{Prólogo}

14.2K 873 194
                                    

Era ya entrada la noche. Las calles estaban prácticamente vacías y eran pocos los edificios que estaban en funcionamiento.

El hospital estaba más calmado a aquella hora. Los pacientes dormían y sus acompañantes se habían ido a sus casas.
Las pocas enfermeras que había por los pasillos no tenían otra función más que limpiar el suelo y atufarse con el fuerte aroma del desinfectante.

Pero esa calma no estaba presente para Clint Barton.

La sala de espera estaba vacía salvo por su presencia. El repiqueteo de su pie dando golpes contra el suelo era un sonido hueco que, en parte, le relajaba. Estaba encogido, con sus manos entrelazadas apoyando su agachada cabeza.

A su lado se encontraba Natasha Romanoff. Su rojizo cabello caía sobre su pecho, cubierto por un jersey de lana.

Ellos se habían conocido hace relativamente poco; pero se complementaban el uno al otro de tal manera que parecía que se conocían desde hace años.

Ambos eran importantes espías, y habían sido contratados para trabajar juntos. Debían buscar información sobre una nueva organización. "Hydra".

Pero ellos no estaban en un hospital a las cinco de la mañana en busca de pistas. La prometida de Clint estaba de parto.

Mientras, del otro lado de la puerta, la mujer castaña sonreía mirando hacia su recién nacida hija. Era igual a ella, de ojos castaños y piel pálida.

Sólo esperaba en momento en el que aquel doctor dejara de tomar medidas a su bebé para que su prometido entrara por la puerta y podieran compartir su felicidad.

Le admiraba en todos los aspectos,  su personalidad, lo bien que hacia su trabajo, como la cuidaba, lo buen hombre que era y lo buen padre y esposo que sería.

- Bien, ya está. Le daremos el alta mañana por la mañana;si presenta algún síntoma durante el resto de la noche no dude en notificamerlo. Felicidades.

La mujer sonrió ligeramente. El doctor salió al pasillo y se dirigió a la sala de espera, allí donde sabía que un hombre y una mujer esperaban impacientes.

Clint levantó la vista y se puso en pie seguido por Natasha. Sin necesidad de intercambiar palabra alguna con aquel hombre, se acercó hasta la puerta de la habitacion donde ahora se encontraba su hija.

Le dirigió una mirada rápida a su pelirroja acompañante antes de entrar a la estancia con ojos brillantes. Pero no vió lo que esperaba.

Su hija recién nacida se encontraba entre los brazos de un hombre vestido de negro de arriba a abajo, con una mascara tapando la mitad de su cara. A la luz de la luna relucía el metal de su brazo, decorado con una brillante estrella roja.

En la camilla no había nadie. Sólo una gran mancha de sangre y el camisón de su prometida hecho girones.

Y antes de que el pudiera llegar a hacer nada, el amenazador sujeto salió por la ventana, lanzando una cápsula hacia Clint.

Un humo de color verdusco salió  del objeto aturdiéndolo a él  y a todo el hospital, que se despertaría horas después sin recordar absolutemente nada.

(1) Barton;  Peter Parker, The Avengers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora