¡SANGRE!, En las paredes. En el suelo, en el espejo. En la ropa, en el cabello.
-Siéntate Gia. Todo va a estar bien cariño.Estoy en medio de toda esta gente. Veo billetes, las apuestas están corriendo a favor y en contra. Parece que la pelea será muy importante.
Tomo asiento en un lugar alto y alejado de todos, no vengo ver, no soy una espectadora. Yo vengo por que quiero una pelea. Necesito dinero. Pero sé que no será tan fácil.
Unos altavoces hacen que centre mi atención en el cuadrilátero.
-Atención damas y no tan caballeros. -Dicen por los micrófonos mientras todo el mundo toma asiento y se empiezan a maquinar las preguntas en la cabeza de los asistentes al reto.
-Hoy tendremos la dicha de presenciar ésta gran pelea entre dos de los mejores competidores de la temporada.
Se escuchan aplausos y silbidos.
Realmente son conocidos por aquí.
-Con ustedes: "EL SARGENTO".
Esto es raro, la gente está gritando de pie a la persona que entra por la desgastada entrada. Es Mayron. Con una capucha gris que se quita apenas sube al centro, y un cuerpo notablemente tonificado.
He de decir que yo estaba esperando otro tipo de enfrentamiento. Uno menos formal. Pero parece que lo que escuché al otro lado de la puerta cuando iba entrando no era para nada un juego, si no gana ésta pelea estará muerto.
-El Sargento hoy se enfrentará a un rival digno de aplausos y vítores. Desde Inglaterra tenemos al reconocido y renombrado Sabueso.
Sabueso, sabueso. Esperen un momento. Yo sé quién es esa persona que está subiendo al ring. La suerte hoy está de mi lado por completo.
Ay Donovan Ricks es momento de que pagues todas tus deudas conmigo.
Lo primero sensato que te he escuchado decir hoy.
Observo y busco, por todas las filas de personas a Dayanne y Silvan que eran el par que lo seguían siempre como sus sombras.
Dayanne vendería a su propia madre con tal de conseguir un poco de droga.
Nunca cambiará y afortunadamente eso es un alivio tremendo por que la voy a necesitar.
Me muevo entre los asientos hasta que muy cómodamente tomo un lugar cerca de Silvan. Será cuestión de minutos para poner en marcha mi plan.
-Es mejor que preparen sus bolsillos hermanos por que ésta pelea empezará a la cuenta de: uno, dos y tres. -Dicen una vez más.
El silencio del público y los golpes del Sargento en la cara del Sabueso, me hace saborear un poco la situación. Sin embargo Mayron no lo hace para nada, se nota el desagrado en su mirada, no desea estar ahí, es palpable.
-Es una de las mejores peleas que he visto y todavía nos falta ver la pelea de mujeres. -Chilla un hombre detrás de ella con mucha emoción.
Pelea de mujeres. Me pongo la capucha del abrigo y me vuelvo hacia atrás para lanzar mi pregunta hacia el hombre.
-Disculpe, ¿sabe el nombre de las mujeres que pelearán?
-Sí, una se llama Liazca Dimpretery. Será su primer pelea. Contra la mortal Dayanne de Inglaterra que vino con el Sabueso. Oí que todas las apuestas serán altas.
Dinero.
Me vuelvo hacia adelante. Silvan y Dayanne ya no están. Necesito encontrarlos. Sin darle las gracias al hombre me muevo hacia abajo desinteresadamente para intentar pasar desapercibida. Cerca del cuadrilátero está Mayron destrozándole la cara a Donovan.
¡Que delicia!
No lo matará, al menos no hoy.
Sigo caminando hasta que veo la puerta por donde entró Mayron supongo que ahí están los camerinos y hay un guarda de seguridad enorme ahí.
Me detengo frente a él. Y le explico que necesito darle unos cuantos analgésico a Dayanne por que ha estado enferma. Vuelvo a exagerar mi acento y le explico que yo venía con ellos pero por situaciones de vuelos llegué después. Pestañeo dos veces con una cara de preocupación notable.
El hombre me escudriña y luego da un paso lejos de la puerta para dejarme pasar.
Lentamente me escabullo por la oscuridad del pasillos con el corazón latiéndome en los oídos. Creí que estaba frita.
Las puertas tienen los nombres de las peleadoras escritos en un cartel que pegaron en cada una de ellas.
"Pantera". Dayanne sin duda. En la segunda pelea que tuvo dejó en coma a su contrincante durante cinco meses. Era letal cuando consumía polvillo de hadas.
"LIBRA" supongo que ese es el nombre de la pobre mujer, a la cual voy a poder ayudar el día de hoy evitándole una desgracia.
Sin embargo necesito pensar que hacer para poder sacar a esa mujer de la jugada sin lastimarla.
¡Que harías sin mi Gia!
¡Hoy admito que no sé que haría sin toda tu oscuridad!
Sonrio un poco, cuando abro la tercer puerta de un camerino y encuentro botellas de agua. Esto será suficiente para poder mover mis fichas.
¡Siempre es un placer ser más inteligente que tú!
¡Shhh! Tenemos que actuar rápido si queremos que funcione.
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EL SÉPTIMO DON
De TodoEmpecemos en Inglaterra, donde viví. Donde no voy a volver. ¿Por que no quiero o por que no debo? Nuevo país. ¡Demonios! Duelen los secretos. Duelen los golpes. ¿Soy un don o una maldición? Si no sabes pelear no vengas conmigo. Ni siquiera mires. P...