Capítulo 4

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No sé cómo hemos llegado a este punto.

Scarlett y Alyssa bailan junto a un chico y es como si buscaran fundirse contra él. La cosa ha escalado demasiado rápido.

Siento que me asfixio, las personas a mi alrededor chocan sus cuerpos sudados y calientes contra mí, mientras, yo solo busco una salida, ¡demonios! ¿Qué ha sido esa mano?

Respingo asustada y me volteo, claro, mucha gente, muchas manos, suspiro y busco la manera de llegar a la barra, no tomaré nada, pero sé que ha de haber menos gente que aquí. O eso espero.

Al llegar, casi perdiendo un tacón, estúpidos tacones que me han obligado a usar, me dejo caer contra el mármol frío de la barra, sintiendo como el sudor me gotea por la frente y entre los pechos, maldición, ¿cómo es que dejé que me arrastraran hasta aquí? Odio estos lugares, las miradas, los cuerpos cerca, todo. No estoy capacitada para esto, ni siquiera para este concurso, sigo cuestionando lo desesperada que estaba cuando decidí postularme, pero ya no puedo dar marcha atrás, ya he entrado. Ahora solo es cuestión de hacer lo que sea necesario para ganar. Necesito ese dinero, necesito alejarme de todo.

Una amplia mano rodea mi cintura y pego un bote antes de voltear, quedando a escasos centímetros de un rostro. No él, no otra vez.

—Patito, que sorpresa encontrarte aquí. —Su aliento caliente en una mezcla de menta y alcohol choca contra mi rostro debido a nuestra cercanía.

Trago nerviosa sintiendo como si a pesar del bullicio y la cantidad de gente, cada ojo estuviese puesto en mí mientras busco la manera de apartarme del tipo.

—¿Tú qué haces aquí? Habíamos quedado en que te irías. —Le recuerdo mientras sigo intentando apartarlo—. ¡Quítate Mariano! Tu cercanía me asusta —exclamo sintiéndome nerviosa, y casi puedo ver mis mejillas encenderse. Diablos, no.

—Te sonrojaste de nuevo. —Se burla quitándose solo un poco, lame sus labios y pasa su mano por su cabello castaño con toques rubios, clavando sus intensos ojos en mi cuerpo, otro recordatorio de que no debí dejar que Al hiciera lo que quisiera con mi ropa. Esta no era definitivamente mi idea de una "noche de chicas"—. ¿Y?¿Qué te ha parecido el lugar?

Busco sobre su hombro desesperada por encontrar algún rostro conocido, alguna de las chicas, un oficial, un guardia, cualquier persona, mientras mi espacio personal se ve nuevamente invadido por su mano que se dirige a tomar un mechón de mi cabello.

—Disculpa amigo, pero... ¿puedes moverte un poco? —Creo que jamás he amado tanto a Alyssa como en este momento—. No sé si estás demasiado ebrio o eres un idiota, pero evidentemente Pat no te quiere sobre ella, así que da la media vuelta y vete a joder lejos.

—Yo solo quería hablar con la jovencita que me debe una muy buena explicación. —Levanta una ceja y me mira, pues aunque no quiero aceptarlo, sé que eso es verdad.

Stellae: todo queda en L.A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora