Me encantaría sentir un poco menos de dolor, un poco menos de pena por el estilo de vida que adopté.
Después de la tercera pelea ya mi cuerpo se siente adolorido, estoy segura de que mínimo tengo una costilla rota. No soporto respirar, pero no perdí, la gente apuesta en mi nombre y me felicitan al salir.
El aire es frío afuera, tomo el bolso, saco las llaves del auto y siento tanto dolor que estoy apunto de desplomarme en el asiento trasero del coche. Todo el cuerpo me duele no voy, (respiro con dificultad) a poder conducir en estas condiciones.
-¡Oye! ¿Estás bien? Te vi pelear, eres buena pero no tienes instinto de auto-protección ¿verdad?. -Sonríe.
-¡Déjame en paz!
-¿No planeas conducir así, verdad? , deja que te revise la nariz y el costado. -Dice ignorando mi advertencia.
-Quiero que me dejes sola de una buena vez, ¡Vete! -Digo e intento ponerme en pie, pero no he comido nada en todo el día y todo da vueltas. Estoy muy mareada.
Veo como se acerca sin decir nada y saca de su mochila: algodón, agua oxigenada, una venda rosa grande y una pomada. Vierte el alcohol en el algodón y empieza a deslizarlo suavemente alrededor de mi nariz y boca. Arde como el infierno, pero no dejo de mirarlo fijamente. Es guapo, de ojos cafés, que me miran preocupados. Al finalizar, pide que me ponga en pie y eso hago. Intenta tocarme las costillas pero tomo su mano y lo detengo, (no soporto que me toquen) me cubro el estómago instintivamente. Toma mis manos con demasiada delicadeza y las quita masajeandome los nudillos. Pone un poco de crema en la parte amoratada, duele pero no me quejo, siento que puedo confiar en él. Me envuelve el tórax con la venda y me sienta de nuevo. Despacio saca una galleta y me la da.
-¿Gia, verdad? -Dice tranquilamente mientras toma un cigarro de su bolsillo trasero.
-Si me das un tabaco te diré si ese es mi nombre. -Digo medio sonriendo.
Me pasa la cajetilla y el encendedor.
-Ojalá uno de estos fuera suficiente para matarme. -Susurro e inhalo todo el humo que mis pulmones son capaces de retener con el dolor incesante que tengo.
-¿Gia, cierto? -Dice sorprendido al verme fumar de una forma tan desesperante y devastadora.
- Sí, Gia y ¿tú eres?.Hay sangre en mi brazo, me incrusté las uñas para poder despertar, el recuerdo es demasiado doloroso, fue el día en que lo conocí, hace mucho tiempo no fumo, el humo me hacía recordarlo demasiado a menudo y tuve que dejarlo.
El domingo pasó sin ningún incidente y más rápido de lo que creí. Hoy es lunes. Miro el reloj y veo que es hora de levantarse. Es mi primer día de clases en este paraíso griego. Vamos a ver que me repara.
**********
Este lugar es como infierno de grande, la gente sale de todas partes y me observa. Saco el papel con el horario de hoy y casi salto de la emoción al ver que empiezo con la clase de gimnasia. Camino decidida hacia la cancha donde corrí el otro día, yo supongo que debe ser ahí. Cuando logro llegar, diviso a Luka haciendo algo parecido a un ejercicio de estiramiento y lo saludo. Corre hacia mi, me alza y me hace dar una voltereta demasiado graciosa en el aire. Al instante puedo notar que somos objeto de miradillas furtivas y acusadoras.
-¿Compartiremos esta clase? -Pregunto algo desorientada
-Competiremos en esta clase, quieres decir amor. -Dice Luka con una sonrisa deslumbrante.
-Voy a patear tu triste trasero de nene. -Digo corriendo hasta donde están reunidas las demás mujeres.
Casi todas son rubias de ojos claros y altas. Bueno al menos en lo último encajo. El profesor habla de cómo va a evaluarnos el primer día. Nos dice que probablemente nos hará jugar un partido de fútbol contra los hombres que están al otro lado de la cancha. Todas se miran horrorizadas."A esto se refería Luka", pienso.
-¿Alguna de ustedes ha jugado fútbol alguna vez? -Pregunta en voz alta.
Dos rubias levantan sus manos. Una de ellas dice que es guardametas y la otra es alera izquierda. Genial al menos dos personas saben lo que es un balón de fútbol aquí. Despacio levanto la mano y el profesor me observa fijamente mientras oigo que suspira con resignación.
-Soy delantera. -Respondo antes de que pregunte.
-Al menos hay tres de ustedes que juegan, tal vez no sea tan desastroso como el año pasado. Vamos a hacerlas correr. Competirán contra alguno de esos chicos. -Señala el profesor.
-Athan Ainsworth y Gia Black.
¿Pero qué demonios es lo que está pasando?, espero que no sea al que le rompí la nariz el sábado. Sentiré demasiadas ganas de reír si lo veo y eso lo enfadará e intentará ganarme.
-¡Athan!, ¡Gia! no tenemos todo el maldito día. -Grita de nuevo.
Me abro paso entre los demás hacia la pista de atletismo, estoy intentando calcular mis posibilidades de ganar y me doy cuenta de que no tengo que correr demasiado. ¡Lo haré! Me encanta humillar al género masculino en cosas así, les hiere el orgullo.
Diviso como Athan llega justo a mi lado con la nariz amoratada y el pómulo deshecho. Me observa con desdén y sofoco una carcajada. Luce realmente mal.
-Vamos Athan ten cuidado con los postes, no creo que quieras una nueva abolladura en esa cara tan linda. -Grita Luka.
-Púdrete maldito sidoso. -Grita Athan bastante enojado.
Oigo como todas las personas murmuran cosas y no lo soporto más. Me siento en frente de todos y empiezo a reír demasiado alto. Todos los demás lo hacen también. Incluso Luka después de ser insultado de esa forma. Athan me mira y logro ver un amago de sonrisa en su cara pero es difícil saberlo con toda esa hinchazón.
Logro incorporarme y escucho como preparan el cronómetro.
-Preparados, listos. ¡AHORA! -Dicen.
Diablos Athan corre rápido, pero voy alcanzándolo, el tonto tropieza y eso me da una ventaja exquisita. Llego primero a la línea blanca y me devuelvo. Siento el aire dándome en la cara, este tipo de adrenalina me encanta. Siento sus pisadas muy cerca, pero no me detengo. Lo escucho decir una sarta de maldiciones y llego a la meta con él pisándome los talones. Todo el mundo lo abuchea.
-Bien hecho. -Digo en señal de paz.
-Eres una maldita loca, primero me golpeas, luego te burlas de mí y ahora me humillas. ¿Te parece gracioso? -Grita Athan.
-Eres demasiado dramático- Suelto sin más, mientras camino al campo para el juego
-¡Que gane el mejor! -Dicen los profesores al unísono.
Los chicos son altos y es obvio que juegan fútbol. Mientras mis compañeras de equipo parecen más que asustadas, me preocupa que alguna muera antes de que empiece el maldito partido.Vamos a perder y no por mi culpa. Definitivamente estoy molesta, esta basura ni siquiera es equitativa.
Escucho el pitazo inicial, ¡Que empiece la masacre!
-Espero que tengas miedo guapa. -Dice Luka.
-Cierra la boca cariño. -Sonrío cariñosamente.
-¡Consíganse un cuarto! - Escucho a alguien decir.***********
Si somos un brutal y enérgico fracaso futbolístico. Luka aprovechaba cada vez que yo tenía el balón para rozarme con su esculpido cuerpo, no es que no me gustara pero me distraía y eso era trampa. Estoy sentada mientras escucho al profesor darnos una charla de cómo mejorar nuestro rendimiento físico.
-Para implementar el espíritu de compañerismo, vamos a hacer parejas de equipo que durarán medio año para trabajar las habilidades grupales. -Dice el instructor nuestro.
-¿Nos revolverán con las chicas? -Pregunta Luka observándome.
-Sí, de esta forma podrán conocerse mejor y el siguiente partido lo jugarán como se debe.
-Genial. -Escucho decir a Athan detrás de mí.
-Athan Ainsworth y Gia Black, son la primer pareja. Los observamos y sabemos que tienen espíritu luchador, juntos se complementaran bien. -Dice el profesor en tono triunfante.
-¡Mierda! -Digo con enojo, mientras me levanto.
-¿No... no podemos cambiar de parejas? -Dice Athan horrorizado.
-¡NO! -Dicen al mismo tiempo.
-¡Rayos!, cariño te perdiste de un buen entrenamiento conmigo. -Dice Luka en mi oído, provocándome un ligero estremecimiento.
-De lo que te perdiste tú. -Digo ladeando la cabeza para tenerlo de frente.
Sonrío con dulzura y corro a cambiarme. Esto ha terminado por ahora.

ESTÁS LEYENDO
EL SÉPTIMO DON
De TodoEmpecemos en Inglaterra, donde viví. Donde no voy a volver. ¿Por que no quiero o por que no debo? Nuevo país. ¡Demonios! Duelen los secretos. Duelen los golpes. ¿Soy un don o una maldición? Si no sabes pelear no vengas conmigo. Ni siquiera mires. P...