de no interesarle mucho lo que decía Sherlock mientras jugueteaba con Rose.

—Se refiere a Rose—Aclaro John.

—Ah—Respondió el platinado—Por cierto ¿Cómo está? Ya casi se acerca su cumpleaños ¿Le harás una fiesta? —

—Eso estaba pensando, la señora Hudson piensa que debería hacerle una pequeña fiesta pero no estoy muy seguro—Dijo John.

Ambos hombres hablaban calurosamente entre si ignorando rotundamente al pelinegro que solo se quedó en el mismo lugar parado cual estatua. Greg se había levantado de su asiento y fue con John para cargar a la niña, e inclusive cuando Sally entro a la oficina se detuvo para saludar a la niña y juguetear con ella un momento.

Al final el trabajo volvió a llamar dando paso que se despidieran y cada uno se fuera a sus tareas normales.

—Bueno, en caso de que si decidan hacer una fiesta me envían un mensaje—Indico Greg.

—Claro—Respondió John.

Sherlock salió de la oficina, junto con John pero a los pocos segundos John regreso a la oficina.

—Por cierto si tienes un caso llámame, Sherlock puede ser muy dramático pero cuando esta aburrido acepta cualquier cosa—Dijo John.

—No tienes que decírmelo—Respondió Greg—Antes era insoportable, ahora solo es exasperante—

John sonrió y se despidió para ya volver con Sherlock para regresar al apartamento.

— ¿Realmente piensas en hacerle una fiesta a Rose? —Pregunto Sherlock entrando al apartamento directo a sentarse en su sillón.

—Supongo, así podría invitar a Harry y que todos la conozcan pero conociéndola tal vez no quiera ir—Dijo John. —Además no veo por qué no hacerle una pequeña fiesta a Rose, estarían todos nuestros conocidos—

John se sentó con Rose en su sofá pero la pequeña se bajó y para sorpresa de ambos hombres ella comenzó a caminar tambaleándose en dirección hacia Sherlock, estaba que no podría contener la emoción, su hija estaba dando sus primeros pasos. El pelinegro extendió sus brazos para que Rose se pudiese sostener de ellos, cuando lo logro, la cargo mientras que la niña daba risotadas.

John elogiaba a su hija y le aplaudía totalmente feliz sin importar que tan ridículo tono de voz estuviera usando.

—Esto lo debe ver la señora Hudson—Dijo John. —Iré por ella—

John salió del apartamento y con la misma rapidez que salió volvió a entrar pero ahora acompañado por la mujer que traía consigo una cámara.

La niña al ver a la señora Hudson sonrió y dio saltitos.

— ¡Hola Rosie! —Hablaba la mujer.

—Rose ven con papá—Dijo John abriendo los brazos.

La niña con ayuda de Sherlock bajo al suelo y comenzó a tambalearse sobre sus pies para ir con su padre. La señora Hudson grababa todo y sonreía dándole ánimos a la niña que reía y balbuceaba, la niña logro llegar hasta John y este la tomo entre sus brazos sonriéndole.

Hello Mr. HolmesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora