Roman.
Roman sacó la espada que el Hada Madrina le había obsequiado, tan pronto como apareció en la vieja habitación de Cinder.
William rió socarronamente ante tal hecho.
-¿Qué? ¿Estamos hace cuatrocientos años que usa espada, señor Meller?
-Cállese. –Le dijo calmadamente. O, eso parecía, debido a que interiormente estaba horrorizado.
-¿Y qué si no quiero?-Peguntó con un deje de burla en su voz.
-Te haré callar.
El hombre volvió a reír, pero más risas, las cuales Roman podía escuchar pero no ver a sus respectivos dueños, lo acompañaron.
El chico parpadeo, intentando comprobar que solo estaban William, él, la moribunda Cinder y el hada madrina, quien estaba intentando ir hasta la chica sin que William se diese cuenta, estaban en aquella habitación.
-¡Oh! Pero que grosero soy. Mis disculpas, señor Meller. No le presente a mis amigos. Permítame…-Comenzó William, antes de chasquear los dedos. Al instante, la madrastra de Cinder apareció, convertida en lo que parecía un fantasma endemoniado y completamente aterrador.
El brazo con que el que Roman apretaba fuertemente la espada comenzó a flaquear.
-¿Qué pasa, Romi? ¿Te hiciste pipí en tus pantalones?-Preguntó con sorna aquel fantasma, caminando un paso hacia él, quien retrocedió la misma cantidad de pasos que ella avanzó. Roman miró inmediatamente donde estaban Cinder y el Hada Madrina, las cuales ya habían desaparecido. La carcajada malvada que soltó aquel ser aterrador lo devolvió a la realidad.
Tal como apareció Lizbeth, fueron apareciendo todo tipos de fantasmas, hasta que llegó el último, su hermano menor.
Aquel ser que había sido su hermano alguna vez estaba completamente convertido; tenía el cabello grisáceo completamente revuelto, su cuerpo y sus arañadas ropas estaban igual de gris que su cabello y, además, tenía una pizca de salvajismo en sus ojos no propia de él. A final de cuentas, él era tan demoníaco y aterrador que los otros.
-Que interesante bocadillo, nos trajiste hoy, Willy. ¡Nadie más, ni nadie menos que mi el traidor de mi hermano! ¡Tiempo sin haberte visto, Romi!-Exclamó aquel ser que alguna vez había sido Richard haciendo énfasis en el ridículo sobrenombre.
-¿Nada para decir, Meller? ¿Te comieron la lengua los ratones?-Preguntó William socarrón, al tiempo que sacaba una gran y afilada espada.
-Demonios.-Susurró Roman, antes de suspirar, intentando recobrar la valentía. Lo cual no le fue muy difícil ya que el recuerdo de la moribunda Cinder lo ayudó lo suficiente como para lanzarse a la carga contra todos ellos.
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My Little Ella #ConcursoEUV
القصة القصيرة"Escapar. Eso era lo único que Cinderella había querido hacer, escapar a un lugar mejor. Pero lo único que consiguió fue lo contrario. Y arrastro a sus amigos con ella." Historia parte del concurso Érase otra vez de @lumadiedo. Género de la novela:...