Capítulo III.

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Cinderella.

-A mí. -Esa voz, al parecer, sin dueño asustó a Cinder de tal manera que se aferró al brazo de su amigo, el cual también estaba asustado.

La razón del susto de Cinderella era una; aquella voz pertenecía a William. Estaba un poco diferente a la última que lo había escuchado; Macabra, espeluznante, y con un deje de malicia en ella. Aunque mantenía la elegancia que utilizaba siempre al hablar.

- ¡Corre y escóndete! Yo lo detendré.-Le dijo Roman, el cual no quería que William continuase con lo que había empezado hacía unas pocas semanas, a su amiga. Ella lo miró como si tuviese un moco en la nariz antes de entrelazar sus dedos con los de él y añadir unas palabras al gesto.

-De ninguna manera me iría sin ti. Estamos juntos en estos, ¿Recuerdas?-Roman la observó con una mirada que expresaba el más profundo sentimiento de admiración, agradecimiento y amor que pudiese tener alguien en aquel momento. Pero la chica no vio aquello, sino que miró hacia adelante y comenzó a correr.-Más rápido que nos alcanzará.-Le dijo Cinder, sin soltarle la mano a su amigo en ningún momento.

Esquivando los arbustos, las largas ramas de las aterradoras robledas, acercándose al centro del bosque (la parte más oscura del lugar) y siguiendo un camino lleno de hojas secas en el suelo de tierra, Cinder sentía como si su corazón empezará a salírsele del cuerpo. No sabía qué hacer y tampoco cómo hacer para que a ninguno de los dos la pasara lo mismo que había sucedido con Richard. Y Cinderella estaba convencida de que William, cuanto viese la oportunidad, los destinaría a ello. Su tono de voz se lo había dicho.

Al ya haberse alejado a una distancia que ellos consideraron respetable, se detuvieron, con las manos apoyadas en las rodillas, agitados y jadeando.

-¿Estás bien, Cinder?-Le preguntó Roman a su amiga, al terminar de jadear. La chica seguía recuperando el aliento. Antes de que pudiese responder, la voz que había causado todo el revuelo volvió a aparecer.

-Ahora lo está. Pero no dudo que eso será diferente en un par de horas.-William estaba hablando apoyado en uno de los árboles más altos que rodeaban a los dos amigos, cruzado de brazos, junto a su caballo negro que apenas parecía vivo.

-¿Qué es lo que quiere?-Cuestionó el chico, abrazando protectoramente a una Cinder que no podía hacer ni el más mínimo movimiento.

-A tu amiguita, la pequeña Ella.-Contestó, utilizando un extraño  tono de voz en las últimas tres palabras. Esto solo causo que Roman la apretase más fuerte contra su cuerpo.-La mujer más buscada de nuestro pequeño país.

-¿Qué?-Preguntaron ambos al mismo tiempo. Cinderella notó que el agarre de Roman se aflojaba un poco, algo que le provocó miedo de lo que pudiese suceder a continuación por una estúpida mentira contada por aquel hombre.

-¿No se ha enterado, señor Meller? –William rió con una carcajada fingida que parecía desagradable para ambos chicos.- La hermosa Ella, de la cual profundamente se ha usted enamorado es una asesina.

“¿De qué está hablando?” Pensó Cinderella, algo temerosa, intentando ignorar lo que había dicho unos segundos antes acerca del supuesto “enamoramiento” de su amigo con ella.

-¿A qué se refiere?- Preguntó el crédulo de Roman, igual de temeroso. Cinderella notó como su amigo tragaba saliva, deshaciendo el agarre.-Yo no conozco a nadie que se llame a sí mismo “Ella”, señor. Discúlpeme pero usted se ha equivocado.

-¿Ah, sí? ¿No ves que te han engañado, estúpido niño? Su nombre no es Cinder, como cree, es Cinderella, por ello se denomina a sí misma “Ella”. Si te mintió acerca de su propio nombre no puedo ni imaginar que es lo que te habrá dicho con respecto a su madrastra a quien recientemente se la encontró asesinada en la habitación de su chiquilla enamorada con una daga incrustada en el pecho.-Confundido, Roman quedó estático. Mientras tanto, Cinder rogaba para que su amigo no creyese lo que aquel desagradable hombre andaba diciendo.

Pero, él la soltó y Cinderella cayó al suelo. En ese momento, la chica supo con pesar que Roman le había creído al otro.

-Roman, por favor, yo no hice nada, todo lo que dice no es cierto. Me conoces, yo no haría algo como…-La chica se había levantado y, desesperada, tomó en sus manos el brazo de su amigo, como si eso, de alguna manera, ayudase a que le creyera. Pero este se había librado del agarre, al tiempo que la miraba con un creciente sentimiento de repugnancia que destruyo a Cinderella por completo.

-Asesinaste a tu madrastra.-Las palabras de Roman le dolían a Cinder, quien no podía creer que su amigo pensara de ella semejante estupidez.-Y nosotros no hicimos más que ayudarte a correr de la justicia.-Mientras más susurraba, más se alejaba, y la muchacha más temía.-Por ti, mi hermano murió.-La expresión que el castaño utilizaba al decir esas palabras y algunas otras más provocaban un nudo en la garganta en la chica, quien no podía negar ni una oración a causa de la culpabilidad que se adentraba en ella como un virus.

-¿Ve por qué no hay que confiar en las mujeres, señor Meller? Son débiles, mentirosas, cobardes y peligrosas.-A medida que William pronunciaba aquellas blasfemias según Cinder, la última nombrada se llenaba de tal furia como la que había tenido el día en que su amigo murió o el día que William llegó a su casa con otras intenciones. Tratando de controlarse en vano, Cinder corrió hacía William y se lanzó hacía él. Pero, el hombre era más alto y más fuerte que ella, por lo que la derribo y la dejo inconsciente.-Aunque, tengo que admitir, que yo tampoco soy una fuente confiable.-Informó después, dejando ver una escopeta que lo apuntaba a él, a Roman.

Lo último que sintió, antes de recibir aquel disparo y caer al suelo, viéndolo todo de un color oscuro, notando que su sangre iba recorriendo su estómago para manchar el suelo, pensando que estaba a punto de conocer lo que realmente era la muerte, y creyendo que pronto se encontraría con Richard, lo último que sintió fue el dolor que le causo haber sito tan crédulo a lo que el desconocido le había dicho y no haber escuchado ni una vez a quien había sido su amiga minutos antes.

My Little Ella #ConcursoEUVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora