Capítulo 7

55 13 1
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Todo esto es una real y grandísima mierda en un palo, ¿cómo se supone que vamos a llegar hasta Hollywood Hills por nuestra propia cuenta? ¿Teletransportación? Como si fuera poco los chicos tienen la ventaja de contar con Tweedledee, Tweedledum y su súper auto de riquillos pijos. Es bastante injusto de hecho, pero que me crucifiquen si voy a permitir que eso me desanime, no, esto es solo un pequeño obstáculo en el esquema de las cosas en mi vida, no me metí en esto para dejar que algunas millas y unas niñitas puritanas se carguen mi salida del infierno.

—¡Bien! Así que, ¿qué ideas tenemos?

Arrojo el papel junto con el sobre sin preocuparme por donde caigan, todas hemos leído lo que dice, mirarlo fijamente una y otra vez no va a conseguir que aparezcamos allí mágicamente.

Me vuelvo hacia la maleta, sin desarmar, que dejé sobre una de las camas y rebusco entre mis cosas lo que usaré esta noche. A pesar del pequeño inconveniente, ir a una fiesta de Dave Françoise me tiene pegando brincos de emoción en el interior.

—¿O es que planean rendirse ya? —pregunto apenas levantando la vista de mi búsqueda, esperando picarlas un poco a ver si así reaccionan, que no estamos en velorio, por favor.

—Exactamente, ¿qué propones, genia? Oh, espera, ¿tienes la respuesta en ese bolso?

La actitud cínica de Aledis es algo con lo que todavía trato, me agradan las personas directas pero no cuando intentan pasarse de listillas.

—De hecho, sí, es una opción, nuestra mejor posibilidad hasta el momento. Además si funcionó una vez, ¿quién dice que no lo hará de nuevo? —me encojo de hombros, sin necesidad de mayor parsimonia.

Ella es lista, y al parecer más rápida que las otras dos en la habitación. Vaya, hay un hámster que corre a la velocidad de la luz allí dentro. Detiene su andar de un lado a otro por la habitación para dedicarme "la mirada". Esa tan característica en ella, la que dice "no me parece lo que estás diciendo, insecto insignificante, retráctate", pues que se meta su miradita por donde le quepa, no me interesa.

—¿Tienes una idea mejor, solecito? —pregunto desafiándola.

Patrick interrumpe nuestro intercambio antes de que alguna pueda decir nada más, tal parece que la resaca le infunde coraje.

—¿Podrían dejar de discutir de una vez, o acaso volvimos a la primaria? ¿De verdad tienes una idea mejor Aledis? Porque si no es así, lo que Scarlett propone es una locura tanto como es una solución a nuestros problemas. ¿Y donde se supone que está Alyssa?

Es definitivo, me agrada más esta versión de la mojigata. La pregunta no ha terminado de salir por su boca cuando la morocha hace su aparición, tal parece que Patrick tiene poderes de invocación, y en varios sentidos, pues Alyssa parece sacada del mismísimo infierno por la cara que se trae.

Stellae: todo queda en L.A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora