Capítulo 6: A sus órdenes (1° Parte)

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El cuerpo de Brennan tumbándose sobre la cama hizo que Booth abriera los ojos, adormilado.
-¿Huesos?
-Hola Booth -contestó somnolienta-. Estaba deseando llegar a casa -se acurrucó contra él y el agente no pudo evitar sonreír.
-Mañana terminas, ¿verdad?
-Sí, mañana a las 9 se terminan por fin los exámenes. Esto de ser la examinadora jefa es infernal -acomodó la cabeza contra el pecho de Booth.
-¿Sabes qué, Huesos? He estado pensando, tal vez podríamos aprovechar que mañana es viernes, es tu último día y... ¿Huesos? -miró a su compañera y sonrió al ver que no estaba dormida sino comatosa. Una idea comenzó a formarse en su mente.
Booth sonrió ante el sonido de la llave en la puerta.
-¡Hola, Huesos! -la saludó-. Deja que te lleve las cosas -dijo agarrando los papeles y el bolso y dejándolos en la mesa ratona-. Le di la cena a Christine y ya está dormida. ¿Y tú? ¿Has cenado?
-Sí, he comido un sandwich.
-¿Seguro?
-¡Sí! -contestó Brennan sin poder evitar que se le escapara una risita-. ¡Siempre estás igual!
-Déjame subir a darle los últimos toques a tu baño.
-¿Me has preparado un baño? -preguntó la antropóloga incrédula. Dios, un baño sonaba maravilloso en ese momento...
-Estoy a tus órdenes. Digamos que... hoy soy tu esclavo -bromeó Booth.
-¿Por eso llevas una bata? Porque si quisieras emular a los griegos deberías llevar una túnica...
Su compañero se acercó y la besó en los labios.
-No tengo una túnica. Pero, como los griegos, no tengo nada abajo.
-¿Nada de nada? -preguntó la antropóloga con interés. Sí, estaba cansada pero hacer el amor con Booth siempre la había destensado mucho.
-Voy a preparar tu baño - se zafó su marido subiendo las escaleras.
Brennan suspiró, subió al cuarto de Christine y le dio un beso en la frente a su hija. Llevaba un rato contemplándola cuando su compañero le avisó de que el baño ya estaba listo.
Se dirigió al baño mientras se soltaba los botones de la blusa. Al verla entrar, Booth no pudo evitar mirar a los pechos cubiertos con aquel sujetador de encaje negro.
-Tienes el baño listo y te he dejado una bata para que te seques.
-Gracias, Booth -le sonrió Brennan, mirándolo como si no le importara devorarlo.
-Me... me voy y te dejo que te relajes.
-¿Podrías traerme una copa de vino? -preguntó Brennan, deshaciéndose sin verguenza del sujetador. Booth miró los pechos desnudos de su esposa y tragó saliva.
-Cla-claro.
Brennan sonrió, terminó de desnudarse y se introdujo en la bañera, disfrutando de cómo el agua caliente relajaba sus cansados músculos.
Mientras tanto, en la cocina, Booth trataba de calmarse. Hacía más de una semana que no hacían el amor pero su mujer estaba agotada. Esta noche era sólo para ella. Sí, subiría con dos copas y la dejaría desahogarse a gusto de su largo día. Llenó las dos copas de vino y se dirigió al cuarto de baño.
Cuando Booth abrió la puerta del cuarto de baño se encontró a su antropóloga favorita sumergida entre burbujas, con los ojos cerrados y una expresión de satisfacción en el rostro. Abrió los ojos cuando lo sintió llegar y sonrió al verlo con las dos copas de vino.
-Gracias -dijo, tomando un sorbo de su copa.
-¿Qué más deseas? -preguntó Booth, siguiendo un poco el juego de antes.
Brennan sonrió, dejó con cuidado la copa en el suelo y le señaló con el dedo para que se acercara, haciendo que Booth se agachara a su lado en la bañera.
-A ti -y antes de que Booth pudiera replicar, apoyó la mano en su nuca y lo besó. Fue un beso lento, apasionado, lleno de deseo contenido. Cuando se separaron Brennan sonrió y le pidió-. Quítate el albornoz.
Booth soltó el nudo y la prenda se deslizó por sus hombros hasta caer al suelo.
-Mmmm... -ronroneó la antropóloga mirándolo de arriba abajo-. Y ahora... ¿por qué no te metes en la bañera conmigo?
-Huesos.. esta noche es sólo para ti, quiero que te relajes.
-Seguro que un masaje me relajaría -replicó Brennan con los ojos muy abiertos, toda inocencia.
El agente asintió no muy convencido. Aunque lo cierto era que él también quería meterse en la bañera con ella. Brennan le hizo lugar y Booth se acomodó a su espalda. Su mano derecha subió al cuello de su compañera y le retiró con suavidad el pelo de la nuca, haciendo que ella se estremeciera.
Comenzó a masajearle los hombros lentamente, con suavidad y firmeza.

Los he tenido abandonados, Sorry 😓 Estoy en examenes 😓 Recuerden dejar su voto 🌟 Gracias


FANTASIAS (DEMILY) (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora