Capítulo 1: Necesitas controlarte.

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Diez años después.

-Maldición Gia la vas a matar. ¡PARA! -Grita April desde el otro lado de la cancha.

Siento la adrenalina viva arremolinarse en mis manos y por más que intento concentrarme en la voz de mi amiga, la escucho alejarse de mis oídos con cada golpe que le doy en la cara a la imbécil que tengo tambaleándose frente a mi. Sus gritos de dolor son sonidos celestiales que me hacen querer terminarla.
De pronto siento como alguien me toma del tórax y me aleja de ella.

-¡PERRA! VOY A MATARTE EN EL PRÓXIMO PARTIDO -Grito de forma desmesurada.
Mientas, el entrenador me arrastra de los codos a su despacho. Si no hubiera estado tan enojada la imagen me hubiese parecido hasta graciosa.
Una vez que estamos dentro lo observo alisarse la camisa. ¡Diablos! Estoy metida en un problema enorme pienso tristemente. Estoy segura de que se está preparando para hablarme seriamente.
-Gia, ¿Otra vez peleándote con las integrantes de los otros equipos? -Al ver que no contesto, prosigue- esta es la tercera que casi matas en la semana y si nos ponemos a analizar el mes podríamos decir que hay más sangre que sudor en esa cancha. Esto es fútbol solo eso y tienes que entenderlo. Si vuelves a atacar a alguien de esa manera estarás fuera del equipo y del Instituto también. ¿Entendido? -Dice secándose el sudor de la frente.
-Sí -Digo.
-Eres de mis mejores jugadores, tenemos muchos trofeos gracias a tu esfuerzo como capitana, pero ya he hecho demasiado por ti. Y tendré que llamar a tu padre para que se entere de esto. Ahora retírate. -Dice y respira hondo.

¡Genial!, ahora estoy malditamente frita, mi papá va a matarme y estoy segura de que muy pronto estaré fuera del equipo. ¡Carajo! ¿Por qué diablos siempre me meto en tantos problemas?.

-Entendido entrenador. ¡Con permiso!. ¡Ah! Una cosa más. Dígale a mi padre que hablaremos de esto en casa. Hasta pronto -Digo desganada.
-Eres un horrible caso perdido Gia, ahora vete -Me sonríe como siempre lo hace para tranquilizarme- y por favor cámbiate esa camisa por que asustas mucho de verdad.
Asiento y salgo.

**************

Estoy caminando, puedo sentir el frío calar mis huesos. Creo que ya es muy tarde. Miro la luna y la neblina alrededor de ella. Decido correr hasta mi casa y enfrentar a mi papá de una vez. Falté a clases toda la tarde. Me espera Satanás en casa.

-¿Tienes una idea de que hora es?- Pregunta en tono de enfado apenas me ve entrar.
-Sí- Respondí indiferente.
-Estoy harto de esta situación.
-Yo también.
-Gia, necesito que tomes tu vida con seriedad, faltaste a clases el resto del día, volviste a agredir a una persona, cuando estás en casa no sales de tu cuarto, no duermes bien, no comes lo que deberías y ya no sé que más puedo hacer. -Dice mirándome con la expresión repleta de cólera.- ADEMÁS HAY DÍAS EN LOS QUE DESAPARECES Y NO LLEGAS A DORMIR. ¡NECESITAS CONTROLARTE! -Grita.
-Muy buen consejo Jeff -Exclamo con toda la paz que logro reunir.
-¡Jeff! ¿En serio? Gia soy TU PADRE.
Ya está fuera de sus casillas puedo notarlo.
-Como digas, oye necesito dormir. Nos vemos mañana. -Me despido y subo las escaleras trotando

¡VAYA! Eso ha sido demasiado difícil me merezco un premio por haberlo soportado sin haber roto un solo jarrón. Pienso solemnemente mientras cierro la puerta de mi habitación.
Lo malo de todo esto es que el dolor no desaparece. No puedo controlarlo, me duele la cabeza y siento como palpita. Sus palabras ya no me afectan sólo me provocan mareos.
Observo el saco de boxeo en la esquina. Lo golpeo demasiado fuerte, necesito dejar de sentirme furiosa por todo. No me vendé las manos, sé que esto va a traerme problemas mañana.
Lo bueno de todo es que ya me siento más tranquila. Y decido parar. Tomo mi teléfono para revisar la hora y ¡Joder! Es demasiado tarde tomaré una ducha caliente.
Siento el sudor escurrir por la camisa. El agua tibia es lo mejor. Me duelen las manos, pero es un dolor soportable. Me envuelvo en mi paño y miro por la ventana de la recámara. Aún sigue nublado. Me pongo mi pijama. La luna es hermosa. Quito las cobijas y recuesto mi cabeza en la almohada. Sin luchar, cierro los ojos y caigo rendida.

***********


Todo está oscuro pero puedo sentirla observándome, siempre ha estado ahí pero no me deja verla. Camino un poco más cerca y se aleja. Es una sombra realmente espeluznante pero no para mi.
-Sé que me vigilas desde hace mucho tiempo -Digo.
Ella planeaba huir, pero se detiene, lo que he dicho la ha dejado estática.
-Sé que lo sabes. -Dice con voz rasposa y extrañamente parecida a la mía.
Todo se esfuma de un pronto a otro y desaparece.

Las cortinas están abiertas y unos rayitos de sol se filtran por ahí. Me levanto un poco abrumada por el sueño de anoche. Desde que mamá murió a menudo sueño lo mismo. Lo extraño es que la sombra me habló y en los otros sueños huía apenas me dirigía a ella. Todo esto es tan cansado a veces.
Se me ha hecho un poquitín tarde, he durado mucho bañándome. Tomo las llaves de mi auto y corro. Hay algo en la mesita de la sala de estar que me llama la atención. Es un sobre. La curiosidad me hace retroceder y abrirlo.
¡Tiene que ser una broma!, ¿Un boleto de avión a Grecia?, ¿Qué tipo de padre en su sano juicio se va de vacaciones a un lugar tan paradisíaco y deja a su única hija sola, en una casa como esta, en Inglaterra, donde los desgraciados alimentos son más caros que el combustible.?
¡Genial! Podré conducir pero no comer mientras no estés papá moriré de desnutrición. ¡Muchas gracias!

-¡Buenos días! Creí que ya te habías ido. -Dice Jeff con tono ligeramente asombrado cuando ve los boletos en mi mano.
-¿Cuándo planeabas decirme que te ibas de vacaciones a Grecia?.
-¿De vacaciones? -Ríe.
-Sí.
-El boleto no es para mi es para ti. -Dice cauteloso.
Bueno no esperaba eso, mis manos tiemblan un poco con la noticia. ¿Qué bicho se le habrá metido en el pantalón?.
-¿Entonces me voy de vacaciones yo? -Mis ojos se iluminan.
-No.
-Explícalo.
-Mira Gia eres mi hija, me preocupas y quiero lo mejor para ti. Tengo una amiga en Grecia y hemos conseguido una beca para ti en un Instituto allá. Creo que lo mejor es que te alejes un tiempo de todo esto para que mejores.
-¿Cómo rayos me conseguiste una beca si mis notas son un desastre?.
¡Dios no puede ser verdad! Me voy a volver responsabilidad de un colegio. La adopción me hubiera dolido un poco menos.
-Es una beca deportiva, juegas fútbol ¿lo recuerdas? -Dice sarcástico.
-Desde que mamá murió he sido huérfana, de niñera en niñera. ¿Cómo sabías que no dormía aquí? Obviamente no fue por cuenta propia que lo supiste por que de padre ni por apodo te queda bien. Me provees económicamente pero no estás nunca. No me molesta ya ¿sabes? Puedes enviarme al infierno si se te da la gana. Y gracias. Me voy dentro de dos días ¿no?, entonces me largo tengo cosas importantes que terminar antes de irme. -Digo y puedo notar como cierra los ojos, nunca había hablado de mamá frente a él. -¡Me largo!

Lo miró desafiante por unos segundos, puedo ver cómo se sienta y toma el celular. Está a punto de llamar a alguien, cuando cierro la puerta de golpe al salir.

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