Decidí participar en las peleas ya hace dos años. Me arrepiento, una y mil veces. No me gusta la agresión, ni el abuso de poder pero mi hermana Luna necesitaba el dinero y mamá no podía encontrar un trabajo en este país. Me costó llegar hasta donde estoy hoy. Al principio no ganaba muy bien pero con tan mala suerte de que soy muy buena boxeador callejero. Ahora alguien me amenaza para que pelee. Hace más o menos un mes una chica hermosa de pelo oscuro llegó de Inglaterra. Es fascinante. Me encanta lo sencilla que es. A pesar de que es notoria la cantidad de dinero que tiene.Nuestra casa es pequeña, mamá y Luna duermen en un cuarto, yo en el otro. Estudiar se me da muy bien, quiero ser doctor para poder ayudar personas. Sé que lo lograré. Mi padre fue un tipo malo, que golpeaba a mi madre, incluso la golpeó durante el embarazo de mi hermana. Cuando logramos por fin denunciarlo huyó de las autoridades. Por esa razón nos vinimos a vivir a Grecia con un poco de ayuda de las personas del vecindario. Dejé toda mi vida, mis amigos y mi escuela por el bienestar de mi familia. Y no me arrepiento. El brillo en los ojos de mamá me decía lo tranquila que estaba al vivir lejos del holgazán de mi padre. Pero luego vino la enfermedad de Luna y pronto todo se volvió oscuro y triste.
Luego me becaron en Olympus Highschool y estoy muy emocionado, quiero prepararme y sacar las mejores notas. Para ser un buen doctor, Marilenne mi madre dice que tengo porte de serlo, ya que siempre se me ha dado bien curar personas, además de que tengo buena actitud y siempre me he interesado por las patologías de los seres vivos.
A veces me desgasta entrenar y boxear. Pero es algo que debo hacer, los moretones me duelen y en cada pelea quiero desistir. Me hubiese gustado nacer con más oportunidades pero deseo con toda mi alma lograr todo lo que me propongo.
Mi pequeña hermana Luna, se llama así por que mi padre era latino. Decidió que la niña debía llamarse como su abuela difunta, después de una golpiza que le dio a mi madre, que casi la dejó inconsciente. Por supuesto nadie se opuso al nombre luego de su grandiosa hazaña.
No me gusta recordar cosas tristes, pero en momentos como este es inevitable, y el hecho de tener una responsabilidad tan grande como cuidar a una familia a base de peleas clandestinas es terrible. Además de saber que mis patrocinadores no son exactamente el tipo de personas que me dijeron que eran. No deja de rondarme en la cabeza cada palabra que me dijo esa mujer cuando perdí mi primer pelea, esa conversación la tengo en mi cabeza y por cada cada golpe que doy, cada cara que mis nudillos destrozan y cada vez que veo a mi pequeña hermana apagarse por el cáncer distingo lo que recorre por mi piel y eso es miedo, un miedo enfermo como el que sentía cada vez que mi mamá caía en la alfombra al lado de la cama con la cabeza repleta de sangre y me miraba haciéndome la seña de silencio para que el maldito bastardo no pudiera encontrarme. Es ese miedo basado en la frustración y la impotencia que no puedes arreglar. Que no hay nada dentro o fuera de ti mismo que te sea de utilidad para sanar. Eso es básicamente lo que me hace saber que estoy jodido.
Mientras me como el cereal junto a Luna logro ver en las noticias locales que un hombre falleció el día de ayer en lo que se investiga que pudo ser una pelea donde alguien le clavó un vidrio en la arteria carótida repetidas ocasiones hasta que se la destrozó. No puedo ni pensar en la terrible muerte que pudo tener ese hombre. Las autoridades están pidiendo que las personas menores de edad no deben salir solas en altas horas de la noche ya que podrían ser victimas de sucesos como este.Mi mente viaja directamente al día de mi siguiente pelea que será dentro de un mes, el dinero me será útil para pagar el siguiente tratamiento de mi pequeña hermana. Justamente en medio de los disparates que hay en mi cabeza, mi madre me sacude el hombro con dulzura pidiéndome que por favor me apure ya voy a llegar tarde al Instituto.
Dos días han pasado y Gia no ha vuelto al colegio, todo el mundo murmura en los pasillos que la han suspendido por la falta de respeto al profesor. Sin embargo yo no sé nada, ella no me contesta y eso no es común. Decido ir a buscarla y no está según Didia se quedó a dormir en la recámara con el muy idiota de Athan y el irresponsable de Nill, eso me suena extraño ya que nunca los he visto juntos, ni siquiera conversando en los pasillos.
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EL SÉPTIMO DON
De TodoEmpecemos en Inglaterra, donde viví. Donde no voy a volver. ¿Por que no quiero o por que no debo? Nuevo país. ¡Demonios! Duelen los secretos. Duelen los golpes. ¿Soy un don o una maldición? Si no sabes pelear no vengas conmigo. Ni siquiera mires. P...